La responsabilidad que interesa
Es sabido que los estudiantes suelen sacar mejores notas en aquellas asignaturas que m¨¢s les gustan y les interesan. Quiz¨¢ algo parecido le suceda a las empresas a la hora de aplicarse a los asuntos de la responsabilidad social.
Recientemente se ha presentado el informe anual del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa sobre las memorias de las sociedades del Ibex 35 (ejercicio 2008). En este estudio, que analiza y valora la informaci¨®n ofrecida por las compa?¨ªas en materia de RSE, aparece un dato muy destacado, aunque no sorprendente: en su conjunto, las grandes empresas espa?olas sacan mucha mejor nota en el ¨¢mbito del gobierno corporativo que en las otras ¨¢reas de la RSE. En concreto, la media de las empresas del Ibex obtiene una puntuaci¨®n de 2,10 (sobre un total de 4) en materia de informaci¨®n sobre gobierno corporativo, mientras que la nota en cuanto a la informaci¨®n sobre el contenido de las medidas de RSE es de 1,00 y sobre los sistemas de gesti¨®n en materia de RSE, de 1,35. O sea, que s¨®lo se aprueba en el gobierno corporativo.
Esto no es sorprendente, e incluso es l¨®gico. Y es que el gobierno corporativo es, ante todo, un instrumento de gesti¨®n empresarial. Parece fuera de dudas que la buena gesti¨®n de la compa?¨ªa se beneficia de que haya voces independientes en el Consejo o de que existan mecanismos que permitan la denuncia por parte de los empleados de comportamientos deontol¨®gicamente irresponsables. Aunque introduce nociones de equidad y de ¨¦tica, el valor ¨²ltimo del gobierno corporativo sigue siendo la eficiencia, y por eso hace ya mucho que se utilizan los ¨ªndices de gobierno corporativo como elementos indicadores para la inversi¨®n.
La RSE, sin embargo, exige un esfuerzo mayor, no s¨®lo de dise?o y de implementaci¨®n, sino sobre todo de mentalidad. Se mire como se mire, la RSE desemboca en una pregunta ¨²ltima sobre cu¨¢l debe ser la funci¨®n de la empresa en la sociedad; una pregunta que es bastante inc¨®moda para las empresas.
Y tambi¨¦n para el Derecho. Por algo la RSE es en nuestro pa¨ªs un campo jur¨ªdicamente hu¨¦rfano, mientras que el gobierno corporativo est¨¢ sometido a una regulaci¨®n, suave aunque relativamente efectiva, seg¨²n el principio al uso de "cumplir o explicar". Si el gobierno corporativo responde al principio secular de protecci¨®n del propietario (en el caso, el accionista), la RSE apunta, bien al contrario, hacia el uso de la propiedad privada en beneficio social, y eso es algo a lo que tanto la mentalidad jur¨ªdica como la empresarial se aproximan con extremado recelo.
Dicho en otros t¨¦rminos, es m¨¢s f¨¢cil ser responsable en aquello que a uno le interesa. Lo cual tambi¨¦n se comprueba a contrario sensu cuando se buscan las debilidades dentro del propio campo del gobierno corporativo. ?Se imaginan cu¨¢l es el gran punto negro de las memorias en este ¨¢mbito? El de siempre: la transparencia retributiva. Seg¨²n el estudio, por ejemplo, s¨®lo una de cada cinco empresas del Ibex presenta la pol¨ªtica de retribuciones de los consejeros a una votaci¨®n independiente de la junta. Y tan s¨®lo dos compa?¨ªas establecen una relaci¨®n directa entre la remuneraci¨®n de los directivos y la consecuci¨®n de objetivos no financieros; la misma cifra que en el ejercicio anterior. Ser¨¢ que no interesa. Aunque deber¨ªa.
C¨¦sar Arjona es profesor de la Facultad de Derecho de ESADE (URL) y doctor en Ciencias Jur¨ªdicas por la Cornell University, Nueva York.
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