Salt escenifica el entendimiento
Una reuni¨®n entre la alcaldesa y los j¨®venes inmigrantes acaba con la tensi¨®n de los ¨²ltimos d¨ªas
?Uno para todos y todos para uno! Por un momento pareci¨® que el lema de los tres mosqueteros iba a salir ayer de la boca de los representantes de los inmigrantes y la alcaldesa de Salt (Giron¨¨s), la socialista Iolanda Pineda. Tras casi dos horas de reuni¨®n, una foto sirvi¨® para sellar el fin de una semana de encontronazos y tensi¨®n. Con las manos unidas, posaron ante la prensa. Su mensaje era claro: esto se ha acabado. De momento, la tranquilidad retorna a Salt, que tiene 43% de sus ciudadanos de origen inmigrante y el 25% de for¨¢neos en el paro.
No habr¨¢ manifestaci¨®n. Despu¨¦s del encuentro de ayer en el Ayuntamiento, el equipo de gobierno municipal, con Pineda a la cabeza, logr¨® frenar las protestas de los m¨¢s j¨®venes. Ellos les han tenido con el coraz¨®n en un pu?o desde que se enfrentaron verbalmente el jueves pasado ante el Ayuntamiento lugare?os e inmigrantes, la mayor¨ªa magreb¨ªes. Su proclama era manifestarse para denunciar que delincuencia no es igual a inmigraci¨®n y pedir el cese de las identificaciones policiales.
Desconvocada la manifestaci¨®n contra la identificaci¨®n de delincuencia con inmigraci¨®n
Eso ¨²ltimo no lo han logrado. Los agentes van a continuar como hasta ahora, parando a personas por la calle (la semana pasada se hicieron 300 identificaciones). Pero cuando alguien sienta un abuso de poder, podr¨¢ quejarse ante la Polic¨ªa Local o los Mossos d'Esquadra. Es lo que Pineda ha bautizado como una v¨ªa "m¨¢s abierta" de di¨¢logo con los agentes. "Les explicar¨¢n por qu¨¦ se hacen esas identificaciones", asegur¨® la alcaldesa. Eso ha servido para calmar los ¨¢nimos.
Radiantes, los j¨®venes se sentaron en una mesa repleta de micros, junto a Pineda y el resto de los representantes de las asociaciones que participaron en la reuni¨®n. "Los j¨®venes vamos a trabajar por la paz", dijo, escueto, Abderramal Boughassal. El joven, de 20 a?os y mec¨¢nico de profesi¨®n, ser¨¢ previsiblemente el portavoz de Joves per Salt, la asociaci¨®n que se crear¨¢. Lleva desde los seis a?os en Salt y tiene un expediente policial inmaculado, inexistente.
Pero no s¨®lo se hicieron o¨ªr ayer los j¨®venes. Unas 20 personas se sentaron en la mesa de negociaci¨®n en el pleno municipal. Acudieron representantes de la asociaci¨®n cultural Al Hilal, de Codenaf-Catalu?a (de car¨¢cter empresarial) y de Almahajiren Almagariba. Tambi¨¦n asistieron representantes de la Polic¨ªa Local y de los Mossos d'Esquadra, y por parte del Consistorio, Pineda y el responsable de Inmigraci¨®n, Andreu Bover, adem¨¢s del diputado del PSC de origen marroqu¨ª Mohamed Chaib.
De la reuni¨®n se extrajo un c¨²mulo de buenas intenciones: la creaci¨®n de una mesa para la convivencia formada por miembros del Ayuntamiento, vecinos y comerciantes; la redacci¨®n de un manifiesto conjunto; una pr¨®xima reuni¨®n de todos los actores..., pero ninguna medida tiene car¨¢cter inminente. "Justo ahora lo hemos decidido", se justific¨® ayer la alcaldesa, que se mostr¨® muy positiva: "Nuestras inquietudes son las mismas. Ellos tambi¨¦n han sido v¨ªctimas de los hechos delictivos".
Los ¨²nicos flecos pendientes ahora son la asociaci¨®n de vecinos y la de comerciantes. Ellos encendieron la llama el lunes pasado cuando se manifestaron en contra de la inseguridad, impidiendo la celebraci¨®n de un pleno. En una reuni¨®n, el viernes pasado decidieron enviar una carta al Departamento de Interior y al de Justicia para exigir m¨¢s contundencia en la aplicaci¨®n del C¨®digo Penal y m¨¢s efectivos en las calles. Es una misiva pactada con el Consistorio. Si la Administraci¨®n auton¨®mica no contesta, seguir¨¢n adelante con su manifestaci¨®n dentro de 15 d¨ªas. Pineda propuso ayer que esa carta la firmen tambi¨¦n los colectivos de inmigrantes.
Mientras dentro "cerraban una p¨¢gina y abr¨ªan otra nueva", en boca de uno de los asistentes, fuera m¨¢s de 50 reci¨¦n llegados esperaban noticias. Cada uno mataba el tiempo a su manera: los cr¨ªos jugando; los mayores, charlando en corrillos. Un grupo de aut¨®ctonos los miraban apoyados en la pared, bastante esc¨¦pticos. "Aqu¨ª necesitamos un Anglada
[l¨ªder de la organizaci¨®n xen¨®foba Plataforma per Catalunya]", dijo un hombre que prefiri¨® ampararse en el anonimato de sus iniciales: A. M. C., de 49 a?os, carpintero en paro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.