Rodando por Santa M¨®nica
Las recomendaciones de tres directores de cine espa?oles en Los ?ngeles. Una copa en el Chateau Marmont, hamburguesas japonesas, un paseo nocturno por Mulholland Drive y mucho m¨¢s
Pen¨¦lope Cruz ten¨ªa raz¨®n. La actriz espa?ola conoce a los suyos cuando califica a los actores de vagos. A la hora de conducir, claro est¨¢. "Como nos llevan a todos los lados y siempre hay un coche a tu disposici¨®n, lo de conducir, para qu¨¦, ?no?", reconoc¨ªa la actriz espa?ola en Hollywood como excusa para posponer una vez m¨¢s su cita con el carn¨¦. Incluso en Los ?ngeles, donde no eres nadie sin coche.
Su comentario se extiende a toda la profesi¨®n si sirven como ejemplo los tres directores espa?oles que viven en la actualidad en esta ciudad horizontal llamada Los ?ngeles. Talento no les falta para abrirse camino en una industria no especialmente enamorada de lo for¨¢neo. Pero lo del amor por el coche es otra historia. Se trata de Juan Carlos Fresnadillo, canario, 42 a?os, que prepara The Intruders, con Clive Owen como protagonista y gui¨®n de Nicol¨¢s Casariego y Jaime Marqu¨¦s. Luis Berdejo, donostiarra de 35 a?os, que despu¨¦s de pasarse siete intentando dirigir un largometraje lo ha logrado en Estados Unidos, con Kevin Costner como protagonista en The New Daughter. Y Francisco Javier Guti¨¦rrez, cordob¨¦s de 36 a?os, que trabaja en su pr¨®ximo proyecto en Hollywood tras rodar 3 D¨ªas.
Berdejo lo resume muy bien en palabras de su amiga y tambi¨¦n cineasta Ione Hern¨¢ndez: "En Los ?ngeles, si tienes algo que ofrecer siempre habr¨¢ alguien interesado. En Espa?a, tienes algo que ofrecer y puedes morirte de asco". Con esa filosof¨ªa en mente los tres han puesto el huevo en la meca del cine sin importarles el tema del coche. Nada les detiene. Berdejo, a pie, se anda lo que le echen, y si no, en bici. Fresnadillo gru?e cuando habla del "peaje" que hay que pagar por vivir en una ciudad tan grande. "La sensaci¨®n de que vives en el coche es un poco agobiante", insiste quien acab¨® sac¨¢ndose el carn¨¦ a los 35, pero prefiere que le lleven. Guti¨¦rrez es m¨¢s pr¨¢ctico y ya tiene coche, aunque la autopista todav¨ªa no la coge. "?Eso es para la fase B!". Tres directores que no tienen nada de inm¨®vil y que son capaces de descubrirnos una ciudad a su gusto.
01 Energ¨ªa y pragmatismo
Fresnadillo lleg¨® por primera vez a Los ?ngeles en 1997 y la experiencia fue de v¨¦rtigo. Su primer cortometraje, Esposados, fue candidato al Oscar. "Vi de cerca el centro neur¨¢lgico de la industria", afirma este cin¨¦filo, que desde entonces ha dirigido Intacto (2001) y 28 semanas despu¨¦s (2007). Descubri¨® las impresionantes dimensiones de esta ciudad "donde la presencia del cielo es grandiosa, pero tambi¨¦n lo son las distancias". Entre agosto de 2007 y febrero de 2008 vivi¨® en esta urbe californiana, con la que mantiene una relaci¨®n de amor, fascinaci¨®n y rechazo. Ahora est¨¢ con un pie en Madrid y otro en Los ?ngeles, pero recuerda con mucho cari?o su estancia en las colinas de West Hollywood, su zona preferida. "Destacar¨ªa la luminosidad. Desde las seis de la ma?ana la luz lo inunda todo y te levantas con buena energ¨ªa". De hecho, Fresnadillo piensa que Los ?ngeles est¨¢ entregado a la actividad diurna. "Es una ciudad muy pragm¨¢tica".
El pragmatismo no est¨¢ re?ido con el placer y Fresnadillo tiene sus rincones preferidos. El m¨¢s delicioso: el Chateau Marmont, "punto de encuentro fundamental de la gente del cine y la m¨²sica", donde le gusta cenar o simplemente tomar algo. Casi frente por frente, otra parada en el Sunset Strip que tanto le gusta: el Sunset Towers, hotel hist¨®rico, con sabor a otra ¨¦poca, donde deleitarse con buenos c¨®cteles.
