Venezuela, el gran 'balneario' de ETA
El Gobierno de Hugo Ch¨¢vez no controla a la colonia terrorista desde hace 10 a?os - Activistas deportados a M¨¦xico se trasladan a Caracas - El etarra Cubillas Font¨¢n tiene estrechas relaciones con jefes de la Guardia Nacional y el espionaje venezolano
El teatro Teresa Carre?o, en Caracas, estaba abarrotado el pasado d¨ªa 13. Hugo Ch¨¢vez convoc¨® a los delegados del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en un acto en el que se mezclaron partido, Gobierno y Estado. Entre las 2.500 personas que vitorearon al presidente se encontraba Xabier Arruti Imaz, de 55 a?os, delegado chavista en Chichiribiche y ex director general de la alcald¨ªa del municipio de Monse?or Iturriza en el Estado de Falc¨®n, uno de los primeros vascos vinculados al entorno de ETA que recal¨® en este pa¨ªs. Ahora, Arruti, due?o del restaurante playero Txalupa, se ha convertido en uno de los activistas pol¨ªticos m¨¢s fieles a Ch¨¢vez. "Soy militante de base, me ha elegido la base desde el primer congreso constituyente", asegura orgulloso.
Algunos miembros de ETA hacen labor de acogida, finanzas y entrenamiento
Ayestar¨¢n, a los 52 a?os, dej¨® su pescader¨ªa para volver a las armas
"Antes del chavismo se les deten¨ªa y vigilaba", afirma un abogado
Cubillas pas¨® de la Casa Vasca al Ministerio de Agricultura
De los siete etarras cuya extradici¨®n pidi¨® Espa?a, cinco est¨¢n desaparecidos
Entre todos los reclamados suman 40 asesinatos, seg¨²n la Justicia espa?ola
"No son terroristas, luchan por su independencia", dice una diputada
La Coordinadora Bol¨ªvar acoge a dirigentes radicales 'abertzales'
El descubrimiento de que miembros de ETA han dado cursos de explosivos hasta 2008 a terroristas colombianos de las FARC en, al menos, seis campos venezolanos ha puesto el foco en un pa¨ªs que acoge a etarras desde los a?os ochenta, pero que, seg¨²n se?alan varios informes reservados de inteligencia dirigidos al Gobierno espa?ol, se ha convertido desde que gobierna Hugo Ch¨¢vez en la mayor reserva de refugiados y huidos etarras de Suram¨¦rica. Seg¨²n estos informes, a los que ha tenido acceso EL PA?S, la mayor¨ªa de los 60 miembros de ETA que residen en Venezuela est¨¢n alejados de la organizaci¨®n terrorista; otros siguen activos en la clandestinidad desde que la justicia espa?ola pidi¨® su extradici¨®n por un largo rosario de asesinatos. Y los miembros de un tercer grupo no se ocultan, pero llevan a cabo labores encubiertas que abarcan financiaci¨®n, la acogida a nuevos fugados y el entrenamiento armado. En este ¨²ltimo grupo se encuentra Arturo Cubillas, de 46 a?os, supuesto responsable de ETA en Venezuela, presunto organizador de los cursos de explosivos en la selva venezolana y funcionario de seguridad en el Gobierno de Hugo Ch¨¢vez.
La colaboraci¨®n de los servicios secretos venezolanos en el control y seguimiento de la comunidad etarra es nula desde hace una d¨¦cada. "Estamos casi ciegos", se queja un mando de la lucha contra ETA en el exterior. "Trabajamos como podemos, conocemos algunas cosas de esta gente, pero sabemos mucho menos de lo que deber¨ªamos saber. La aparici¨®n en Francia de Jos¨¦ Lorenzo Ayestar¨¢n -uno de los que tienen delitos de sangre- ha sido una sorpresa. Nadie nos avis¨® de su fuga. Se pierde la pista de gente de la que necesitar¨ªamos una informaci¨®n constante. Parecer¨¢ que est¨¢n dormidos, pero no podemos olvidar que algunos son aut¨¦nticos killers (asesinos)", a?ade la misma fuente. Ayestar¨¢n, de 52 a?os, colg¨® su delantal y cuchillo de pescadero en Sucre para volver a las armas. "Su caso es una excepci¨®n", alega Xabier Arruti, el delegado chavista.
