Sant Jordi y las lagartijas

Un poco raro fue, la verdad. Eran grupos cuyo ecosistema natural, m¨¢s a¨²n en su ciudad, son las salas no muy grandes, donde se conocen todos. Pero estaban en el Sant Jordi Club, un hangar grande y extra?o -?alguien sabe a qu¨¦ se juega aqu¨ª?, pregunt¨® Manolo, de Astrud-, donde todo eran subcontratas, o casi. All¨ª los dispusieron atendiendo a una denominaci¨®n de origen barcelon¨¦s, un criterio tan musical como la marca del m¨®vil, y all¨ª tocaron uno tras otro en un nuevo festival que mostr¨® la popularidad de Love Of Lesbian, Mishima, Delaf¨¦ Y Las Flores Azules y Sidonie. Lo dem¨¢s se abre al debate.

Desde que Photoshop arruinase la credulidad tanto dan las cifras oficiales. No las hubo, pero se imaginan triunfales, ya que a ¨²ltima hora de la noche, con Love Of Lesbian en escena, la sala estaba a media capacidad. Y aqu¨ª viene lo de la botella, por lo que cada cual haga su lectura, iluminada por las visibles colas que hab¨ªa en la taquilla de invitaciones.

Result¨® incontestable que la noche tard¨® en arrancar y que frente a los excelentes Standstill reinaban los huecos ante el escenario principal. El secundario, aqu¨ª otra cosa extra?a, estaba dentro del Sant Jordi, atravesado en lo que suele ser su backstage. Raro, es cierto, pero gracias a ello en este mundo de simbolismos rabaneros los titulares pueden decir que el indie tom¨® el Sant Jordi. Un rinconcito, algo as¨ª como si el santo se hubiese cargado a una lagartija, pero Sant Jordi al fin y al cabo.

Y en ese mundo de Escher fueron desfilando las bandas, cuyas actuaciones se quer¨ªan solapar para no dar respiro a un p¨²blico que en aquel lugar poco ten¨ªa que hacer salvo, en una muestra de educaci¨®n impagable, buscar papeleras para depositar los vasos vac¨ªos. Puede parecer oportunista afirmarlo, pero la actuaci¨®n de Astrud, buena, hizo recordar que el Auditori era un lugar mucho m¨¢s adecuado para su idea de concierto.

The Unfinished Symphathy y Mishima no se vieron tan perjudicados, ya que al tocar en el espacio peque?o, lo abarrotaron creando el calor que la banda de Carab¨¦n reeditar¨¢ en Apolo en junio, el mismo mes en el que Standstill presentar¨¢ en esa sala su ¨²ltimo disco. Los bullangueros Sidonie s¨ª aprovecharon las medidas para dar rienda suelta a su juerga, mientras que Els Amics de les Arts, que hab¨ªan tocado en Manresa horas antes, cerraron el escenario peque?o con un concierto innecesario por horario, atenci¨®n y ubicaci¨®n. Pero lo dicho, ya tenemos otro s¨ªmbolo y, de propina, el peligro de que hasta los grupos locales abandonen las salas por los festivales. Ahora s¨®lo queda esperar que Sthepin Merritt, Jarvis Cocker y Joe White se afinquen en Barcelona para verlos en un rinc¨®n del Sant Jordi en el pr¨®ximo EscenaBCN.