Los procuradores aceptaron el cambio, pero aplaudieron el verticalismo
La sesi¨®n se inici¨® con 293 procuradores presentes, 32 m¨¢s de la mitad y poca gente en las tribunas destinadas al p¨²blico. En el banco azul faltaban varios miembros del Gobierno, algunos de los cuales se incorporaron despu¨¦s. S¨®lo faltaron los ministros del Aire, teniente general Franco Irabarnegaray, y de Marina, almirante Pita da Veiga.Tras una serie de cuestiones de tr¨¢mite, entre ellas el juramento de los nuevos procuradores, Alfonso Candau, Justiniano Casas y Francisco Gonz¨¢lez Garc¨ªa, y de dar cuenta al Pleno de una serie de dict¨¢menes de diversas comisiones, as¨ª como de veintid¨®s reales decretos-leyes aprobados por el Gobierno, se inici¨® el debate sobre el proyecto de ley que regula el derecho de asociaci¨®n sindical.
De las catorce enmiendas con derecho a ser defendidas en el Pleno, s¨®lo cinco lo fueron, y de ¨¦stas s¨®lo dos obtuvieron los votos suficientes para ser incorporadas al dictamen aprobado por el Pleno.
Jes¨²s Sancho Rof expres¨® la necesidad de reparar el contrasentido jur¨ªdico aprobado por la Comisi¨®n de Leyes Fundamentales, en donde fue derrotado el texto reformista propuesto por la ponencia. B¨¢sicamente lo que intent¨® sin ¨¦xito aquella ponencia y replante¨® ayer el se?or Sancho Rof fue la supresi¨®n de la rama de actividad como marco de la libertad sindical. Frente al texto aprobado, Jes¨²s Sancho propon¨ªa que el articulo primero dijera que ?los trabajadores y los empresarios tienen el derecho de constituir las asociaciones sindicales que estimen convenientes para la defensa de sus respectivos intereses?. (Ciento sesenta y cuatro votos negativos, frente a 161 afirmativos y 55 abstenciones lograron el rechazo de esta tesis reformista, con la complacencia de los partidarios del sindicalismo vertical.)
Francisco La piedra de Federico pon el pretexto de una modificaci¨®n gramatical, defendi¨® la posici¨®n que ya hab¨ªa prosperado en la comisi¨®n, esto es, el sindicato de rama, que seg¨²n dijo es el que empieza a usarse en todo el mundo. Manifest¨® que acaso el ¨²nico defecto del sindicalismo espa?ol -del que hizo encendidos elogios- fue llegar demasiado pronto. Cuando aludi¨® a la dignidad y serenidad con que los sindicalistas deben contemplar la desaparici¨®n del verticalismo, algunos procuradores aplaudieron vibrantemente, y la ovaci¨®n fue larga y prolongada cuando, tras anunciar que no se presentar¨¢ a las elecciones, el se?or Lapiedra se despidi¨® con estas palabras: ?General¨ªsimo Franco, caudillo de Espa?a, fundador del sindicalismo, gracias. ? (En el banco azul el aplauso no fue tan intenso como en el hemiciclo y hubo al menos un ministro, Leopoldo Calvo-Sotelo, que permaneci¨® con los brazos cruzados.) El se?or Lapiedra hab¨ªa asegurado que en el sin dicalismo espa?ol no se hab¨ªa preguntado a nadie de d¨®nde ven¨ªa y los propios medios de las centrales sindicales eran re . presentantes en la Organizaci¨®n Sindical. Lament¨® la falta de gratitud de fa Iglesia pira con ¨¦sta y elogi¨® la actitud de las Fuerzas Armadas, que personific¨® en los tenientes generales Mu?oz Grandes, De Santiago y en el almirante Carrero Blanco. (Se encontraba presente, a pocos metros del orador, el teniente general Guti¨¦rrez Mellado.)Jose AIcaina defendi¨®, con ¨¦xito -201 votos afirmativos contra 147 negativos y 54 abstenciones-, que el derecho de asociaci¨®n sindical reconocido a los trabajadores y empresarios se extienda tambi¨¦n a los t¨¦cnicos.
Fernando Fugardo, en cambio, no quiso someter a votaci¨®n su enmienda, por la que ped¨ªa que las asociaciones lleven un registro de asociaci¨®n y num¨¦rico que responda a la magnitud de la misma y que est¨¦ a disposici¨®n de la autoridad.
M¨®nica Plaza, que renunci¨® a, defender una enmienda en la que ped¨ªa que las asociaciones profesionales no puedan estar sujetas a la disciplina de partidos, mantuvo otra -con resultados positivos, por 175 votos contra 159 y 66 abstenciones-, seg¨²n la cual para el desarrollo de la ley, el Gobierno debe o¨ªr al Consejo Nacional de Trabajadores y al de Empresarios. La se?orita Plaza, que tambi¨¦n cant¨® al sindicalismo vertical, argument¨® su enmienda en que debe escucharse la voz directa del mundo sindical que, para ella, es la actual OS. De ese modo no se dejar¨ªa s¨®lo al Gobierno. La se?orita Plaza manifest¨® que, despu¨¦s de tanto Habla pueblo, habla (se refer¨ªa a la canci¨®n oficial del refer¨¦ndum no puede sustituirse la voz del pueblo por la solitaria del ministro de Relaciones Sindicales.
Precisamente, el titular de este Ministerio, Enrique de la Mata, intervino poco despu¨¦s (tras la defensa que hizo el ponente Ram¨®n Pita da Veiga, con tono mesurado y midiendo las palabras para no herir a sus colegas del sindicalismo vertical) en solicitud del voto de los procuradores. El se?or De la Mata -el resumen de cuyo discurso figura en estas mismas p¨¢ginas- defendi¨® la legalidad del proyecto de ley y critic¨® la falta de la necesaria evoluci¨®n sindical en el momento oportuno, as¨ª como precis¨® que la ley que se somet¨ªa a la aprobaci¨®n de los procuradores s¨®lo era un paso a la reforma sindical. El proyecto de ley fue aprobado por 320 votos a favor, 41 en contra y otras 41 abstenciones.
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