Lorca, de barro y oro
Garc¨ªa Lorca copi¨® los personajes de La casa de Bernarda Alba del natural (de Frasquita Alba y sus hijas, sus vecinas patio con patio) y al natural vuelven en este montaje magn¨¦tico y esencial de Pepa Gamboa, protagonizado por ocho mujeres ¨¢grafas del barrio chabolista sevillano de El Vacie. No son profesionales, pero est¨¢n a gusto en escena y pasan bater¨ªa: tienen una gracia visceral.
Gamboa las dirige invisiblemente, como el im¨¢n al hierro, y a cada una seg¨²n sus cualidades. Marga Reyes, actriz de la compa?¨ªa Atalaya, proteica int¨¦rprete de Poncia y alter ego esc¨¦nico de la directora, marca la pauta a Pilar Montero (la otra criada) como Pippo Delbono se la marca a Bobo en sus espect¨¢culos. La teatralidad frontal r¨ªgida pero expresiva de su cu?ada Roc¨ªo Montero, Bernarda de gesto acre imponente, imprime al espect¨¢culo car¨¢cter de oratorio.
LA CASA DE BERNARDA ALBA
Autor: Federico Garc¨ªa Lorca. Direcci¨®n y dramaturgia: Pepa Gamboa. Vestuario: Virginia Serna. Escenograf¨ªa: P. G., Antonio Mar¨ªn y Dami¨¢n Romero. Producci¨®n: TNT.
Teatro Espa?ol. Hasta el 14 de marzo.
Gamboa le quita carne al original para dejarlo en una hora, casi toda nervio y tu¨¦tano, y le a?ade humor, sabor popular y un toque flamenco. Exige de estas mujeres empobrecidas econ¨®micamente cuanto puede, sin forzarlas: traduce en cl¨ªmax dram¨¢tico el excelente clima que hay entre ellas y lo potencia con la c¨¢lida luz sugeridora de Alejandro Conesa y un espacio musical evocador de Emilio Morales. Lo profesional y lo amateur hacen aqu¨ª buenas migas.
Entre estas actrices sobrevenidas, Lole del Campo tiene una actitud resuelta fascinante, Carmina Ram¨ªrez dice bien el texto, su hermana Sandra y Ana Jim¨¦nez imponen con su presencia; Isabel Su¨¢rez se mueve con gracia y Mari Luz Navarro borda las intervenciones alunadas de Josefa. Todas transmiten energ¨ªa, verdad ingenua y una intuici¨®n envidiable. La imagen pl¨¢stica que Bernarda y sus hijas ofrecen en su entrada primera y el fresco de la lapidaci¨®n sugerida de la mujer mundana valen por mil palabras. Valores dram¨¢ticos aparte, la iniciativa del teatro TNT comandado por Ricardo Iniesta tiene el valor moral de abrir este lado del espejo a personas nacidas del otro: es un puente de plata.
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