Goya y sus secuaces toman Mil¨¢n
Una muestra exhibe 184 obras del pintor aragon¨¦s y de sus herederos
Liberal, moderno y quiz¨¢ el primer reportero de la historia del arte. Su mezcla de talento, rabia, coraje y compromiso anticip¨® las vanguardias y la mirada contempor¨¢nea de quienes le entendieron. Picasso, Dal¨ª, Mir¨®, Bacon, Dix, Pollock, Saura, De Kooning...
?se es el Francisco de Goya que ha tra¨ªdo a Mil¨¢n la Seacex, con la colaboraci¨®n de la Concejal¨ªa de Cultura del Ayuntamiento milan¨¦s y la Fundaci¨®n Goya para festejar la presidencia espa?ola de la UE. Un Goya potente y cr¨ªtico, abierto a Europa y adelantado casi 200 a?os a su tiempo.
El palacio real alberga hasta el 27 de junio la exposici¨®n Goya y el mundo moderno. Hay 184 obras, entre lienzos, grabados y dibujos de todos los formatos, 70 son del pintor aragon¨¦s y el resto de otros 45 artistas. Los c¨®mplices de Goya, sus secuaces.
Es un recorrido emocionante que pone a dialogar al genio con los 'ismos'
Los comisarios, Valeriano Bozal y Concepci¨®n Lomba, han recorrido 15 pa¨ªses, 62 museos y varias colecciones privadas (Abell¨®, Alba...) para proponer un recorrido emocionante, que pone a dialogar a Goya con los ismos a trav¨¦s de cinco ideas. La subjetividad, la vida cotidiana, lo grotesco, la violencia, el grito.
La subjetividad se ilustra con retratos y autorretratos. En un espacio titulado El trabajo del tiempo, conviven Carlos IV y Mar¨ªa Luisa de Parma, y Morat¨ªn, amigo exiliado en Burdeos, viejo y macilento. Todos preceden al famoso autorretrato del Prado, expuesto junto al de Delacroix (los Uffizi), para mostrar la evoluci¨®n de la representaci¨®n del rostro con Jacques-Louis David, Soutine o La mujer de la mantilla de Picasso.
La vida normal, la rutina, se abre con una frase del pintor enfermo: "Para ocupar la imaginaci¨®n mortificada con la consideraci¨®n de mis males, me dediqu¨¦ a pintar un juego de cuadros de gabinete en el que el capricho y la invenci¨®n no tienen ensanches". Ah¨ª se mezclan ¨®leos de peque?o formato y gran pegada, como El alba?il borracho o La letra con sangre entra (Museo de Zaragoza), con dibujos a l¨¢piz, aguafuertes y grabados y obras como La lechera de Burdeos, que seg¨²n Bozal anticipa a Manet. Dibujos de Victor Hugo, piezas de Grosz y Kirchner explican la influencia del genio baturro.
En lo grotesco, lo c¨®mico, la s¨¢tira se une al absurdo. Las espl¨¦ndidas series de los Desastres y los Disparates. Goya habla sin saberlo con Mir¨®, Picasso, Klee, y la Decapitaci¨®n parece adelantar los dibujos negros de Otto Dix, que a su vez parecen anunciar Auschwitz en 1924.
La violencia y la guerra. Destrucci¨®n, pasmo, terror. La crudeza de Goya y la surreal violencia del Dal¨ª y el Picasso de la Guerra Civil, Music y Guttusso, Kokoshka, Pollock...
El grito cierra el c¨ªrculo: contra la mediocridad y la frivolidad, contra la dictadura y el abuso, queda la tristeza dolida del exiliado. El ejercicio de la ciudadan¨ªa abraza la memoria universal de Fuendetodos: Millares, Saura, Jorn, Bacon, Kiefer, De Kooning, Appel...
Goya empeque?ece, dialoga y a la vez define, ense?a a mirar. Incluso a la Mil¨¢n actual, una ciudad rica, sorda y nerviosa que construye ya la Expo 2015 mientras destruye chabolas entre proclamas de racismo. El concejal de Cultura, Massimiliano Finazzer Flory, se desmarca: "El mensaje de Goya es crucial para Mil¨¢n. Trae ¨¦tica y est¨¦tica. Belleza y verdad. Somos una ciudad multi¨¦tnica, pero si digo eso me insultan mis colegas en el municipio".
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