Los republicanos declaran la guerra sin cuartel contra la nueva ley
"Hay que derrotar a estos bastardos", proclama un comentarista conservador
En la recta final hacia la reforma sanitaria, Barack Obama encontr¨® un aliado inesperado: el extremismo de la oposici¨®n. Fue la radicalizaci¨®n del mensaje conservador, que ha presentado esta ley como la semilla del comunismo, lo que dio al Gobierno y a los dem¨®cratas la excusa para actuar en solitario y para defender esta reforma como la ¨²nica acci¨®n razonable frente a los que quieren dejar desprotegidos a 32 millones de norteamericanos.
En las puertas del Congreso, y hasta en el interior del Capitolio, se vivieron a lo largo de este fin de semana hist¨®rico escenas denigrantes que simbolizan el rumbo tomado por un sector de la oposici¨®n en los ¨²ltimos meses. Uno de los miembros del movimiento conservador Tea Party concentrados all¨ª fue detenido por escupir a uno de los congresistas dem¨®cratas. Varios miembros del Congreso negros y uno homosexual recibieron repetidamente insultos groseros al entrar o salir del recinto. Un grupo de congresistas republicanos se asom¨® a la terraza del Capitolio para alentar a los manifestantes con una pancarta en la que se le¨ªa: "Kill the bill!", (Acaba con la ley).
La oposici¨®n ha sido secuestrada por predicadores radiof¨®nicos
'Kill the bill!' (acaba con la ley) es el lema de las legislativas de noviembre
Un periodista de The Washington Post relata c¨®mo dos integrantes del Tea Party, "uno de ellos con apreciable olor a alcohol", amenazaban y gritaban a los congresistas en las mismas puertas de sus oficinas. Al final del debate en el sal¨®n del pleno, cuando un dem¨®crata cat¨®lico y de larga tradici¨®n antiabortista, Bart Stupak, anunciaba el acuerdo al que hab¨ªa llegado con la Casa Blanca, alguien desde los bancos republicanos le grit¨®: "?Asesino de ni?os!".
Todo esto no es m¨¢s que la ilustraci¨®n m¨¢s reciente del secuestro del que es v¨ªctima el republicanismo tradicional por parte del Tea Party, los predicadores radiof¨®nicos y algunos comentaristas de Fox News. Tan extrema ha sido la propaganda lanzada en los ¨²ltimos meses por esos medios contra la reforma sanitaria, que las voces moderadas dentro de la oposici¨®n han sido acalladas y hoy el Partido Republicano no tiene m¨¢s opci¨®n que atacar la ley con todos los medios a su alcance.
William Kristol, el director del Weekly Standard, la biblia del pensamiento neocon, se?alaba ayer el camino: "Afortunadamente, la parte principal del Obamacare [denominaci¨®n que la derecha ha dado despectivamente a esta ley] no entra en vigor hasta 2014 -especialmente los subsidios-, as¨ª que ahora los republicanos lo que tienen que hacer es convertir las elecciones de 2010 y 2012 en referendos sobre el Obamacare, ganarlas y revocar la ley". "Tenemos que derrotar a estos bastardos", a?adi¨®, en su peculiar estilo, el influyente y famoso comentarista radiof¨®nico Rush Limbaugh.
Hasta figuras tan respetadas por su moderaci¨®n como John McCain se manifestaron ayer a favor de seguir esa v¨ªa. "Fuera de Washington, el pueblo norteamericano est¨¢ irritado, no les gusta esta ley y nosotros vamos a revocarla", declar¨® el ex candidato presidencial republicano.
Los l¨ªderes republicanos en la C¨¢mara de Representantes, John Boehner, y en el Senado, Mitch McConell, prometieron tambi¨¦n una campa?a para probar ante los ciudadanos los efectos perniciosos de lo que ambos calificaron como "una monstruosidad legal".
El eslogan impuesto por el Tea Party, "Kill the bill!", se ha convertido ya, claramente, en el eslogan republicano para las elecciones legislativas de noviembre. Muchos acontecimientos inesperados tienen que ocurrir para que esos comicios no acaben siendo el veredicto popular sobre esta ley.
Pero no es ¨¦sa la ¨²nica arma con la que cuentan los republicanos para hacer frente a esta hist¨®rica reforma social. Ayer mismo el fiscal general de Florida, Bill McCollum, un republicano, anunci¨® que "si el presidente firma esta ley, nosotros presentaremos ante los tribunales una demanda para defender los derechos y los intereses de los ciudadanos".
Al menos otra decena de Estados gobernados por republicanos podr¨ªan sumarse a este litigio, en el que los demandantes estiman que el Gobierno viola la Constituci¨®n al obligar a los ciudadanos a comprar un determinado producto (un seguro de salud) y al invadir las competencias de los Estados en esa materia. La derecha conf¨ªa en la mayor¨ªa de cinco a cuatro que los conservadores tienen actualmente en el Tribunal Supremo.
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