'Veni, vidi'... M¨¦rida
Dicen que hay m¨¢s de una. Est¨¢ la del legado romano y la de las arquitecturas de Calatrava, Navarro Baldeweg o Nieto & Sobejano. La visigoda, la deliciosa y la que baila hasta el amanecer
Fue capital de Lusitania en tiempo de los romanos y es ahora capital de Extremadura. Entre medias, altos y bajos, como todo en la vida; la colonia fundada por orden de Augusto para acoger a veteranos de guerra (emeriti), sigui¨® brillando en ¨¦poca visigoda, fue guarnici¨®n de los emires de C¨®rdoba, luego feudo santiaguista, y era sombra de lo que fue cuando el Gobierno extreme?o la eligi¨® como sede en 1983, diez a?os antes de ser declarada patrimonio de la humanidad. Desde entonces no ha cesado su metamorfosis. Los sillares antiguos recobran sentido junto a construcciones contempor¨¢neas, y en la margen izquierda del Guadiana va creciendo otra nueva ciudad, ajardinada, de pulcritud europea: se habla de "las dos ciudades" o las "dos M¨¦ridas". Dos caras inseparables de una misma moneda, cuyo valor cotiza al alza.
9.00 Roma, lo primero
Va a faltar tiempo, as¨ª que mejor organizarse. Nos pueden ayudar la gu¨ªa del ocio M¨¦rida on (www.meridaon.es), el diario local Hoy o la oficina de turismo (924 33 07 22; www.merida.es; junto al teatro romano (1)). All¨ª sale a cuenta adquirir la entrada conjunta para los principales monumentos (12 euros). Subiendo por Romero Leal, encontraremos el templo de Diana (2), que formaba parte del Foro Municipal, lo mismo que el P¨®rtico (3) situado calle arriba; se sigue desbrozando la zona con la idea de crear un ¨¢rea y centro de interpretaci¨®n. Al final de la cuesta encontraremos el Museo Nacional de Arte Romano (4) (Jos¨¦ Ram¨®n M¨¦lida, s/n; museoarteromano.mcu.es; 924 31 16 90), creado por Rafael Moneo, un referente en su g¨¦nero (evoca como pocos unas termas o bas¨ªlica imperial). Enfrente, el recinto ajardinado que re¨²ne a teatro, anfiteatro y otras ruinas. Asistir en esas gradas a alguna representaci¨®n del festival veraniego (www.festivaldemerida.es) es una de esas cosas que hay que hacer alguna vez (o muchas) en la vida. Al lado se halla la Casa del Anfiteatro, con mosaicos in situ, y para completar el periplo romano podemos bajar hasta la plaza de toros, junto a la cual est¨¢n la Casa del Mitreo y los Columbarios (5), zona de enterramientos convertida en centro de interpretaci¨®n del m¨¢s all¨¢ pagano.
12.00 Arquitectura sobre pilotes
Habr¨¢ que caminar un poco para llegar a la bas¨ªlica de Santa Eulalia (6), rom¨¢nica, bajo la cual se visita el templo primitivo. Para completar la visi¨®n de esos tiempos hay que bajar callejeando hasta el ex convento de Santa Clara, que aloja el Museo Visigodo (7) (Santa Julia, 1; 924 31 01 16; gratuito), el m¨¢s rico en su clase del pa¨ªs. Pilastras visigodas (en el aljibe) e incluso casas romanas se pueden ver dentro de la alcazaba o cuartel que los ¨¢rabes alzaron junto al puente romano, bien restaurada en los ¨²ltimos a?os (se acaba de abrir la puerta que da al r¨ªo, entrada actual). A pocos pasos se extiende el ¨¢rea que llaman de Morer¨ªas; en realidad, calles y viviendas romanas sobre las cuales el pintor y arquitecto Navarro Baldeweg levant¨®, sobre pilotes, el Edificio M¨²ltiple o Nuevas Consejer¨ªas, donde se aloja el Centro de Interpretaci¨®n de la V¨ªa de la Plata (8) (con paso independiente del yacimiento).