Marino Alvarado, de 50 a?os, abogado venezolano de Sebasti¨¢n Etxaniz y Juan V¨ªctor Galarza, los dos ¨²nicos etarras junto a Jos¨¦ Ram¨®n Foruria que entreg¨® Ch¨¢vez a Espa?a sin proceso de extradici¨®n, explica el hostigamiento y control al que estaba sometida la comunidad etarra antes del chavismo: "Hab¨ªa un acoso policial constante. Les deten¨ªan y vigilaban a todos".
Un miembro de la comunidad vasca en Venezuela que atendi¨® a varios detenidos en estos controles rutinarios y pide el anonimato apostilla: "Les obligaban a ir constantemente a la sede de la Disip [polic¨ªa pol¨ªtica]. Ten¨ªan que hacer presentaciones peri¨®dicas, les interrogaban sobre sus actividades y cuando ven¨ªa de visita alguna personalidad pol¨ªtica espa?ola les deten¨ªan durante varios d¨ªas. Luego les soltaban. Yo les asist¨ª muchas veces. Con Ch¨¢vez se relaj¨® mucho, se acab¨® el control, eso es una evidencia que no se puede negar".
El caso del etarra Arturo Cubillas Font¨¢n, cuyo nombre aparece en el ordenador intervenido a Ra¨²l Reyes, dirigente de las FARC muerto en un bombardeo del Ej¨¦rcito colombiano, es un ejemplo inquietante del trato que el Gobierno de Hugo Ch¨¢vez da a los etarras residentes en Venezuela. Cubillas pas¨® de manejar los pucheros de la Casa Vasca, donde celebraba el Gudari Eguna [d¨ªa del soldado vasco], y los fogones de su restaurante Oker, el nombre de su comando, a dirigir la Oficina de Administraci¨®n y Servicios del Ministerio de Agricultura y Tierras en 2005; y desde 2007 es jefe de Seguridad del Instituto Nacional de Tierras (Inte), un organismo que ha confiscado 40.000 fincas supuestamente improductivas.
El auto del juez Eloy Velasco de la Audiencia Nacional y la orden de detenci¨®n que ha dictado contra Cubillas y otros miembros de ETA y las FARC no ha sorprendido a personas pr¨®ximas a la colonia etarra. "Arturo no ha sido bien visto aqu¨ª, entre la comunidad vasca. Es un tipo muy pele¨®n, de los que dice en p¨²blico cosas que no se deben decir y que nos incomodaban. Es una persona imprudente. ?ste es un caso de individualidad, un hombre mal encajado. Cuando se llega aqu¨ª se firma un documento en el que te comprometes a no hacer ning¨²n tipo de actividad pol¨ªtica o relacionada con tu pasado", se?ala una persona que ha tratado de cerca al etarra.
Los puestos de Cubillas en el Gobierno de Ch¨¢vez sorprendieron hasta a sus m¨¢s allegados. "Un cargo tan p¨²blico, de cierta importancia, de los que sale publicado en la Gaceta Oficial es algo muy frontal y descarado porque al mismo tiempo no se esconde", comenta uno de sus amigos vascos. Goizeder Odriozola, la mujer venezolana de Cubillas, dej¨® tambi¨¦n los fogones cuando Ch¨¢vez lleg¨® al poder y ha ocupado seis altos cargos en la Administraci¨®n. En la actualidad es directora de la Oficina de Informaci¨®n y Relaciones P¨²blicas del Ministerio de Agricultura y Tierras. Adem¨¢s, es asesora personal de El¨ªas Jaua, el vicepresidente ejecutivo de la Rep¨²blica. "Ella tiene todo el derecho a ocupar esos cargos, pero ¨¦l es un imprudente. No le he visto voluntad alguna de pasar desapercibido. De lo ¨²nico que se ha cuidado hasta ahora es de que no haya otra foto de ¨¦l, adem¨¢s de esa policial en la que parece tener 16 a?os. Ahora puede perjudicar a otros", critica otro de sus conocidos.
