"Encontr¨¦monos en un claro de la historia"

Los dos nacieron en la Cuba de los a?os cuarenta. Uno escap¨® de la c¨¢rcel en 1961 y, desde el exilio, comenz¨® una vida de combate al r¨¦gimen comunista. El otro abraz¨® la revoluci¨®n, le puso banda sonora y fue diputado durante 15 a?os. Todo separaba al escritor Carlos Alberto Montaner, bestia negra del castrismo, y al m¨²sico Silvio Rodr¨ªguez, icono de la causa. Tuvo que ocurrir la muerte del disidente Orlando Zapata para que los viejos enemigos iniciaran un ins¨®lito intercambio epistolar, inimaginable en otros tiempos. Desde las ant¨ªpodas ide¨®logicas, ambos coinciden en un punto: la necesidad de mirar al futuro.

Todo comenz¨® el pasado 30 de marzo, con un texto po¨¦tico de Silvio Rodr¨ªguez aparecido en una web procastrista (Rebeli¨®n). El cantautor lanza una serie de preguntas, una de ellas dirigida a Montaner. "Si los miles de cubanos que perdimos familia en atentados de la CIA hici¨¦ramos una carta de denuncia, ?la firmar¨ªa Carlos Alberto Montaner?". El escritor respondi¨® al d¨ªa siguiente en una carta abierta. "Por supuesto, Silvio, yo firmar¨ªa esa denuncia". Tras calificar de "abominables" ciertas actuaciones estadounidenses, incluida la pena de muerte, Montaner le devuelve la pregunta. ?Firmar¨ªa el cantautor una carta de denuncia de los atropellos a los presos pol¨ªticos y a los disidentes cubanos, una condena "de la censura, el partido ¨²nico, la persecuci¨®n por motivos de ideas, creencias o preferencias sexuales? [...] Una carta en la que les dij¨¦ramos a los Castro que 51 a?os es un periodo demasiado prolongado para continuar imponi¨¦ndoles a los cubanos un sistema fallido y cruel en el que ya casi nadie cree, comenzando por ti, Silvio". Montaner aboga por que "la oposici¨®n democr¨¢tica y los reformistas del r¨¦gimen" busquen juntos una salida "a la herencia de los Castro: un manicomio empobrecido y sin ilusi¨®n".

Todo comenz¨® con una pregunta del m¨²sico lanzada a Montaner

Adversarios pol¨ªticos, ambos abogan por mirar al futuro

Para su sorpresa, el cantante respondi¨®. Algo inusitado, si se tiene en cuenta que el r¨¦gimen tiene catalogado a Montaner en el apartado de terroristas y agentes del imperialismo. La r¨¦plica de Silvio es del 2 de abril, y muy dura. Acusa al escritor de "dise?ar una Cuba distorsionada que propagan las monstruosas cadenas".

"?Te parece poco que, desde que se instaur¨® la revoluci¨®n, hace ya m¨¢s de medio siglo, el 20% de la poblaci¨®n ha huido a bordo de cualquier cosa? ?Son falsos los fusilamientos, los maltratos en las c¨¢rceles, los actos de repudio?", responde Montaner en una carta del 3 de abril, a¨²n in¨¦dita.

Silvio prosigue: "Repartes un odio que ha derribado aviones llenos de inocentes". Es una alusi¨®n al atentado contra el vuelo de Cubana de Aviaci¨®n, perpetrado en 1976 por terroristas cubanos anticastristas, que mat¨® a 73 pasajeros. Previamente, Montaner ha recordado el hundimiento intencionado del remolcador 13 de Marzo, que caus¨® la muerte a 41 personas que trataban de huir de Cuba en 1994, y reprocha al cantante haber guardado silencio.

No son los ¨²nicos episodios de la historia cubana que se ponen sobre la mesa. Montaner ha recordado las matanzas de somal¨ªes a manos de las tropas cubanas en la guerra del Ogad¨¦n. Rodr¨ªguez defiende el sacrificio de los ca¨ªdos en ?frica, que impuls¨® el "fin del apartheid". Montaner lamenta la "p¨¦rdida in¨²til" de 3.000 vidas "no en la lucha contra el apartheid", sino por el af¨¢n de Castro "de convertirse en l¨ªder planetario" y hacer "de la pobre Cuba el pe¨®n m¨¢s agresivo" de la URSS.

Si el cantante esgrime la figura de Jos¨¦ Mart¨ª, el Ap¨®stol de la independencia cubana, y sus cr¨ªticas a EE UU, el escritor le recuerda que tambi¨¦n "critic¨® severamente a Marx" y defendi¨® la iniciativa privada. "Como coincido con Mart¨ª, y no con Fidel, me parece muy bien que alguien de tu talento haya podido enriquecerse leg¨ªtimamente, tener propiedades y poseer una pr¨®spera empresa de grabaciones (...) Lo que quisiera es que ese privilegio se extienda a todos los cubanos".

"Sigo con m¨¢s razones para creer en la Revoluci¨®n que en sus detractores. Si este Gobierno es tan malo, ?de d¨®nde sali¨® este pueblo tan bueno?", escribe Silvio. "Me parece leg¨ªtimo que insistas en defender aquello de la revoluci¨®n que te parezca plausible", responde Montaner, que apuesta por mirar al futuro ("el pasado lo hemos hecho a?icos") y construir una "Cuba sin exclusiones". Recuerda al cantante que tienen hijos de la misma generaci¨®n. "?No te parece criminal que esos j¨®venes est¨¦n obligados a suscribir las ideas y prejuicios de unos confusos octogenarios encharcados en el peor dogmatismo?". "Tenemos que encontrarnos en un claro de la historia patria para darnos ese abrazo de reconciliaci¨®n y cambio que casi todos anhelamos".

La respuesta de Silvio Rodr¨ªguez a esta segunda r¨¦plica, si se produce, es una inc¨®gnita. Pero el cantante se adelant¨® en una entrevista publicada este martes por el diario argentino P¨¢gina 12. En ella, Rodr¨ªguez insta a "superar la l¨®gica de la guerra fr¨ªa". "No podemos ser prisioneros eternos de nuestro pasado porque hay m¨¢s ma?ana que ayer esper¨¢ndonos", dice. El cantante se muestra partidario de amnistiar a los "presos que algunos llaman de conciencia". "Mi posici¨®n", dice, "es que todos tengamos derecho a la informaci¨®n, a crearnos una opini¨®n de cada cosa y a comentar lo que sea, sin limitaciones".

En la presentaci¨®n de su m¨¢s reciente disco en La Habana, Silvio pidi¨® superar "la erre de revoluci¨®n" y que se imponga la "evoluci¨®n". Antes que ¨¦l, otro de los fundadores de la Nueva Trova, Pablo Milan¨¦s, hab¨ªa reprochado al Gobierno el trato a los disidentes. Silvio Rodr¨ªguez ha insistido en que no se trata de destruir la revoluci¨®n, sino de "reinventarla". Pero eso no le ha librado de las cr¨ªticas de la prensa oficial. La edici¨®n digital del diario Granma mostr¨® una caricatura de un Silvio envejecido que dice: "S¨ª, yo cantaba para los pobres... Eso fue antes de que ganara mucho dinero con la canci¨®n social". Montaner lo defiende: ambos coincidieron en los a?os ochenta, en una cena en casa de un amigo com¨²n, en Madrid. "Encontr¨¦ a una persona flexible y cr¨ªtica. No se parece al sistema que defiende".