De la enfermer¨ªa al rescate
Ra¨²l, cojo, y Kak¨¢, por fin de vuelta, sellan una victoria crucial para el Madrid ante un Zaragoza demasiado ¨¢spero - El equipo de Pellegrini sufri¨® m¨¢s de la cuenta ante un rival sostenido por su portero
Dos resucitados dieron carrete al Madrid y mantienen en vilo el campeonato. En La Romareda regresaban Ra¨²l y Kak¨¢, un icono para siempre y otro al que se espera desde hace nueve meses. Uno volvi¨® antes de tiempo, despej¨® un partido ¨¢spero y con una mueca de dolor marc¨® un segundo antes de ser sustituido. Ra¨²l en estado puro. El otro, cuya vuelta se demoraba con exceso, por fin justific¨® su reputaci¨®n y despach¨® a ¨²ltima hora al Zaragoza. Su gol despejar¨¢ los ecos que le persiguen. En el f¨²tbol, la gloria a veces llega de forma instant¨¢nea.
El Zaragoza tom¨® nota del Espanyol, y del ¨¢rbitro del reciente derbi catal¨¢n, que era el mismo, Undiano Mallenco, un juez de espaldas al f¨²tbol, incapaz de descodificar cu¨¢ndo un partido se lleva a las cloacas. Como ya hiciera el equipo de Pochettino, el de Gay sembr¨® el campo de espinas, con alambradas en toda La Romareda. Es la receta de los modestos ante esos gigantes que juegan su Liga particular en Marte, a varias lunas del resto del pelot¨®n. Ante el empuje inicial del Real Madrid, que en los tres primeros minutos ya se cit¨® por dos veces con Roberto, el Zaragoza reaccion¨® atizando la hoguera, con una sucesi¨®n de faltas y grescas que terminaron por cortar el hilo al grupo de Pellegrini, que se desenchuf¨® muy r¨¢pido. Tambi¨¦n influy¨® de forma considerable la baja de Van der Vaart, lastimado ante la mirada de Kak¨¢ en el banquillo. Su puesto fue para Ra¨²l. Un gui?o irremediablemente nost¨¢lgico: el capit¨¢n, quiz¨¢ en su ¨²ltima temporada como madridista, en la plaza que le lanz¨® al estrellato hace 15 a?os y medio.
ZARAGOZA 1 - REAL MADRID 2
Zaragoza: Roberto; Ponzio, Jarosik, Contini, Obradovic; Edmilson, Gabi; Ander (Uche, m. 75), Aguilar, Eliseu; y Suazo (Colunga, m. 21. J. L¨®pez, m. 88). No utilizados: Carrizo; Babic, Pulido y Paredes.
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Garay, Sergio Ramos, Marcelo; Gago (Kak¨¢, m. 75), Xabi Alonso, Guti; Van der Vaart (Ra¨²l, m. 15. Benzema, m. 51); Higua¨ªn y Cristiano. No utilizados: Dudek; Metzelder, Diarra, Lass y Granero.
Goles: 0-1. M. 50. Ra¨²l, a pase de Cristiano. 1-1. M. 61. Colunga dribla a Casillas y marca a puerta vac¨ªa. 1-2. M. 82. Kak¨¢ recibe de Cristiano y la cruza con la derecha.
?rbitro: Undiano Mallenco. Amonest¨® a Ponzio, Arbeloa, Eliseu, Gabi, Marcelo, Kak¨¢ y Xabi. Expuls¨® a Contini de roja directa por un codazo (m. 51).
34.500 espectadores en La Romareda.