El pasado lunes, antes de que se hiciera p¨²blica la orden de detenci¨®n dictada por la Audiencia Nacional, Cubillas segu¨ªa en su despacho del Inte en Caracas. Un miembro de la Guardia Nacional acompa?¨® al periodista hasta la Oficina de Atenci¨®n al Campesino y un agente de seguridad confirm¨® su presencia. "El se?or Cubillas est¨¢ en camino y le recibir¨¢ ahora mismo, por favor escriba aqu¨ª sus datos". Al comprobar que el visitante era periodista, Cubillas dej¨® de existir para el Inte. "Hermano, el jefe de seguridad es otra persona. No conocemos al se?or Cubillas", comunic¨® al visitante otro agente diferente.
Una larga cola de personas aguardaba en la recepci¨®n del instituto agrario. Entre ellos, Orlando Licon, de 65 a?os, un hombre delgado y enjuto que sosten¨ªa con firmeza una carpeta repleta de documentos. "Me han confiscado 3.000 hect¨¢reas de tierras productivas en el Estado de Cojedes. No me han pagado nada. Van con brigadas de choque, ponen una bandera y una foto de Ch¨¢vez y dicen que la tierra es suya. Lo hacen por la fuerza y con el apoyo de la Guardia Nacional. Tengo documentos que acreditan la propiedad de mi familia desde 1715". Rodeado de hombres armados de la Guardia Nacional, el etarra Arturo Cubillas acude a confiscar tierras en los Estados llaneros de Gu¨¢rico y Barinas, seg¨²n se?alan testigos presenciales. Los pucheros y la venta de libros de la editorial Txalaparta son historia en la vida venezolana de Cubillas desde que lleg¨® Ch¨¢vez, el presidente que esta semana reconoci¨® haber recibido en el palacio de Miraflores "en secreto y por la puerta de atr¨¢s" a Ra¨²l Reyes, el fallecido jefe de la guerrilla colombiana de las FARC.
Dos personas vinculadas a las fuerzas de seguridad venezolanas que piden el anonimato aseguran que Cubillas mantiene una relaci¨®n estrecha por raz¨®n de su cargo con mandos de la Guardia Nacional y de la Direcci¨®n de Inteligencia Militar (DIM). "Les he visto muchas veces echar tragos juntos. Ha asistido a reuniones de seguridad. No le puedo decir m¨¢s, me juego mucho", asegura uno de ellos. Un ch¨®fer de las FARC interrogado por polic¨ªas espa?oles en Bogot¨¢ (Colombia), identificado en su declaraci¨®n con el apodo de Patxo, declar¨® lo siguiente: "Recibieron (los dos etarras que acaban de dar un curso de explosivos en Venezuela) una llamada de un tal Font¨¢n. Los dos bajaron del coche y saludaron efusivamente a Arturo Cubillas. Tambi¨¦n aguardaba un var¨®n con vestimenta civil que llevaba un chaleco con el escudo de la DIM y un grupo de personas armadas que, a juzgar por su conversaci¨®n, parec¨ªan militares venezolanos que prestaban escolta y seguridad al resto del grupo".
Venezuela se ha convertido en un im¨¢n para etarras en apuros. La ¨²ltima evidencia la protagoniz¨® Andoni Zengotitabengoa, detenido en Lisboa (Portugal) cuando pretend¨ªa volar a Caracas. Los informes policiales alertan del trasvase de etarras desde M¨¦xico, donde llegaron a residir 80, a Venezuela. La fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional que dirige Javier Zaragoza impuls¨® en 2006 la extradici¨®n de varios refugiados que dirig¨ªan la trama financiera y muchos huyeron hacia el c¨¢lido y seguro refugio venezolano. "El amparo de Ch¨¢vez y la determinaci¨®n de M¨¦xico les empujaron hacia Venezuela", afirma una fuente diplom¨¢tica espa?ola. De pronto, y como por arte de magia, aparecieron en Francia los veteranos Jos¨¦ Luis Eziolaza, Dienteputo, y Juan Cruz Maiztegui. Ven¨ªan huyendo de M¨¦xico y recalaron en el comit¨¦ ejecutivo de ETA, una organizaci¨®n diezmada y compuesta de alevines inexpertos que rompen hasta la regla m¨¢s sagrada en la historia criminal de la banda: no matar en Francia. Lo hicieron en Par¨ªs la pasada semana.