Lejos de la noche de Los ?ngeles, una experiencia m¨¢s natural. "El mundo de las colinas. Ah¨ª mismo, subiendo hacia el cerro, a cinco minutos de mi casa, me encontraba con los ciervos. La naturaleza est¨¢ a la puerta de tu casa y, aunque pueda parecer mentira, la ciudad se mezcla muy bien con su entorno verde", comenta. Eso s¨ª, Fresnadillo reconoce un manch¨®n oscuro en su casi id¨ªlica relaci¨®n con Los ?ngeles: jam¨¢s se ha ba?ado en la playa. "El agua est¨¢ muy fr¨ªa", claudica el canario, quien por lo dem¨¢s es un enamorado de la zona de Santa M¨®nica, la que m¨¢s le recuerda la vida europea y una de las pocas ¨¢reas donde se puede pasear c¨®modamente.
M¨¢s recomendaciones: para un buen caf¨¦ y una pausa durante la jornada, Aroma es el sitio, en la uni¨®n entre el lujo de Beverly Hills y la cotidianeidad del valle de San Fernando. Aqu¨ª acuden, adem¨¢s, los due?os de los perros que quieran disfrutar de la compa?¨ªa de sus mascotas. Y para cenar, el director aporta opciones a ambos lados de la colina, siempre de comida japonesa, su favorita. En el valle, Katsuya, el de Glendale, y en la zona de Beverly Hills, Matsuhisa. Claro que si lo que busca es comer algo r¨¢pido y rico, unos tacos de ?Loter¨ªa!, en Farmers Market, har¨¢n el d¨ªa. "Lo mejor de Los ?ngeles es que si superas la crisis que te entra como europeo en medio de tanta soledad es un lugar perfecto para el recogimiento creativo. Una ciudad muy c¨®moda y muy f¨¢cil, a la que vuelvo siempre con ganas", concluye.
02 Atardecer morado
Para Luis Berdejo, Los ?ngeles es "esa gran explanada con edificios bajitos, el mar al fondo y esquinas donde esconderse". Lo dice alguien que padece de claustrofobia, por lo que odia las ciudades oscuras, de edificios altos y sin agua. As¨ª que Los ?ngeles lo tiene todo. Una ciudad a la que lleg¨® por primera vez para hacer un casting en 2006. En 2008, este amante de la mitolog¨ªa americana fij¨® aqu¨ª su residencia. "Al oeste, siempre al oeste", parafrasea el grito de guerra del profesor Tornasol. Y claro, lo que m¨¢s le tira es el mar. All¨ª se aloj¨® por primera vez, en ese hotel a la orilla del Pac¨ªfico en la frontera entre Santa M¨®nica y Venice -"de un lado pod¨ªa escupir en Venice y del otro me acostaba en Santa M¨®nica", recuerda- y all¨ª descubri¨® esos "atardeceres morados" que tanto le impresionan con Malib¨² de fondo. Fue un amor a primera vista, aunque al principio, y llevado por una vida de rico pagada por el estudio que produjo su largometraje, para Berdejo la ciudad era algo secundario. "Los ?ngeles no fue m¨¢s que el mapa donde me mov¨ªa de un sitio a otro mientras hac¨ªa mi pel¨ªcula", recuerda. Hubo esos momentos tur¨ªsticos, como el primer paseo por Hollywood, por el bulevar de las estrellas, donde se sac¨® una foto en la baldosa de Yul Brynner para mand¨¢rsela a Jes¨²s Valverde. "Con lo b¨¢sico que soy, encontr¨¦ la estrella del ¨²nico actor que conoce mi amigo", admite de esta turistada que hasta le sorprende porque este donostiarra se considera un mal turista y nada mit¨®mano.
Le gusta que en Los ?ngeles todo huele a nuevo. ?Y no le gusta? "Dif¨ªcil... Bueno, lo que se encuentra a m¨¢s de una hora de donde estoy, porque como voy andando...". Echa de menos la ensaladilla, "el bareto con la tortilla" y los amigos, pero para ser ¨¦sta una ciudad en la que nadie conoce a nadie, Berdejo no da un paso sin encontrar una cara amiga. Hoy es la del compositor Javier Navarrete, casi vecino y con el que queda para darse un masaje tailand¨¦s un d¨ªa de estos. As¨ª de andar por casa es el Los ?ngeles de Berdejo. "Por mucho que digan, ¨¦sta es una ciudad con gente espiritualmente m¨¢s elevada que Paris Hilton", comenta de una urbe a la que diariamente llegan y de la que se van 2.000 personas.
