Camino del banquillo
La causa a Garz¨®n por el franquismo reviste una simbolog¨ªa insultante para la democracia
Se consum¨®. La decisi¨®n del juez del Tribunal Supremo Luciano Varela de proceder contra Baltasar Garz¨®n como autor de un delito de prevaricaci¨®n por su intento de investigar los cr¨ªmenes del franquismo, a instancias de familiares de v¨ªctimas que yacen todav¨ªa sin identificar en fosas comunes, sit¨²a al juez de la Audiencia Nacional en el camino directo hacia el banquillo de los acusados. Y a un paso de ser suspendido en sus funciones, consecuencia ¨²ltima de la querella interpuesta por el sindicato ultraderechista Manos Limpias y Falange Espa?ola de las JONS.
Garz¨®n tiene la posibilidad de recurrir a la Sala Segunda del Supremo. Pero se trata de la misma sala que admiti¨® a tr¨¢mite, por considerarla ab initio una hip¨®tesis no arbitraria, il¨®gica o absurda, la querella por prevaricaci¨®n contra el juez y que acaba de rechazar su recurso de sobreseer la causa. No parece probable que cambien de criterio.
Garz¨®n se sentar¨¢ en el banquillo por haber intentado, no desde una teorizaci¨®n meramente imaginativa del derecho sino desde el ejercicio jurisdiccional que corresponde al juez penal, dar satisfacci¨®n a familiares de v¨ªctimas de la Guerra Civil y la dictadura que no aceptan como normal y acorde con el Estado democr¨¢tico que sus restos sigan sin identificar en fosas comunes. Algo que no dejar¨¢ de causar preocupaci¨®n y estupefacci¨®n en pa¨ªses europeos que tambi¨¦n vivieron la terrible experiencia de reg¨ªmenes dictatoriales en ¨¦pocas todav¨ªa no lejanas.
Tras el ropaje jur¨ªdico que la envuelve, la causa contra Garz¨®n reviste una simbolog¨ªa provocadora e insultante para la democracia espa?ola. Lo es, en primer t¨¦rmino, para la memoria de las innumerables v¨ªctimas del franquismo, no pocas producidas en los a?os finales de la dictadura y de las que muchos espa?oles de hoy guardan un recuerdo vivo y directo. Tambi¨¦n, seguramente, para algunos magistrados del Supremo que vivieron en su juventud la cercan¨ªa de esos cr¨ªmenes y lucharon por un r¨¦gimen de libertades que los hiciera imposibles y una justicia que garantizase su no impunidad. ?C¨®mo pueden permanecer impasibles ante el desatino de la causa contra Garz¨®n?
Insiste el instructor Varela en que Garz¨®n intent¨® asumir el asunto de las fosas, "dentro de un proceso penal cuya artificiosa incoaci¨®n supon¨ªa desconocer principios esenciales del Estado de derecho, como los de legalidad penal e irretroactividad de la ley penal desfavorable, adem¨¢s de implicar el desconocimiento objetivo de leyes democr¨¢ticamente aprobadas, como la de amnist¨ªa". Pero es lo que est¨¢ en discusi¨®n, no s¨®lo en el ¨¢mbito de la teor¨ªa jur¨ªdica sino en la jurisdicci¨®n. Sorprende cada vez m¨¢s, por ello, que el Supremo diera m¨¢s valor desde el principio a la hip¨®tesis prevaricadora para explicar la conducta de Garz¨®n que a su contraria, no obstante estar avalada por el ministerio fiscal, y que con tan endeble fundamento diera curso a una querella cuya motivaci¨®n ideol¨®gica es evidente.
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