Los veteranos de ETA en Venezuela, la mayor¨ªa con edades comprendidas entre los 45 y 55 a?os, preocupan a los servicios de inteligencia espa?oles. De los siete etarras cuya extradici¨®n pidi¨® Espa?a y deneg¨® Ch¨¢vez, cinco est¨¢n desaparecidos, aunque viven en Venezuela, seg¨²n se?alan fuentes policiales espa?olas; Uno, Jos¨¦ Lorenzo Ayestar¨¢n, de 52 a?os, acaba de ser detenido en Francia cuando se hab¨ªa reintegrado en la banda y preparaba un secuestro; el ¨²ltimo, Luis Mar¨ªa Olalde Quintela, fue el ¨²nico que se present¨® ante la fiscal¨ªa venezolana, enfermo y arrastrando su cuerpo en una silla de ruedas. Entre los siete suman 40 asesinatos, seg¨²n la documentaci¨®n aportada por la Justicia espa?ola, unos historiales escalofriantes que no impresionaron a los jueces venezolanos. Desde que gobierna Ch¨¢vez (1999), Espa?a ha solicitado a Venezuela la extradici¨®n de 21 personas, siete de ellas miembros de ETA, pero ninguna ha sido detenida ni entregada, seg¨²n asegura un portavoz del Ministerio de Justicia espa?ol.
?Detendr¨¢ la polic¨ªa venezolana a Cubillas como solicita el juez Velasco? Iris Varela, diputada del PSUV por T¨¢chira, en la frontera en Colombia, contesta as¨ª: "ETA no es una organizaci¨®n terrorista, son luchadores de un pueblo que luchan por su independencia". ?Y los 1.000 asesinatos que han cometido?, le pregunta el periodista en los jardines de la Asamblea Nacional. "A m¨ª no me constan", responde. "El que se siente comprometido por un ideal tiene derecho a utilizar las armas. ?C¨®mo se ha conseguido la independencia de muchos pa¨ªses? Yo se lo digo: luchando. La Constituci¨®n de Venezuela proh¨ªbe la extradici¨®n de venezolanos y estas personas lo son", arguye mientras exhibe un ejemplar de la carta de derechos de Venezuela.
La Coordinadora Sim¨®n Bolivar representa a los sectores m¨¢s duros del chavismo, acoge en sus actos a representantes del colectivo etarra y ha invitado a Caracas a centenares de miembros de la izquierda radical abertzale, encabezados por el dirigente de Askapena I?aki Gil de San Vicente, cuya imagen apareci¨® en el ordenador de Ra¨²l Reyes en una fotograf¨ªa en la que acompa?aba al fallecido jefe de las FARC. San Vicente, que forma parte de varias asociaciones radicales chavistas, no ha respondido a este peri¨®dico sobre sus relaciones con las FARC. Ahora, la coordinadora chavista prepara actos de apoyo a Cubillas. Juan Contreras, su director y amigo del enlace de ETA, es claro: "No permitiremos que se entregue a nadie"
Xabier Arruti, el delegado chavista en Chichiribiche, esgrime que los primeros etarras llegaron en los ochenta gracias a un acuerdo entre Felipe Gonz¨¢lez y Carlos Andr¨¦s P¨¦rez y afirma que ahora no hay apoyo a los terroristas. "Yo no soy militante de ETA, tengo el estatuto de refugiado de ACNUR y un documento de 1986 del Ministerio de Justicia en el que se dice que no tengo causas pendientes". En 1980 una nota oficial del Gobierno Civil de Vizcaya le vincul¨® con el comando Amaya de ETA.
El etarra Sebasti¨¢n Etxaniz trabajaba como camarero en su restaurante playero de Tucacas hasta que fue detenido. La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos solicit¨® el pasado diciembre a Venezuela que abone a Etxaniz y a Galarza la indemnizaci¨®n de 325.000 euros que el Gobierno de Ch¨¢vez les concedi¨® en 2002 y m¨¢s tarde retir¨® cuando los entreg¨® a Espa?a. "Siguen reclamando el cumplimiento del acuerdo", asegura su abogado Marino Alvarado, director de la ONG venezolana Provea.
Los canales de televisi¨®n del Gobierno inauguraron esta semana un nuevo anuncio propagand¨ªstico. Se titula: "Contra la manipulaci¨®n informativa" y en pantalla aparece una foto fija de la fachada de la Audiencia Nacional en Madrid.
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