?l, si pudiera, vivir¨ªa en la noria del muelle de Santa M¨®nica, lugar desde el que disfruta viendo la ciudad y el mar a la vez. Pero cuando el est¨®mago gru?e, la elecci¨®n fue clara durante tres meses de su vida: Il Piccolino. "Viv¨ªa al lado. Luego me enter¨¦ de que era un sitio pijo, aunque me sedujo sin saberlo". Tambi¨¦n ten¨ªa en la vecindad otro de sus sitios preferidos, el argentino Carlitos Gardel. Curioso d¨®nde le lleva su est¨®mago cuando su Los ?ngeles es en realidad Santa M¨®nica, esos paseos por la calle de Montana hasta la 25 y que recomienda a cualquiera, una zona llena de galer¨ªas y barecitos. Claro que a la hora de tomar la ¨²ltima copa se desdice de todo lo dicho. A Berdejo los ojos se le iluminan describiendo al barman del hotel Roosevelt, en pleno Hollywood, sede de los primeros oscars. "Es un loco de su oficio que se levanta de madrugada para comprar las mejores frambuesas por si le piden el mojito de frambuesa", paladea. Una experiencia inolvidable.
03 Esto es Hollywood
El parecido entre Javier Guti¨¦rrez y Julia Roberts es nulo, pero la primera vez que el director de cine cordob¨¦s puso los pies en Hollywood, all¨¢ en 2002, se sinti¨® como Pretty woman. Los estudios Universal le hab¨ªan invitado al hotel Sheraton, con motivo del premio obtenido por su cortometraje Brasil, y sin reparar en el cansancio se cogi¨® el metro -"la ¨²nica l¨ªnea que hay"- y se plant¨® en la esquina de Hollywood y Highland, en el coraz¨®n del bulevar de las estrellas frente al teatro Kodak (donde se entregan los premios Oscar) y junto al teatro Chino, donde est¨¢n inmortalizados los pies y las manos de numerosas estrellas. "Lo primero que hice fue llamar a casa para contar que estaba viendo las letras de Hollywood", comenta.
Volcado desde siempre en el cine de ciencia-ficci¨®n, su deseo era hacerse un hueco en Los ?ngeles, donde sab¨ªa que le entender¨ªan. Cu¨¢l no ser¨ªa su sorpresa al descubrir el secreto mejor guardado de Hollywood. "?Todo lo que hacen es cine social!", bromea tras conocer una ciudad donde las tramas m¨¢s fant¨¢sticas son algo cotidiano. De ah¨ª lo mucho que le gusta el llamado Downtown, el cogollo viejo del Los ?ngeles m¨¢s recio, donde se yerguen cines antiguos e impresionantes edificios art d¨¦co como el Bradbury, donde se rodaron escenas de Blade runner. Hoy es un bloque de oficinas donde poco te dejan hacer m¨¢s all¨¢ de robar una instant¨¢nea a los ascensores. Pero Guti¨¦rrez conoce otro lugar igual de marciano donde tomar una copa. Se trata de The Edison, bar y restaurante con m¨²sica en una antigua central el¨¦ctrica de la que todav¨ªa quedan restos a la vista. O el Cole, ese agujero perdido en el coraz¨®n de la ciudad desde hace m¨¢s de cien a?os que se dice el inventor del french dip (bocadillo de carne mojado en salsilla) y que est¨¢ literalmente a un paso de Skid Row, esa ¨¢rea l¨²gubre de Los ?ngeles que parece sacada de una pel¨ªcula de muertos vivientes. Algo m¨¢s reposado, aunque casi igual de rancio, es el Pantry Caf¨¦, siempre lleno, siempre a mano para un buen filete despu¨¦s de un partido de baloncesto de los Lakers. Afirman que no han cerrado un solo d¨ªa desde 1924.
Pero a Guti¨¦rrez tambi¨¦n le gustan los sitios modernos y a sus amigos los lleva, por ejemplo, a la terraza del hotel Standard, en el downtown, o al SkyBar, del hotel Mondrian, parte de la vida nocturna de Sunset Boulevard. Adem¨¢s, recomienda el restaurante STK, donde se le pod¨ªa encontrar casi todas las noches durante sus primeros meses en Los ?ngeles. Ah¨ª, en su opini¨®n, se mueve la industria, lo mismo que en ese otro garito sin nombre "en la puerta chiquitita de al lado", con gorilas a la entrada de lo exclusiva que es su clientela.
