Sogama sube la apuesta del calor
Galicia emprende una segunda incineradora pese a ser ya la autonom¨ªa que m¨¢s quema - La cuarta parte de la basura que arde en Espa?a lo hace en Cerceda
La que menos residuos genera por habitante es tambi¨¦n la que m¨¢s incinera. Casi la cuarta parte de los desperdicios que se queman en Espa?a arden en la planta de Cerceda. Su medio mill¨®n de toneladas anuales convierte a Galicia en la comunidad aut¨®noma que m¨¢s incinera en relaci¨®n con su n¨²mero de habitantes, la segunda en t¨¦rminos absolutos despu¨¦s de Catalu?a. Pero a la Xunta no le salen las cuentas. A la planta de Cerceda siguen llegando muchos m¨¢s residuos de los que es capaz de calcinar, un problema que solucionar¨¢ con nuevos hornos en el sur de Galicia.
Reaparece la pol¨¦mica que en los a?os noventa gener¨® la creaci¨®n de la Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama) y la incineradora de Cerceda. "Es un desprop¨®sito, le pedimos a la Xunta que recapacite", se lamenta Julio Barea, responsable de la campa?a de contaminaci¨®n de Greenpeace. Los ecologistas se oponen a las incineradoras porque producen furanos y dioxinas, "uno de los t¨®xicos qu¨ªmicos artificiales m¨¢s potentes jam¨¢s estudiados", explica Baena. "No existen niveles seguros de emisi¨®n para las dioxinas, son cancer¨ªgenas y pueden afectar al sistema inmune y al reproductor, as¨ª como alterar el desarrollo de ni?os, ya que son disruptores hormonales". La combusti¨®n provoca adem¨¢s CO2, el principal gas de efecto invernadero. "Son s¨®lo algunas de las 186 sustancias qu¨ªmicas que emiten las incineradoras, un c¨®ctel qu¨ªmico incre¨ªble", argumenta el portavoz de Greenpeace.
Greenpeace solicita a la Xunta que recapacite y renuncie a la planta
Manuel Bao: "Una incineradora emite las mismas dioxinas que un cigarro"
Claro que hay otras versiones. "En esto pasa como en el f¨²tbol, que todo el mundo opina, pero no todas las opiniones tienen el mismo valor", advierte Manuel Bao, ingeniero f¨ªsico de la Universidade de Santiago. Bao considera que la incineraci¨®n con valorizaci¨®n energ¨¦tica es "admisible, y en todo caso mejor que los vertederos, que emiten m¨¢s dioxinas". Vertederos como el de Areosa, tambi¨¦n en Cerceda, adonde se destinan las casi 400.000 toneladas que la planta de Sogama no puede quemar por falta de capacidad. Las dioxinas, explica, desaparecen cuando la combusti¨®n supera los 600 grados, como ocurre en las incineradoras, "pero no en los incendios ocultos que proliferan en los vertederos". Un estudio de Bao para la Universidad de Oviedo conclu¨ªa que la emisi¨®n de dioxinas de la combusti¨®n de un cigarrillo puede ser igual a la de una incineradora en un a?o. En su opini¨®n, tampoco el di¨®xido de carbono supone un problema relevante. "Es de origen vegetal y forma parte de un ciclo que se cierra en s¨ª mismo", expone.
"No es cierto", replica Barea. El portavoz de Greenpeace asegura que una incineradora "emite proporcionalmente m¨¢s CO2, que una planta de carb¨®n como la de As Pontes". Y respecto a las dioxinas, apela a un estudio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en ingl¨¦s), "que concluye que no existe nivel seguro de exposici¨®n a las dioxinas".
En lo que hay coincidencia es en que es preferible la incineraci¨®n que el vertido directo. El orden de prioridades pasa por la reducci¨®n, la recuperaci¨®n, el reciclaje y la elaboraci¨®n de compost, para despu¨¦s recurrir a la incineraci¨®n y al vertido. Pero a la planta de Sogama siguen llegando demasiados residuos. Los ¨²ltimos datos oficiales, de 2007, hablan de una quema de 533.000 toneladas, pero a la planta llegaron casi 900.000. Lo que no quemaron sus hornos se deposit¨® en el vertedero de Areosa. Pero incluso lo que pasa por la incineradora vuelve al vertedero, en forma de cenizas y escorias no menos contaminantes. Es lo que ocurre con casi el 20% de lo que se quema en Cerceda, un argumento m¨¢s para los detractores de la incineraci¨®n.
"No hay sector m¨¢s vigilado"
La apuesta por la segunda planta de valorizaci¨®n energ¨¦tica en Sogama coincide con la llegada a su presidencia de un firme defensor de la incineraci¨®n, Luis Lamas, que considera que todas las dem¨¢s opciones son sistemas complementarios. "La incineraci¨®n reduce el volumen de basura, recupera la energ¨ªa que contiene y contribuye al ahorro de combustibles f¨®siles", sostiene. "No en vano, la planta de Sogama produce energ¨ªa el¨¦ctrica suficiente para abastecer 100.000 viviendas".
A todo ello a?ade Lamas que, "en el marco de la industria en general", el sector de la incineraci¨®n es "el m¨¢s vigilado". Asegura el presidente de Sogama que los hornos de Cerceda est¨¢n sometidos de forma permanente "a un exhaustivo control ambiental". La tecnolog¨ªa, contin¨²a, "garantiza una correcta depuraci¨®n de gases, y permite que todos los valores de emisi¨®n se encuentren muy por debajo de los l¨ªmites legales". Comparte su opini¨®n el ingeniero f¨ªsico Manuel Bao: "Se han hecho muchos estudios, pero no han aparecido dioxinas en el entorno de Cerceda". Julio Barea, de Greenpeace, discrepa: "Triplica los valores l¨ªmite del umbral de emisiones de di¨®xido de carbono y casi duplica los de ¨®xidos de nitr¨®geno que marca el protocolo internacional".
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