"El palacio est¨¢ como en 1915"

Xavier Duch, jefe de obras e infraestructura del Parlament, estudi¨® ingenier¨ªa, pero en estos 30 a?os se ha convertido casi en un experto en antig¨¹edades. Mediante una labor propia casi de un detective, que le ha permitido recuperar viejas alfombras depositadas en almacenes, Duch ha ido recuperando poco a poco el esplendor de un edificio que fue concebido como un arsenal y que el arquitecto Pere Falqu¨¦s convirti¨® en 1915 en palacio para alojar a la reina. "He sabido luego que el Sal¨®n de Pasos Perdidos de color rosa era la sala de baile, y el que es de color gris, el comedor", afirma este hombre, que confiesa: "Quiero mucho a estas piedras".

No es raro porque en 1979 estuvo en la primera Asamblea de Diputados y fue testigo de c¨®mo se desprecint¨® la puerta del hemiciclo, que escond¨ªa una sala de 85 esca?os (ahora tiene 135) llena de ratas. La Generalitat lo fich¨® como ingeniero y en 1980 su labor fue ir ganando espacio al Museo de Arte Moderno -"escribieron que la gente del museo sufr¨ªa cuando me ve¨ªa"- hasta lograr la cesi¨®n por parte del Ayuntamiento. Y dio con infinidad de secretos: candelabros tapiados en un lavabo y un arsenal de 70 granadas. Tras pasar de 4.300 a 18.600 metros cuadrados, el Parlament culmina ahora su restauraci¨®n con sala de prensa. "Est¨¢ como lo dej¨® Falqu¨¦s", dice Duch, orgulloso de que la C¨¢mara haya sido referente en tecnolog¨ªa: "En el Congreso no lo hac¨ªan, pero nosotros ya grabamos la primera sesi¨®n en una cinta magnetof¨®nica".