Yo La Tengo une en Santiago repertorio 'noise' y folk ac¨²stico
La banda presenta su nuevo disco, una vuelta a los or¨ªgenes
El clich¨¦ de banda de culto lo superaron en los a?os 90, y eso que Yo La Tengo siempre han tocado para s¨ª mismos. Hace diez a?os, en el Monte do Gozo, tra¨ªan fresco And then nothing turned itself inside out, cima arty de la banda de Hoboken (New Jersey), con alusiones a Thomas Pynchon como a The Simpsons. El martes regresaron a Santiago, bajo el foco Xacobeo importa, con Popular songs, te¨®rica vuelta al redil tras el punk artesanal de Fuckbook, homenaje a la ¨¦poca en la que satirizaban cl¨¢sicos del folk y de los Kinks.
M¨¢s atmosf¨¦ricos que la mayor¨ªa de sus parientes ruidistas de los 80, el grupo de Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNew, bajista desde los primeros noventa, ahog¨® la Sala Capitol -las 900 entradas se agotaron en dos d¨ªas- y se explay¨® durante un largo ejercicio de versatilidad acad¨¦mica. Balizados entre el noise pop de la ¨¦poca, en el turmix de la pareja m¨¢s estable del rock independiente -despu¨¦s de Kim Gordon y Thurston Moore- cabe pop de c¨¢mara, folk ac¨²stico y casi a capella, soul comercial como regalo de cumplea?os -los pipas lo celebraron sobre el escenario- y compases sesenteros con ¨®rgano y baquetas de xil¨®fono, como el impostado Winter a go-go, de aquel Summer sun (2003) que pareci¨® rebajar su cach¨¦ vanguardista.
"M¨¢s duro, no m¨¢s r¨¢pido", resume Kaplan en 'Nothing to hide'
Est¨¢ por ver qu¨¦ a?adir¨¢ el disco nuevo a la carrera del grupo, pero entre las actuales All your secrets y When it?s dark se col¨® Tom Courtenay, en la que se visualiza por qu¨¦ Yo La Tengo, con mejor repertorio amoroso que Belle & Sebastian, pueden ser igual de vaporosos. Hubo ruido despu¨¦s, con la vieja Out the window y Little Honda, con el par¨¦ntesis nuevo de If it?s true, y baladones como Speeding motorcycle, viejo homenaje al genio infantil de Daniel Johnston.
Aunque sean m¨¢s accesibles para la parroquia pop que Sonic Youth -se parecen tanto como Galaxie 500 y My Bloody Valentine-, ver a Kaplan encorvado sobre el pedal de distorsi¨®n, mir¨¢ndose las zapatillas, es marca noise de cuando no se vend¨ªa ruido en los museos. Ah¨ª quedaron recuerdos de Painful (1993) como I heard you looking, o los 15 minutos del nuevo And the glitter is gone, otro homenaje de Kaplan/Hubley al ¨¢lbum negro de la Velvet. La reconstrucci¨®n hist¨®rica, de m¨¢s de 130 minutos, acab¨® entre susurros. Pudo haberla resumido Kaplan en Nothing to hide: "M¨¢s duro, no m¨¢s r¨¢pido".
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