Sus problemas son los nuestros
Ser una mujer comprometida en Finlandia, como la presidenta Tarja Halonen, es luchar porque las mujeres puedan compartir el poder en empresas, en pol¨ªtica o en la vida. Ser una mujer comprometida en Liberia, como la presidenta Ellen Johnson-Sirleaf, es luchar para que no violen a tus semejantes o, si lo hacen, para que al menos no las maten. ?Un abismo, se dir¨¢? No tanto. Se acab¨® ese tiempo en que lo que ocurriera en Liberia era s¨®lo una fugaz imagen molesta en un telediario a la hora de comer. En la medida en que el mundo se ha globalizado y en que los problemas se democratizan mientras las soluciones se hacen de rogar, los retos africanos son tambi¨¦n retos europeos.
La Nobel de la Paz Wangari Maathai lo dijo ayer alto y claro en el encuentro de mujeres que se celebra en Valencia: podemos gastar todo lo que queramos en frenar la inmigraci¨®n, pero si no frenamos sus causas, ?frica seguir¨¢ viniendo a Europa. Puede que no os importe la desertizaci¨®n del continente, ven¨ªa a decir, pero si no la paramos, si no salvamos la gran masa boscosa de Congo, las pateras seguir¨¢n. Y eso os afectar¨¢.
Gran energ¨ªa se respira en un encuentro de m¨¢s de 500 mujeres que acaso no d¨¦ m¨¢s titulares morbosos que los cansinos reproches de Rita Barber¨¢ por la ausencia de Francisco Camps (?como si el president tuviera aqu¨ª algo que aportar!). El resultado de este foro no es un plan de rescate a Grecia o un acuerdo de desarme nuclear, no es eso: aqu¨ª se forman redes de mujeres y poder que intentan algo tan digno como contagiarse la igualdad como pol¨ªtica de Estado y compartir la legitimidad que, en ?frica o en Europa por igual, muchos niegan a esta causa.
La inmigraci¨®n puede salvar a una Europa envejecida, pero tambi¨¦n desbordar el Estado de bienestar; puede aportar eficiencia, pero tambi¨¦n traer la ablaci¨®n. De la gesti¨®n de estos problemas con una visi¨®n igualitaria, moderna y compartida depender¨¢ el ¨¦xito de ese futuro. Y para ello hay que asumirlo: los problemas africanos son los nuestros.
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