Voy a clase con pa?uelo
Ausencia de conflictos en cuatro institutos con alumnas que llevan 'hiyab'. - Profesores, estudiantes y j¨®venes con velo inciden en valorar la integraci¨®n
Touriya tiene 14 a?os y est¨¢ en 1? de ESO. Este a?o se ha cubierto la cabeza con un pa?uelo. "Fui a Marruecos, vi que mis primas lo llevaban, y decid¨ª que yo tambi¨¦n quer¨ªa", explica con desparpajo. Cuenta que su madre le ha planteado que es una decisi¨®n personal: queda en manos de Touriya y nadie le va a obligar a nada. "El velo es un asunto que pertenece a la conciencia de las alumnas que lo quieren llevar", se?ala Alipio Hern¨¢ndez, director del IES Luis Bu?uel (Alcorc¨®n) en el que estudia Touriya.
Su caso, opuesto a la pol¨¦mica que ha suscitado el velo de Najwa Malha en el instituto Camilo Jos¨¦ Cela (Pozuelo de Alarc¨®n), es s¨®lo un ejemplo de una realidad que cambia de un centro a otro, de un municipio a otro. Cada instituto madrile?o regula en sus normas de convivencia c¨®mo deben vestir sus alumnos en clase. El de Najwa, igual que en el 40% de los centros escolares de Madrid, la normativa proh¨ªbe a los alumnos cubrirse la cabeza.
El origen de esta medida no tiene que ver con el debate del hiyab. En la mayor¨ªa de los centros surgi¨® como f¨®rmula de respeto para evitar atuendos como las gorras de pandillas juveniles. Pero ahora est¨¢ en el centro de la pol¨¦mica por la lectura literal del centro de Pozuelo. Otros prefieren una interpretaci¨®n m¨¢s abierta y permiten el velo. EL PA?S ha visitado cuatro centros donde el hiyab entra en las aulas.
A las amigas de Touriya tambi¨¦n les parece normal. Mariam, con el pelo recogido con unas gomas, no le da importancia. Como el resto de su c¨ªrculo, sean de origen marroqu¨ª, espa?ol o de cualquier otra de las m¨²ltiples nacionalidades del instituto, considera el velo isl¨¢mico una opci¨®n que no implica distanciamiento. Y entre las musulmanas, a unas les apetece; y a otras, no. La mayor¨ªa de ni?as de origen norteafricano de los 344 alumnos del instituto van descubiertas. S¨®lo tres usan el pa?uelo.
Touriya dice que est¨¢ sorprendida por la pol¨¦mica de Pozuelo. "Ni con los ni?os ni con los profesores he tenido problemas", cuenta. "El velo no ha causado ninguna fricci¨®n entre los chicos", explica el director, Alipio Hern¨¢ndez. "Y los profesores tenemos cosas mucho m¨¢s importantes de las que ocuparnos: subir el nivel acad¨¦mico, el problema de la falta de dinero...".
En los pasillos, el asunto es materia de conversaci¨®n. Todos los profesores afirman que la prioridad es que las ni?as contin¨²en con su proceso de esco-larizaci¨®n, pero, al igual que ocurre en pa¨ªses como Francia, algunos creen que los s¨ªmbolos religiosos no deber¨ªan ganar espacio en los centros p¨²blicos.
Antonio Castillo, jefe de estudios adjunto del instituto La Fortuna de Legan¨¦s, en el barrio del mismo nombre, explica c¨®mo el hiyab se asume con total normalidad en su centro. "Lo llamativo no es que la chica expulsada en Pozuelo llevara el velo, sino que ese tema haya llegado al Consejo Escolar", opina.?ltima hora de clase en el instituto Jaime Ferr¨¢n (Collado Villalba), con 1.100 estudiantes, m¨¢s de 100 musulmanes. Una veintena de alumnas llevan velo isl¨¢mico. Seg¨²n el director, Pedro Escobar, empezaron a usarlo despu¨¦s del caso de F¨¢tima Elidrissi, que en 2005 tuvo que abandonar su instituto p¨²blico en El Escorial. "Se lo colocaron de un d¨ªa para otro porque se sintieron maltratadas", explica en su despacho.
Su reglamento hace referencia al decoro y la discreci¨®n, pero no a la cabeza. "Lo dejamos as¨ª de ambiguo a prop¨®sito, la primera m¨¢xima de este centro es vivir en paz", confiesa Escobar, que protesta porque los institutos tengan que resolver el debate. "El Estado deber¨ªa asumir sus competencias y legislar este asunto".
La alumna Sara, de 14 a?os, cree que es una cuesti¨®n personal. Lleva velo desde hace dos a?os. Nunca le supuso un problema. A sus amigas, las que llevan la cabeza cubierta y las que no, tambi¨¦n les parece normal, aunque una confiesa que a veces se meten con ellas. "Hay gente para todo", resume. Moner, marroqu¨ª de 16 a?os, se queja de que algunos compa?eros "siempre preguntan por qu¨¦ velo y por qu¨¦ no". Cree que hay gente "que no lo respeta".
El instituto Villa de Vallecas, con un 35% de inmigrantes entre sus 800 alumnos, resulta un oasis de integraci¨®n y convivencia. Al menos eso se desprende de las palabras de su directora, Pilar Montero: "Hay 21 nacionalidades, distintos colores y religiones, y ning¨²n problema por razones culturales o religiosas". All¨ª una docena de alumnas musulmanas acuden a diario con hiyab.
"A m¨ª me parecen hero¨ªnas", afirma Montero. "La mayor parte de esas chicas vienen de la Ca?ada Real y tienen muchas dificultades para estar aqu¨ª cada d¨ªa. Decirles que no lo lleven ser¨ªa a?adir un obst¨¢culo m¨¢s", justifica. Soportan tremendos madrugones por cuestiones de transporte: llegan una hora antes del inicio. "Queremos, a trav¨¦s de la educaci¨®n, prepararlas para que si llevan velo sea por decisi¨®n propia y no por imposiciones", a?ade la directora.
Mientras, en el patio, los alumnos lo perciben como algo natural. "Es una opci¨®n personal", apunta Daniel, de 15 a?os y est¨¢ en 4? de ESO. Souad es musulmana, tiene 13 a?os y est¨¢ pensando en empezar a llevar velo. Asegura no sentirse condicionada por el entorno: "Lo llevar¨¦ cuando crea que estoy preparada".
Cada a?o organizan una fiesta intercultural con un puesto dedicado a cada nacionalidad. La directora habla del "tremendo esfuerzo" del profesorado por fomentar la integraci¨®n mientras repasa fotos: farolillos de la suerte en el puesto chino, paella en el espa?ol y danzas orientales en el marroqu¨ª. El centro quiere que los extranjeros aprovechen su origen. Un profesor da clases semanales de lengua y cultura ¨¢rabe, y hay otro de rumano. "Algunos alumnos piensan que integrarse es olvidar las ra¨ªces. Les decimos que el d¨ªa de ma?ana podr¨ªan ser biling¨¹es o trabajar como traductores", explica Montero.
Informaci¨®n elaborada por: J. Andreu, E. Hidalgo y P. ?lvarez.
Contra la islamizaci¨®n
Una de las fachadas del instituto Camilo Jos¨¦ Cela, en Pozuelo, amaneci¨® ayer cubierta de pegatinas de la formaci¨®n ultraderechista Democracia Nacional en las que piden Stop a la islamizaci¨®n, mezquitas no. No duraron mucho en las paredes. Alumnos y un operario las retiraron en pocos minutos mientras las amigas de Najwa Malha mostraban el velo como apoyo a su compa?era.
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