Un retraso de doble imposici¨®n
Espa?a y Estados Unidos, abocados a modernizar un convenio 'desactualizado'
Entre tanto l¨ªo de previsiones, crisis financieras, reestructuraci¨®n de cajas, presidencia europea, corrupciones y dem¨¢s asuntos de calado, pasan desapercibidas otras cosas que, a bote pronto, parecen menores en el mundo de la econom¨ªa. Pero no lo son. Es el caso, por ejemplo, de las negociaciones para revisar el convenio para evitar la doble imposici¨®n entre Estados Unidos y Espa?a, y la prevenci¨®n de la evasi¨®n fiscal.
Una cuesti¨®n que se arrastra desde 2006 y a la que se refiri¨® Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero cuando acudi¨® a Washington invitado por Barack Obama al Desayuno de la Oraci¨®n. El presidente asegur¨® a algunos de los presentes que antes del verano (de 2010, claro) se revisar¨ªa el acuerdo. Desde entonces hasta ahora se han mantenido las intenciones y algunos contactos; pero pocos progresos, que se sepan, a pesar de que los dos pa¨ªses est¨¢n de acuerdo en modernizar el convenio, que data de febrero de 1990. Es una de las tareas que tiene sobre la mesa el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Oca?a, desde los tiempos de Pedro Solbes como ministro de Econom¨ªa.
Entre los convidados elegidos para estar con Zapatero estaba el presidente de la C¨¢mara de Comercio de Estados Unidos en Espa?a, Jaime Malet, quien reiteradamente ha subrayado que est¨¢ "desactualizado" y que ten¨ªa bastante que ver con lo que hab¨ªa dicho el presidente al respecto. Malet pudo explicar a Zapatero que el convenio actual ha provocado que la presencia de empresas de Estados Unidos en Espa?a sea muy inferior a la de pa¨ªses del entorno. Para el organismo, conlleva "efectos perjudiciales" para la econom¨ªa espa?ola, ya que "desincentiva la inversi¨®n".
Seg¨²n un documento (white paper) elaborado en 2006 por la c¨¢mara que preside Malet, sus socios (es decir, las empresas estadounidenses radicadas en Espa?a) se quejan de "los efectos perniciosos" de dicho convenio y suger¨ªan modificaciones en tres aspectos: el tratamiento de las ganancias de capital, los c¨¢nones y los dividendos.
Los cambios en las relaciones bilaterales desde la llegada de los dem¨®cratas al poder en Estados Unidos han provocado que el organismo intensifique sus demandas. En octubre -es decir, unos meses antes de la visita de Zapatero a Obama- realiz¨® una actualizaci¨®n del citado documento, esta vez con la participaci¨®n de expertos en la materia de entidades de prestigio presentes en los dos pa¨ªses (Baker & McKenzie, Deloitte, Ernst & Young, KPMG, Garrigues, PriceWaterhouse y Ur¨ªa y Men¨¦ndez), en la que se recogen todas las peticiones.
Los convenios de doble imposici¨®n distribuyen entre el Estado de residencia del perceptor de las rentas y el Estado donde ¨¦stas se obtienen el derecho a gravar las distintas categor¨ªas de rentas. No obstante, los pa¨ªses lo adaptan a sus intereses. Seg¨²n la C¨¢mara de Comercio americana, el modelo espa?ol establece una "desviaci¨®n significativa" respecto a la OCDE que provoca que la ganancia de capital originada en la transmisi¨®n de acciones de una compa?¨ªa espa?ola por parte de una estadounidense que la participe en m¨¢s del 25% durante el a?o precedente, tribute en Espa?a con independencia de que ya lo haga en Estados Unidos.
La C¨¢mara de Comercio americana a?ade que los rendimientos de capital mobiliario tambi¨¦n est¨¢n sometidos a tipos m¨¢s elevados en Espa?a que en otros pa¨ªses que han actualizado sus convenios. Eso sit¨²a al pa¨ªs "en situaci¨®n de desventaja comparativa" a la hora de atraer inversiones. As¨ª, mientras los beneficios distribuidos por las filiales residentes en Espa?a a sus holdings residentes en otros Estados de la UE est¨¢n libres de tributaci¨®n, los de las compa?¨ªas norteamericanas se gravan con un tipo del 15% si la participaci¨®n del holding es inferior al 25% y del 10% si iguala o supera ese porcentaje.
Los obst¨¢culos llevan, en su opini¨®n, a que "aproximadamente la mitad de los activos empresariales estadounidenses que hay en Espa?a (m¨¢s de 42.500 millones de euros) se hayan triangulado, es decir, a trav¨¦s de terceros pa¨ªses como Holanda, Luxemburgo o B¨¦lgica, "por razones fiscales". La facturaci¨®n agregada de las empresas estadounidenses establecidas en Espa?a como de las empresas espa?olas con presencia en Estados Unidos se aproxima al 24% del PIB espa?ol (1,1 billones de euros), lo que pone de relieve la importancia de este asunto. -
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