TV-3, 'la meva'
Los partidos vulneran el esp¨ªritu de la ley y convierten la CCMA en un arma de control de los profesionales
La cuerda que rige el equilibrio en los medios p¨²blicos est¨¢ muy tensa. Los tres socios del tripartito m¨¢s Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) aprobaron en octubre de 2007 la ley que regulaba los medios de la Generalitat. La Ley de la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) ten¨ªa un objetivo: acabar con el control gubernamental de TV-3 y Catalunya R¨¤dio -Jordi Pujol los eleg¨ªa a dedo- y despolitizar los medios p¨²blicos. La clave estribaba en la toma de las decisiones m¨¢s importantes, que deb¨ªan refrendar dos tercios de los diputados, una medida que obligaba a tripartito y CiU a ponerse de acuerdo.
Dos a?os y medio despu¨¦s, el esp¨ªritu de independencia ha sido dilapidado: los medios ya no son gubernamentales, pero el control se ha partidizado. Los partidos han jugado con la ley a estirar la cuerda, haciendo fuerza para acercar TV-3 y Catalunya R¨¤dio a sus dominios. CiU es la que m¨¢s fuerte ha tensado, aprovechando su poder de veto para bloquear las decisiones m¨¢s importantes. La reciente marcha del presidente de la CCMA, Albert S¨¢ez, ha obligado al tripartito a actuar ante la posibilidad de un nuevo bloqueo de los nacionalistas para elegir a su sustituto. El PSC ha dicho basta y ha dejado de estirar una cuerda, la de los medios p¨²blicos, que cree que le pertenece por gobernar. A golpe de decreto ley, una medida prevista para casos de urgencia que da al Gobierno el poder de aprobar una norma sin pasar por el Parlament, el tripartito ha logrado que el presidente de la CCMA sustituto, que ser¨¢ Enric Mar¨ªn, se elija por mayor¨ªa absoluta, sin necesitar los votos de CiU. La acci¨®n, que ha sido catalogada como "cacicada" por la oposici¨®n, es considerada un "mal menor" por ERC, mientras que ICV-EUiA dice sentirse "inc¨®moda" con el decreto ley.
Enric Mar¨ªn ser¨¢ presidente tras un decreto ley que irrita a la oposici¨®n
El gobierno de la corporaci¨®n es como un Parlament en miniatura
Pero este es s¨®lo el ¨²ltimo episodio de una norma que naci¨® malherida porque la voluntad de politizar la gesti¨®n de los medios aflor¨® desde el primer minuto, al confeccionar la estructura de la CCMA. La corporaci¨®n tiene una triple arquitectura administrativa: en el primer escalaf¨®n se sit¨²an los directivos de los medios p¨²blicos y la direcci¨®n general; por encima est¨¢ el consejo de Gobierno, formado por 12 miembros que controlan la gesti¨®n de los mandos profesionales. El tercer ¨®rgano es el consejo asesor, formado por 21 personas que opinan sobre contenidos y programaci¨®n. Para elegir a los consejeros de Gobierno, los partidos se repartieron la tarta seg¨²n su representaci¨®n parlamentaria. As¨ª, a CiU le quedaron cinco, al PSC, cuatro, y a ERC, ICV y PP, uno cada uno. El resultado de la partici¨®n determin¨® el futuro de la CCMA.
Los partidos se saltaron a la torera la promesa que hicieron en la ley de buscar perfiles profesionales para controlar los medios. Los 12 consejeros de la corporaci¨®n tienen un marcado car¨¢cter partidista: el presidente hasta hace una semana, Albert S¨¢ez, fue secretario de Comunicaci¨®n del tripartito, igual que Enric Mar¨ªn; el vicepresidente, Roger Loppacher, fue secretario de Interior con CiU. Y as¨ª hasta configurar un consejo en el que abundan jefes de gabinete, encargados de prensa de partidos y altos cargos con afiliaci¨®n pol¨ªtica. Un proceso similar se vivi¨® un a?o despu¨¦s para escoger los miembros del consejo asesor. El resultado ha sido un rifirrafe continuo que ha embarrado cualquier decisi¨®n que afecte a los medios p¨²blicos, La elecci¨®n de la directora general de la CCMA, Rosa Cullell; de la directora de TV-3, M¨°nica Terribas, y del director de Catalunya R¨¤dio, Oleguer Sarsanedas (sustituido hace ocho meses por Ramon Mateu), estuvo amenazada por el bloqueo y con los partidos dispuestos a pelear por el ¨²ltimo gramo del pastel para no perder cuota de influencia.
La gesti¨®n de los profesionales tampoco ha sido f¨¢cil. Los miembros del Consejo de Gobierno han actuado como comisarios pol¨ªticos, huyendo de la independencia que les da la ley y actuando por orden de su partido. En vez de un foro de debate destinado a mejorar la calidad de los medios, el Consejo de Gobierno se ha convertido en una repetici¨®n, en miniatura, del Parlament. A la vista del resultado, el consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras, se mostr¨® satisfecho con el cambio que habr¨¢ en la ley de la CCMA. "El proceso [para elegir al nuevo presidente] se ha hecho de la forma m¨¢s democr¨¢tica posible", dijo ayer a Catalunya Informaci¨®.Tresserras defendi¨® que la modificaci¨®n responde al objetivo de mantener el equilibrio entre fuerzas de derechas e izquierdas. "Tenemos uno de los sistemas p¨²blicos de radio y televisi¨®n mejores del mundo y no podemos correr el riesgo de que alguien intente instrumentalizar la ley y alterar el equilibrio en la CCMA rompiendo el pacto y aprovechando la marcha de una persona".
Mar¨ªn, que ser¨¢ elegido presidente esta semana, hace la siguiente reflexi¨®n final: "La ley se ha quedado a medio camino. Se ha logrado eliminar el control del Gobierno, pero se ha partidizado la gesti¨®n de los medios". Mar¨ªn, que particip¨® en la creaci¨®n de la norma, considera que el esp¨ªritu de la ley "se ha vulnerado", pero aclara: "Estamos mucho mejor que antes". Su elecci¨®n ha supuesto el en¨¦simo rifirrafe pol¨ªtico en la gesti¨®n de los medios p¨²blicos. Esquivando la pol¨¦mica, asegura que quiere trabajar con el m¨¢ximo consenso y garantizar la independencia de los profesionales. Si le dejan los partidos.
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