Las chicas de Ant¨®n Mart¨ªn
Locales monos y minimalistas, con mano femenina, en los aleda?os de la Filmoteca madrile?a
Entre el exotismo de Lavapi¨¦s y el turisteo de Huertas se encuentra Ant¨®n Mart¨ªn, un barrio castizo que se est¨¢ reinventando a golpe de locales monos y minimalistas; con mucho gusto y poca pretensi¨®n. Florister¨ªas, caf¨¦s-librer¨ªas, herbolarios... "Es un lugar con mucho encanto, pero poco explotado", dice Ludovica, due?a de una tienda de cosm¨¦tica natural. Es una de las ¨²ltimas en llegar y apunta una teor¨ªa sobre la nueva simpat¨ªa que emana el barrio: "La mayor¨ªa de los locales los hemos abierto chicas".
Desayunar
Muebles de jard¨ªn, estanter¨ªas de garaje y vigas vistas. La ¨²nica decoraci¨®n del caf¨¦-librer¨ªa La Fugitiva (Santa Isabel, 7) son tres fotos de un Madrid nevado que parece Berl¨ªn. El local tambi¨¦n parece estar en la ciudad alemana. Sobrio y acogedor, abri¨® hace cinco meses porque Pilar Moreno, abogada, se hizo la pregunta "?Qu¨¦ quiero hacer el resto de mi vida?". El plan fue montar un espacio "amable, normal, sin pretensiones", para escoger libros sin prisas. Rodeada de rimbauds o stevensons, la gente desayuna tranquilamente. Los port¨¢tiles aprovechan el wi-fi, suena indie elegante, los desconocidos comparten mesa... Se est¨¢ a gusto. Pilar eligi¨® el barrio porque "no est¨¢ masificado y es muy real". ?Se ve haciendo esto el resto de su vida? "Ojal¨¢", dice la librera.
Para no perder el zen del desayuno, lo mejor es comprar flores. La florister¨ªa Vinca per Vinca, un cl¨¢sico de la zona, se ha mudado con la tienda de moda Adhoc a Le¨®n, 11, creando un espacio ¨²nico de orqu¨ªdeas y diademas de dise?o. "No nos restamos negocio y nos ahorramos un alquiler", explican las treinta?eras Clara y Aitana, cada una a lo suyo. En la arom¨¢tica tienda han dejado los desconchones verdes de la vieja pared y los muebles son "del container". El resultado demuestra que en esto del interiorismo el dinero no siempre es lo importante.
El aperitivo
Hay d¨ªas que tomar el aperitivo en Bodegas Alfaro (Ave Mar¨ªa, 10) se pone complicado (porque se llena), pero es imprescindible. Dependiendo qui¨¦n te toque tras la barra, suena jazz o flamenco en esta taberna bru?ida de toda la vida, perfecta para un aperitivo con salmorejo o conservas. En La Vin¨ªcola Mentridana (San Eugenio, 9), las botellas llenas de polvo llegan al techo, pero el animado ambiente y el verm¨² de grifo merecen una visita. A la salida hay que fijarse en la cuesta que baja a Lavapi¨¦s, es una de esas visiones en la que uno jurar¨ªa que al final resulta que Madrid tiene mar. O ser¨¢n las ca?as.
Comer, comer
Tres mujeres j¨®venes, Lola, Roc¨ªo y Jop, abrieron hace menos de un a?o la amplia Taberna Errante (Santa Isabel, 38; www.latabernaerrante.com). Con sitio para unos 70 comensales y una sala en el s¨®tano que se puede reservar para fiestas, dan de comer de raciones y tostas caseras por unos 15 euros, vino incluido. "Nada de Ferran Adri¨¤; nos ense?aron a cocinar nuestras madres", dicen. Entre sus especialidades, los mejillones en agua de charco (al vapor) y las patatas paloma (con mousse de alioli). Cada primer mi¨¦rcoles de mes traen un maestro de sushi para celebrar una velada nipona. Visto el ¨¦xito, conviene reservar. Lo mejor del barrio es que la modernidad no ha borrado los sitios de siempre: la sidrer¨ªa Casa Lastra (Olivar, 3; 913 69 08 37; www.casalastra.com), fundada en 1926, sirve unas fabes escandalosas, y en El Ventorrillo Murciano (Tres Peces, 20; 915 28 83 09) hay mojama, zarangollo y una de las mejores paellas de la ciudad.
