Corbacho tiene un 'plan B'

El fracaso no es lo peor que le puede ocurrir al di¨¢logo social. M¨¢s grave que disolver la mesa abierta con patronal y sindicatos ser¨ªa que el Gobierno se escudara en esa falta de sinton¨ªa para dejar intacto el mercado laboral. Siete meses despu¨¦s de la ruptura del primer proceso, la CEOE ha sembrado la discordia esta semana con unas propuestas laborales que se sit¨²an fuera del marco de negociaci¨®n. El fantasma del desacuerdo se asoma de nuevo al di¨¢logo social. Pero esta vez el Ejecutivo tiene un plan B.

Convencido de que algunas disfunciones requieren medidas urgentes, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, est¨¢ dispuesto a favorecer el empleo juvenil, penalizar de alg¨²n modo la contrataci¨®n temporal, ampliar el uso del contrato indefinido con despido m¨¢s barato (33 d¨ªas por a?o frente a los 45 ordinarios) y trasladar a Espa?a el modelo alem¨¢n de reducci¨®n de jornada.

El ministro ha dado de plazo hasta finales de abril para cerrar un pacto

Hay un elemento fundamental que diferencia este proceso del emprendido el a?o pasado. Con un cuadro cl¨ªnico del mercado laboral pr¨¢cticamente id¨¦ntico al de entonces -paro desbordado, alta temporalidad y escasa flexibilidad en las empresas para mantener el empleo en ¨¦pocas de crisis-, el Gobierno dispone ahora de un diagn¨®stico y un amago de receta. Se trata del documento que el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, entreg¨® a los agentes sociales en febrero para empezar a negociar. Aunque constituye el ¨²ltimo recurso, el Ministerio de Trabajo estar¨ªa dispuesto a desarrollarlo en solitario.

No todos los planteamientos de ese papel tienen las mismas posibilidades de ¨¦xito si el Gobierno legisla al margen de la mesa. Pero hay uno que Trabajo acometer¨¢ con ayuda o sin ella. El desempleo que sufren los menores de 25 a?os roza el 40% de la poblaci¨®n activa y el Ejecutivo est¨¢ decidido a atajarlo, seg¨²n fuentes del ministerio. En el polo opuesto de lo que CEOE propuso y luego retir¨® (un contrato para j¨®venes sin cotizaci¨®n, sin desempleo y por menos del salario m¨ªnimo), Trabajo propone reforzar la protecci¨®n de los contratos de formaci¨®n, que ahora no generan derecho a paro. Y crear un programa para j¨®venes sin preparaci¨®n, los que m¨¢s dificultades encuentran para insertarse en el mercado.

M¨¢s eficaz puede resultar la reordenaci¨®n de bonificaciones en las que tambi¨¦n se trabaja. El Estado gasta mucho cada a?o (3.000 millones de euros) en premiar a las empresas por contratar. Pero esa pol¨ªtica de incentivos es muy dispersa y favorece empleos (por ejemplo, de mujeres) que quiz¨¢ prosperar¨ªan sin subvenci¨®n. Corbacho defiende mantener las ayudas para mujeres maltratadas y discapacitados y concentrar el resto en j¨®venes.

La idea de ampliar el uso del contrato indefinido con despido m¨¢s barato figura tambi¨¦n entre las prioridades del Ejecutivo. Este contrato, con indemnizaci¨®n de 33 d¨ªas por a?o trabajado, se aplica ahora a j¨®venes, mujeres subrepresentadas, mayores de 45 a?os, discapacitados y parados de larga duraci¨®n. Sorprendentemente se usa poco (apenas en un 13% de los contratos indefinidos). Y eso que los hombres de 31 a 44 a?os suponen casi el ¨²nico colectivo excluido de ese marco. La idea del Gobierno es extenderlo a todos los parados, de forma que cualquier empresa pueda utilizarlo para rescatar a alguien del paro, y se mantenga el de 45 d¨ªas por a?o para quien ya trabaja (es decir, para los fichajes).

A cambio, se pondr¨¢n m¨¢s trabas a la contrataci¨®n temporal. Trabajo quiere encarecer el empleo eventual elevando su cotizaci¨®n para hacer m¨¢s atractivo el fijo. Tambi¨¦n tiene en mente que las empresas que m¨¢s recurran a esos contratos sufraguen parte del coste de paro que generan. Pero es aventurado pensar que el Ejecutivo se atrever¨¢ con una medida que previsiblemente disgustar¨¢ a la patronal, especialmente si no se acomete en el marco de un acuerdo. Porque cualquier cambio tendr¨¢ que validarse en el Parlamento y hay que asegurarse los apoyos, pol¨ªticos o sociales.

M¨¢s f¨¢cil ser¨¢ adaptar el llamado modelo alem¨¢n que permite a las empresas conservar la plantilla en tiempos de crisis reduci¨¦ndoles una parte del sueldo. El Estado compensa esa merma salarial a cambio de que el empleado no vaya al paro. Y la empresa lo recupera plenamente cuando salga del bache.

Pese al nivel de desarrollo de estas alternativas, de momento el plan A del Ejecutivo sigue en marcha. El mismo jueves, un d¨ªa despu¨¦s de que el presidente de CEOE, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, presentase sus propuestas laborales en un art¨ªculo publicado en este diario, la mesa del di¨¢logo social se reuni¨®. El mediador del Gobierno, Alfonso Mor¨®n, abri¨® fuego y record¨® a las partes que la negociaci¨®n ten¨ªa l¨ªmites. La patronal no hizo ning¨²n comentario, seg¨²n asistentes a ese encuentro, y el orden del d¨ªa sigui¨® su curso.

Corbacho ha dado hasta final de abril para llegar a un acuerdo. A partir de ah¨ª actuar¨¢, solo o en compa?¨ªa. No har¨¢n falta muchos argumentos; el ¨²ltimo d¨ªa de abril se conocer¨¢ la encuesta de poblaci¨®n activa, que previsiblemente ampliar¨¢ el ya nutrido colectivo de 4,3 millones de parados y cargar¨¢ de razones a quienes reclaman medidas urgentes.