De regreso a su cuna, el 'siete' fue ejemplar en la plaza que le lanz¨® al estrellato
El codazo de Contini a Higua¨ªn fue un navajazo sin sentido para su equipo
La lesi¨®n de Van der Vaart desti?¨® al Madrid, que ten¨ªa en el enganche holand¨¦s al mayor incordio para los zaragocistas, incomodados por su juego entre l¨ªneas, un suplicio para Edmilson y Gabi. Sin Van der Vaart, el Madrid fue demasiado directo, una ganga para el equipo local, que cav¨® la trinchera y se olvid¨® de las ¨¢reas. Nunca le import¨® la de Casillas, acomplejado como estuvo toda la noche, s¨®lo gallardo para el cuerpo a cuerpo. Por si fuera poco, perdi¨® a Suazo, con el hombro derecho tendido hasta por tres veces. Poco m¨¢s tiene el Zaragoza, por mucho que se remendara en el mercado invernal. Al equipo le falta un gui¨®n, carece de gen¨¦tica y algunos de los reci¨¦n llegados necesitan un div¨¢n. Eliseu, por ejemplo, al que el ¨¢rbitro consinti¨® su particular¨ªsimo combate pugil¨ªstico. Con Contini no le qued¨® m¨¢s remedio. Su codazo a Higua¨ªn fue un navajazo sin sentido para su equipo, por mucho que Undiano propiciara la barra libre.
Justo un instante antes del atropello de Contini, la afici¨®n de La Romareda despidi¨® con el se?or¨ªo que merece a Ra¨²l. De vuelta a su cuna, el siete de nuevo fue ejemplar. Es un futbolista may¨²sculo. Ya es una leyenda, y a¨²n es capaz de agrandar la misma cuando su condena definitiva est¨¢ a un paso. Se hab¨ªa recuperado antes de tiempo de una lesi¨®n, porque gestiona como pocos el dolor, pero lo pag¨® en Zaragoza. Se resinti¨® y cuando Benzema estaba en la l¨ªnea de salida, Cristiano decidi¨® apurar la jugada y retrasar el cambio. Una mayor¨ªa de jugadores se hubiera desentendido de la acci¨®n a la espera del relevo. Ra¨²l es de otra pasta. No se desconect¨® de la jugada y tras una doble parada de Roberto emboc¨®. Fue el gol de un cojo extraordinario, una pincelada m¨¢s de lo que es Ra¨²l. La Romareda brind¨® por ¨¦l cuando se fue de inmediato, dolorido y goleador, quiz¨¢ de uno de sus ¨²ltimos actos de servicio para el Real Madrid, donde incluso ha superado a Di St¨¦fano como artillero. Palabras mayores.
Con el marcador favorable y Contini arrestado, el Madrid ten¨ªa el partido a sus pies. No hab¨ªa habido noticias de Casillas en toda la noche, salvo cuando, aburrido tal vez, se entretuvo cambiando de guantes. El Zaragoza no ten¨ªa recorrido, por mucho que el Madrid no ofreciera su mejor versi¨®n, guiado de nuevo por los impulsos de Cristiano e Higua¨ªn, sin elaboraci¨®n alguna, con Guti descolgado en tierra de nadie. Por esa v¨ªa ha sumado y sumado durante todo el curso. Lo que no esperaba era el desplante de Colunga, relevo de Suazo. Abel Aguilar, desnortado todo el encuentro, encendi¨® las luces a espaldas de Garay y el h¨¢bil delantero local dej¨® atr¨¢s a Casillas y sell¨® el empate. Un azote inesperado para el Madrid, que hab¨ªa rematado por dos veces a los postes, que hab¨ªa entronizado a Roberto. Pellegrini lanz¨® a toda la caballer¨ªa: junto a Cristiano e Higua¨ªn, Benzema y Kak¨¢, resucitado tras m¨¢s de 40 d¨ªas en el gimnasio, desde el despe?o ante el Lyon. Apurado como nunca, con el Bar?a m¨¢s cerca de la meta, al Madrid s¨®lo le quedaba jugarse un ¨®rdago tras otro. El tiempo apremiaba m¨¢s que el Zaragoza, al que sosten¨ªa su portero. Hasta que Cristiano enlaz¨® con Kak¨¢, las dos perlas veraniegas. El brasile?o recibi¨® un pase filtrado del portugu¨¦s y bati¨® a Roberto con un tiro cruzado desde dentro del ¨¢rea. Por una vez, Kak¨¢ fue puntual. Su gol tuvo un valor extraordinario.
As¨ª es el f¨²tbol, generoso hasta con los m¨¢s cuestionados.
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