De compras
"La competencia es buena, levanta la zona", dicen Mar¨ªa y Charo en La Integral (Le¨®n, 25; www.laintegral25.com), una de las primeras tiendas monas del barrio, abierta hace cinco a?os. Es el sitio perfecto para comprar un regalo cuando no tienes ni idea de qu¨¦ regalar. Hay ropa que dise?a una de las socias, peque?as piezas de arte, juguetes de lata, vinilos, fanzines... Un gato que sirve de bufanda o un broche con forma de gamba.
Antig¨¹edades Tado (Echegaray, 31) da fe de que la zona funciona comercialmente. La exquisita tienda, con mucho mueble de casa de campo francesa, ya tiene sucursales. El barrio no deja de abrir tiendas: entre las m¨¢s recientes, Ludovica (Le¨®n, 4) ofrece refinadas cremas y perfumes de la marca italiana L'Erbolario, ideales para regalar en unos bonitos sacos de sat¨¦n.
Cultura
A pesar de la cercan¨ªa del Reina Sof¨ªa y el Caixaforum, el coraz¨®n cultural de Ant¨®n Mart¨ªn es la Filmoteca (Santa Isabel, 3; www.mcu.es/cine). El edificio rosa del cine Dor¨¦, de 1922, es uno de los pocos ejemplos de modernismo madrile?o. El declive del barrio en los a?os sesenta lo convirti¨® en el palacio de las pipas, condenado a exhibir reestrenos, pero desde finales de los ochenta la filmo es la filmo.
"Este barrio es muy cultural, muy vivo, pero la gente no lo tiene clasificado", dice Susana Ba?uelos, de la galer¨ªa Columpio (Torrecilla del Leal, 7; 915 28 02 39; www.columpiomadrid.com), especializada en dibujo contempor¨¢neo. De las paredes de esta antigua f¨¢brica de punto cuelgan delicadas obras en papel. "Ni siquiera en los museos se expone dibujo", dice Susana, que trata de introducir al p¨²blico una disciplina "muy desconocida, pero en auge". Para facilitar la tarea se ha creado el "formato Columpio", unas cajitas de 8¡Á8 cent¨ªmetros que contienen obra ¨²nica por 40 euros. Arte-objetos a un precio asequible para que pique el gusanillo del coleccionismo.
Una silla del rev¨¦s es el logo de la asociaci¨®n cultural La Bagatela (Tres Peces, 34; http://vivalabagatela.wordpress.com), bautizada en honor a una cita de Valle-Incl¨¢n: "Toda mi doctrina est¨¢ en una sola frase: ?Viva la bagatela! Para m¨ª, haber aprendido a sonre¨ªr es la mayor conquista de la humanidad". Con tal declaraci¨®n de intenciones, los eventos son de lo m¨¢s variopinto: de talleres sobre Nietzsche, yoga o tango, a veladas de poes¨ªa o sesiones espor¨¢dicas de peluquer¨ªa a cargo de "A ratos peluquero".
Cena y copas
En piamont¨¦s, La Piola (Le¨®n, 9) significa "bar de viejos". "El t¨ªpico con se?ores jugando al domin¨®", seg¨²n Marina Urgoiti. En su local, sin embargo, el cliente habitual es un treinta?ero bohemio. Cuando cogi¨® este bar de tapas (hace seis a?os) se propuso no destruir nada del original, pero una mano de pintura hace maravillas.
Para cenar ahoritita, el DF Bar (Le¨®n, 31) sirve tortas: exquisitos bocatas con frijoles, chile o pl¨¢tano frito. Y para las copas, Lo M¨¢ximo (San Carlos, 6) tiene un aire a Prenzlauer Berg, el barrio cool de Berl¨ªn. Gusto retro, papel sesentero y las sillas cada cual de su padre y su madre.
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