Pero la ciudad que le gusta, esa en la que reside de forma permanente desde hace un a?o, es mucho m¨¢s personal. Todas las semanas se va a comer a la churrasquer¨ªa brasile?a Pampas Grill del Farmers Market, este antiguo mercado de frutas y verduras convertido en lugar de encuentro. Y de ah¨ª a su supermercado favorito: el de los verdaderos angelinos, el Whole Food, donde todo es org¨¢nico o al menos lo parece.
"La mayor sorpresa que me llev¨¦ fue la playa. No me la esperaba". Pero no todo es bello en Los ?ngeles y de lo peor apunta la comida espa?ola, que le tiene decepcionado. De ah¨ª que prefiera las hamburguesas japonesas del Umami, frente a ese pedazo de sala de cine que es el Arclight o el hist¨®rico Cinerama Dome, que alberga la primera pantalla de cinerama del mundo.
Para trabajar est¨¢ el caf¨¦ del Insomnia, bohemio y nocturno. Para una sesi¨®n de ver famosos -siempre que el bolsillo lo permita-, el restaurante Ivy. Y para ser visto, el caf¨¦ Urth, vegetariano, org¨¢nico y muy a la moda. Guti¨¦rrez hasta tiene un lugar preferido para hacer las paces con una ciudad en la que las cosas no siempre van tan deprisa como uno quiere: "Conducir por Mulholland Drive. La vista, sobre todo de noche, de todas las luces de la ciudad es muy especial. Adem¨¢s me llevan".
M¨¢s propuesta e informaci¨®n en la Gu¨ªa de Los ?ngeles
Gu¨ªa
Prefijo telef¨®nico
? 001.
C¨®mo ir
? Iberia (www.iberia.com) vuela a Los ?ngeles con una escala. Ida y vuelta desde Madrid, desde 660 euros.
? American Airlines (www.americanairlines.es) va a Los ?ngeles con una escala; desde Madrid o Barcelona, 575 euros.
? Delta (www.delta.com) con una escala; ida y vuelta desde Madrid, desde 568 euros.
JUAN CARLOS FRESNADILLO
? Chateau Marmont (323 656 10 10; www.chateaumarmont.com). 8221 Sunset Boulevard. Hollywood.
? Sunset Tower (323 654 71 00; www.sunsettowerhotel.com). 8358 Sunset Boulevard. Hollywood.
? Aroma (818 508 06 77; www.aromacoffeeandtea.com). 4360 Tujunga Ave. Studio City.
? Katsuya (www.sbe.com/katsuya; 818 244 59 00). 702 Americana Way, Glendale.
? Matsuhisa (310 659 96 39; www.nobumatsuhisa.com). 129 N. La Cienega Boulevard. Beverly Hills.
? ?Loter¨ªa!/Farmers Market (323 930 22 11; www.farmersmarketla.com). 6333 W. 3rd Street. Los ?ngeles.
F. JAVIER GUTI?RREZ
? The Edison (213 613 00 00; www.edisondowntown.com). 108 W. 2nd Street. Los ?ngeles.
? Cole (www.colesfrenchdip.com; 213 622 40 90). 118 East 6th Street. Los ?ngeles.
? Pantry Caf¨¦ (213 972 92 79; www.pantrycafe.com). 877 South Figueroa. Los ?ngeles.
? Hotel Standard (213 892 80 80; www.standardhotels.com). 550 South Flower Street. Los ?ngeles.
? Skybar/Hotel Mondrian (323 848 60 25; www.mondrianhotel.com). 8440 West S. Boulevard. West Hollywood.
? STK (310 659 35 35; www.theonerestaurants.com). 755 North La Cienega Boulevard. West Hollywood.
? Umami Burger (323 469 31 00; www.umamiburger.com). 1520 N. Cahuenga Boulevard. Los ?ngeles.
? Insomnia (323 931 49 43). 7286 Beverly Boulevard. Los ?ngeles.
? The Ivy (310 274 83 03; www.theivyla.com). 113 North Robertson Boulevard. Los ?ngeles.
? Urth Caffe (310 659 06 28; www.urthcaffe.com). 8565 Melrose Avenue. West Hollywood.
LUIS BERDEJO
? Il Piccolino (310 659 22 20; www.ilpiccolinorestaurant.com). 350 North Robertson Boulevard. West Hollywood.
? Carlitos Gardel (323 655 08 91; www.carlitosgardel.com). 7963 Melrose Avenue. Los ?ngeles.
? Hotel Roosevelt (323 466 70 00; www.hollywoodroosevelt.com). 7000 Hollywood Boulevard. Los ?ngeles
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