"En Espa?a nadie valora nada; en Ir¨¢n son agradecidos"
Cuando llego al Nayeb, Vicente Guallart (Valencia, 1963) ya est¨¢ esperando en la mesa de la ventana como si fuera un asiduo del local. Con esa misma naturalidad acept¨® hace dos a?os la invitaci¨®n de un grupo de j¨®venes arquitectos iran¨ªes para que viniera a Teher¨¢n a darles unas charlas. Vino y se enganch¨®. "Me preguntaron si ten¨ªa alguna sugerencia que pudiera ayudarles a delimitar la zona urbana respecto a la monta?a", recuerda.
De vuelta a Barcelona, donde dirige el Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalu?a, revis¨® las fotos y la documentaci¨®n que se hab¨ªa llevado y les escribi¨® proponiendo Las siete puertas al Alborz, en referencia a la cadena monta?osa que resguarda la capital iran¨ª de los vientos del Norte. "Les gust¨® el nombre", se?ala el arquitecto, quien ha captado la importancia que los iran¨ªes dan a los detalles. La elecci¨®n del siete tampoco era un capricho.
El arquitecto levanta un centro c¨ªvico a las puertas de Teher¨¢n
"Son los siete r¨ªos que dan la vida a Teher¨¢n", a?ade antes de explicar c¨®mo el crecimiento de la ciudad, que en 30 a?os ha pasado de tres a 13 millones de habitantes, ha obligado a redefinir su relaci¨®n con la monta?a. El enfoque de Guallart, que apuesta por integrar los n¨²cleos urbanos en su entorno natural, encaj¨® con la visi¨®n de la municipalidad. Le encargaron la primera de esas puertas, un centro c¨ªvico a las faldas del Alborz, que es a la vez puerta y puente entre la metr¨®poli y el monte.
Sin preguntar, los camareros han llenado la mesa al estilo iran¨ª con ensalada, yogur, hierbas arom¨¢ticas... La carta se reserva para el plato principal. A Guallart ese estilo generoso le recuerda su Valencia natal. "Aqu¨ª ?qu¨¦ se come?, ?kebab?", pregunta. Pero el Nayeb va m¨¢s all¨¢ del omnipresente chelo kebab (arroz con cordero) y el arquitecto se deja seducir por un exquisito feseny¨²n de pollo.
"Est¨¢ muy rico", celebra mientras los ojos se le van al otro lado del ventanal, hacia la avenida Vali Asr, principal arteria de Teher¨¢n. "Estoy convencido de que existe un reloj del tiempo urbano", dice. No puedo evitar preguntarle qu¨¦ marca aqu¨ª y ahora. "Los a?os setenta, sin duda; como nos suced¨ªa entonces en Espa?a, el bloqueo lleva a buscar la autarqu¨ªa", responde dibujando de un solo trazo la coyuntura de Ir¨¢n. "Tienen pocos medios y mucha creatividad".
Pero Guallart no se queda en la superficie. "Lo m¨¢s importante es la cultura y aqu¨ª ese sustrato emerge por muchas capas que se le echen encima", reflexiona. De ah¨ª que, m¨¢s all¨¢ de la situaci¨®n presente, considere esencial el mantenimiento de lazos personales "con quienes quieren mejorar las cosas y abrirse al mundo". Aun as¨ª, ha notado el efecto de los avatares pol¨ªticos. "Algunos de los arquitectos que conoc¨ª en mi primer viaje han emigrado a Canad¨¢ y ahora ya no me ponen el visado en el aeropuerto", conf¨ªa.
"La gente aqu¨ª es muy agradecida. En Espa?a nadie valora nada. Hemos olvidado que hace apenas 40 a?os est¨¢bamos como aqu¨ª", comenta. En su opini¨®n, "el know-how de la transformaci¨®n espa?ola en las infraestructuras podr¨ªa ser muy ¨²til y est¨¢ siendo poco aprovechado". "Estoy convencido de que estoy haciendo cosas aqu¨ª porque soy espa?ol", concluye.
Nayeb de Sae¨ª. Teher¨¢n
- Entrantes: ensalada; yogur con pepino; aceitunas con pasta de nueces; cebollas crudas; feseny¨²n de pollo, etc¨¦tera.
- Arroz al aroma de azafr¨¢n con su costra.
- Brocheta de esturi¨®n con verduritas y champi?ones.
- Agua, caf¨¦ expreso y t¨¦.
Total: 480.000 riales iran¨ªes (unos 35 euros).
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