Jack Nicholson es Hollywood

Jack Nicholson es el actor con m¨¢s oscars -tres, uno por d¨¦cada- y candidaturas -nueve m¨¢s- de la historia. Es tambi¨¦n el m¨¢s veterano golfo de Los ?ngeles y el ¨²nico que sigue en activo. Al gran Jack le conocen desde las ancianas que compran revistas de cotorreos en los supermercados de la Am¨¦rica profunda hasta los pandilleros con sus aires chulescos y raperos. Jack Nicholson es Hollywood, y desde la muerte de su vecino en Mulholland Drive, Marlon Brando, en 2004, ocupa la c¨²spide de la pir¨¢mide de los grandes int¨¦rpretes. El pr¨®ximo martes se publica en Espa?a Jack Nicholson, la biograf¨ªa (ediciones T & B), de Dennis McDougal, un paseo por la vida de una personalidad fascinante, un actor que aun teniendo un talento descomunal, nunca ha olvidado priorizar la parte econ¨®mica del cine.

Su talento es colosal, pero da prioridad siempre a la parte econ¨®mica

"Tengo personalidad de clase media, soy de Nueva Jersey", afirma el actor

Dennis McDougal: "Aprendi¨® enseguida a evitar las balas del esc¨¢ndalo"

McGilligan: "A sus 73 a?os, sigue vendiendo un perfil de sinverg¨¹enza"

Enganchado a una perenne sonrisa burlona, a ignorar un no por respuesta, el legendario int¨¦rprete emula a El dinosaurio, el cuento de Monterroso: cada vez que el show business despierta de una mala racha, Nicholson sigue all¨ª. Tim Burton lo define bien: "Est¨¢ Jack, y luego estamos todos los dem¨¢s".

Un hombre para el que asistir a los Oscar o a un partido de los Lakers es otra experiencia banal. Hace unos d¨ªas, Antonio Banderas recordaba dos an¨¦cdotas de Jack en los premios de Hollywood: "Una de las primeras veces que entregu¨¦ una estatuilla, Jack, siempre en primera fila parapetado tras sus Ray-Ban, me empez¨® a chistar como si fuera una chica. Aguant¨¦ la risa todo lo que pude. Peor fue otra gala, cuando Ashley Judd sali¨® con un vestido ajustado y una falda que se le abr¨ªa hasta casi la cintura, y sin ropa interior. Cada vez que daba un paso, Nicholson coreaba la visi¨®n con gritos del tipo: 'Arr', 'Ay¨¦¨¦¨¦¨¦', 'Oeeeea', hasta que Judd empez¨® su discurso. Melanie y yo nos part¨ªamos".

?se es el gran Jack, el juerguista del que todo el mundo querr¨ªa ser amigo, el primer actor que se forr¨® pidiendo un porcentaje sobre los beneficios de sus pel¨ªculas, el tipo que ha cortejado con ¨¦xito a miles de mujeres. Como dijo George W. Bush en un homenaje al astro: "Am¨¦rica no puede resistirse al misterio, a la amenaza insinuada y, por supuesto, a la sonrisa asesina".

Aunque tambi¨¦n est¨¢ el peque?o Jack, el hombre que aparta a sus amigos cuando los considera inservibles, que presta dinero a espuertas pero lo reclamar¨¢ despu¨¦s a las viudas de los deudores, el gran manipulador de periodistas. "Admiro siempre a los personajes sobre los que escribo; ahora por ejemplo estoy trabajando sobre un amigo de Jack, Bob Dylan", explica el autor de la biograf¨ªa, Dennis McDougal. "Por eso empec¨¦ con Nicholson, que por supuesto ni habl¨® conmigo: nunca lo ha hecho con ning¨²n bi¨®grafo. Como tengo algo de freudiano, y creo que nuestras primeras relaciones familiares, nuestros primeros traumas y triunfos modelan nuestras vidas y carreras, investigo mucho sus inicios".

A Nicholson -es algo que ¨¦l mismo reconoce- le ha marcado un brutal drama familiar. Por un reportaje de la revista Time se enter¨®, siendo ya estrella, que quien ¨¦l cre¨ªa que era su madre, Ethel May Mud, era en realidad su abuela y su aparentemente hermana mayor, June, su aut¨¦ntica madre. Y lo supo cuando ¨¦sta ya hab¨ªa fallecido. Nunca quiso aclarar cu¨¢l de los dos posibles candidatos a ser su padre fue su progenitor real, y justificaba en su ni?ez su necesidad de mujeres fuertes: "Todo est¨¢ ligado a que, cuando era un p¨¢rvulo, mi supervivencia depend¨ªa de una mujer: mi madre". Pero a todas les fue infiel.

El libro arranca en su nacimiento en Ventura (Nueva Jersey) y su adolescencia: "Soy muy de Nueva Jersey, tengo una personalidad de clase media. No exudo aristocracia ni intelectualidad". De ah¨ª, a sus dur¨ªsimos inicios en Los ?ngeles, a su lento ascenso en la escala del cine en producciones de Roger Corman. "Aprendi¨® pronto a evitar las balas del esc¨¢ndalo y a venderse como una marca registrada, sin dejar de conservar su independencia. La generaci¨®n Tom Cruise son franquicias corporativas; Jack sigue siendo Jack", dice McDougal. Por las p¨¢ginas pasan amigos, mujeres, la relaci¨®n de 16 a?os con Anjelica Huston, su alergia a la monogamia, pel¨ªculas -debut¨® en el cine en 1958-, hijos ileg¨ªtimos (tiene tres reconocidos, y al menos otros cinco m¨¢s), drogas, fiestas...

?Qu¨¦ ha pasado con el veintea?ero que pens¨® que se ganar¨ªa la vida como guionista y director antes que como actor? Patrick McGilligan, autor de la primera biograf¨ªa del actor, y que ha vuelto a revisar su obra ante su relanzamiento en Francia, asegura: "A¨²n vende su perfil de sinverg¨¹enza, y le gusta demasiado esa imagen como para dejar caer la m¨¢scara. Aunque contin¨²a haciendo alguna interpretaci¨®n memorable y es el Humphrey Bogart de nuestra ¨¦poca". McDougal apunta: "Se ha vuelto perezoso, pero es que va a cumplir 73 a?os. Una veintea?era me cont¨® hace muy poco c¨®mo contact¨® con ella un amigo de Jack, que sabe de sus gustos femeninos y que la pastore¨® hasta la casa de la estrella, donde se acost¨® con Nicholson".

Como confes¨® el mismo Nicholson en People: "Ya tengo una edad, casi todo el mundo es m¨¢s joven que yo. No digo que no haya sido un golfo casi toda mi vida, porque lo he sido y lo seguir¨ªa siendo si me quedara energ¨ªa. Hace poco estuve en un restaurante y me habr¨ªa tirado a 2.000 mujeres j¨®venes, de todas las edades, y tambi¨¦n a sus madres. Pero ahora ya no puedo bailar. Y si me molesto, hay que saber bailar". Gran Jack, peque?o Jack.