14.00 Zorongollos, cojondongos y jilimojas
Conquistada a los ¨¢rabes, la ciudad levant¨® iglesias y palacios, como la concatedral (9) o los palacios de los Mendoza y de los Pacheco (unidos en el M¨¦rida Palace (10); www.hotelmeridapalace.com). Estamos de nuevo en la plaza de Espa?a, y es hora de pensar en comer. Una sabrosa iniciativa es la ruta de la tapa: hasta cuarenta bares participan; en la oficina de turismo entregan un pasaporte con los locales y las delicias, que el cliente sella y punt¨²a si quiere optar a premio. Para comer sentado, hay sitios que conservan recetas a?ejas (caldereta, gazpachos, cardincha de cordero, zorongollo, cojondongo, jilimojas), y otros que practican ¨²ltimas tendencias. Los m¨¢s recomendables: el Parador (11), varias veces premiado por su cocina (plaza de la Constituci¨®n, 2; 924 31 38 00; www.parador.es); Altair (12) (Jos¨¦ Fern¨¢ndez L¨®pez, s/n; 924 30 45 12), con una estrella Michelin; o Casa Benito (13) (San Francisco, 3; 924 33 07 69), carnes de retinto, precios razonables. Tabula Calda (14) (Romero Leal, 11; 924 30 49 50) ambienta cenas "romanas".
16.00 Ciudad en el campo
Para hacer la digesti¨®n, un paseo por "la isla" y las m¨¢rgenes del r¨ªo, bien ajardinadas, nos permite contemplar la buena arquitectura que aqu¨ª se est¨¢ realizando. Junto al edificio de Navarro Baldeweg arranca el puente Lusitania (15), -que todos conocen como puente Calatrava, por su hacedor. Bajo el mismo se encuentra un punto de alquiler de bicicletas, ideales para este garbeo. En la margen izquierda se alza rotundo el Palacio de Congresos (16), de Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, donde con un poco de suerte podremos escuchar a la Orquesta de Extremadura. M¨¢s all¨¢, la Biblioteca Jes¨²s Delgado Valhondo (17), del arquitecto Luis Arranz; por cierto, la Poes¨ªa completa del autor que da nombre al edificio se puede encontrar en la Editora Regional de Extremadura (www.editoraregextremadura.com), que dedica gran atenci¨®n a los poetas nacidos en M¨¦rida (como F¨¦lix Grande) o que viven all¨ª, como El¨ªas Moro (su ¨²ltima antolog¨ªa: En piel y huesos, 2009).
19.00 La hora feliz
Si la tarde da m¨¢s de s¨ª, se puede aprovechar para ver cosas alejadas del centro, como el circo romano (18) y (enfrente) el acueducto de San L¨¢zaro, o el acueducto de los Milagros y puente romano de Albarregas. Hablando de agua: por aqu¨ª sale la carretera que lleva al nuevo Centro de Interpretaci¨®n del Agua (19), junto a la presa romana de Proserpina; las orillas del embalse son la playa de M¨¦rida, y muchas familias pasan all¨ª los domingos de est¨ªo.
La tarde-noche en la ciudad tiene sus zonas calientes. La m¨¢s veterana es la calle de John Lennon (20)ahora un tanto l¨¢nguida; se animan de noche la discoteca Budda, al final de la calle, en la plaza de Santo Domingo, o La Claca, enfrente, un caf¨¦ teatro. El Centro Cultural Alcazaba, en un edificio de Rafael Mesa, ofrece teatro, cine y m¨²sica selecta.
22.00 Dormir, o no
Los j¨®venes prefieren zonas perif¨¦ricas como el foro (junto al Tryp Medea), donde acaba de abrir la disco de moda, ?zaro (Ebanistas 6, Pol¨ªgono Carri¨®n). Para o¨ªr m¨²sica en vivo: Jazz Bar (Alvarado, 10), El Buj¨ªo (Holgu¨ªn, 32) o Raw Club Caf¨¦ (plaza de la Constituci¨®n, sesiones de dj's). Si es verano, el botell¨®n a orillas del r¨ªo alcanza dimensiones de feria, y las terrazas de la calle M¨¦lida (frente al Museo Romano) siguen animadas hasta tarde. Para recogerse, lo ¨²ltimo y llamativo es Adealba (Romero Leal, 18; www.hoteladealba.com; 924 38 83 08), primer hotel dom¨®tico de Espa?a, cuyas habitaciones personaliza el cliente con s¨®lo dar a un bot¨®n.
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