Semana para la ¨¦pica
El Bar?a, con el Inter a la vista, obligado a su primera remontada en la era de Guardiola - El Madrid no se rinde y, con recursos inesperados, sue?a con una gesta tras un campeonato colosal
La otra Liga, la que se juegan mano a mano el Bar?a y el Madrid, presenta unos n¨²meros marcianos. Quedan 12 puntos por disputarse, pero con los 87 que llevan los azulgrana cualquiera habr¨ªa cantado ya victoria. Basta comprobar que hace una d¨¦cada el Deportivo fue campe¨®n con 69; es decir, el Bar?a podr¨ªa serlo con 30 m¨¢s si suma los que restan. Y el Madrid, con 29 m¨¢s. El equipo de Pellegrini ya tiene 10 m¨¢s que en su entronizaci¨®n de hace tres temporadas con Fabio Capello y uno m¨¢s que en el podio con Bernd Schuster. Incluso el megabar?a de hace s¨®lo un curso se qued¨® por debajo del actual: conquist¨® la Liga con los mismos puntos que ya contabiliza a estas alturas. El pulso entre ambos es ¨¦pico. Los dem¨¢s se rindieron en septiembre, algo ins¨®lito en el f¨²tbol espa?ol, en el que abundaban los agitadores. El f¨²tbol del Bar?a y la banca del Madrid los convirtieron en teloneros de tercera.
El equipo azulgrana fue fiable incluso en su ¨²nica eliminaci¨®n, en Sevilla
Con los puntos del Bar?a y el Madrid hace tiempo que cualquiera ser¨ªa campe¨®n
Mientras el Madrid, pese al azote barcelonista en Chamart¨ªn, no se rinde y al Bar?a, pese a los seis tronos consecutivos, no le falta el apetito, la discusi¨®n se perpet¨²a en medio de numerosos avatares: las venganzas arbitrales de la UEFA, el consentimiento de los colegiados nacionales con las guerrillas de los modestos, los partes m¨¦dicos imprevistos y hasta los programadores televisivos. Estos, La Sexta en concreto, ha fijado el Villarreal-Bar?a para el pr¨®ximo s¨¢bado a las 22.00, apenas 72 horas despu¨¦s de que el grupo de Guardiola intente la gesta ante el Inter en la Liga de Campeones. El Madrid, sin copas a la vista desde hace tiempo, recibir¨¢ el domingo a las 19.00 a Osasuna. Por suerte, en estos casos no hay cansinas teor¨ªas conspirativas que alimenten el victimismo de uno u otro bando. Fuera del campo hay muchos partidos, as¨ª es el f¨²tbol, en el que no se declinan la l¨®gica y el sentido com¨²n. Lo mismo da la geograf¨ªa, nacional o internacional, donde la UEFA somete a los equipos a la ¨²lcera de un volc¨¢n island¨¦s, sean el Bar?a, el Lyon o el Liverpool, de maratoniana excursi¨®n por las carreteras europeas mientras sus adversarios les esperaban en sus balnearios.
Sin remedio ante tanto capricho ajeno, el Bar?a tiene frente a s¨ª un reto novedoso. Por una vez en la era de Guardiola ha tenido que apelar al p¨²blico, sabedor de que, adem¨¢s de su f¨²tbol m¨¢s exquisito, ante el Inter precisar¨¢ de un toque de ¨¦pica que hasta la fecha no ha necesitado. En la conjura, el equipo se ha encomendado al misticismo del Camp Nou. Est¨¢ ante su primera gran remontada, como el Madrid de los ochenta o el que esprint¨® hace tres a?os en la Liga y lo intenta ahora. Hasta la fecha, el Bar?a de Guardiola ha sido fiable incluso en las derrotas, como la que le ape¨® esta temporada de la Copa del Rey tras dar una exhibici¨®n en el S¨¢nchez Pizju¨¢n. Ser¨¢ interesante auscultar a este equipo ante su mayor everest, angustiado por una derrota por dos goles de diferencia que jam¨¢s hab¨ªa sufrido en 20 meses. Y ante un enredador de primera como Jos¨¦ Mourinho, que convierte este tipo de eliminatorias en una novela negra. M¨¢xima exigencia para el Bar?a. Su Liga tiene un par¨¦ntesis del que puede sacar provecho el Madrid, que ha abierto el abanico: en La Romareda encontr¨® recursos donde no los esperaba, en Ra¨²l y Kak¨¢, que no contaban en los primeros planos. En este Madrid todos han tenido su momento. Por eso el equipo suma como nunca y bate registros sin parar.
Sin el Bar?a de por medio, el Madrid habr¨ªa agotado los elogios. Ahora debe esperar el resultado de esta semana de pasi¨®n para su gran adversario, un equipo que inici¨® una aventura colosal en septiembre de 2008. En un deporte tan exigente, en el que la gloria es tan ef¨ªmera, s¨®lo el Inter y el Madrid pueden poner fin a la f¨¢bula. Est¨¢ por ver un Bar?a ¨¦pico.
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