Un primer paso, con buen sentido
Todo clama por un pacto de Estado en materia de educaci¨®n. A largo plazo, que la escuela es el principal mecanismo de formaci¨®n de la ciudadan¨ªa, es decir, de la vida en com¨²n; que de ella dependen competitividad, posici¨®n y evoluci¨®n del pa¨ªs en la econom¨ªa global -la de todos y, por tanto, de cada uno-; que una generaci¨®n que mayoritariamente vota, pero ya no estudia, legisla para otras que estudian pero no votan, y tal vez no piensen como nosotros. A corto plazo, las altas tasas de fracaso y abandono, los pobres resultados Pisa, el fiasco en los objetivos de Lisboa, el alarmante malestar docente o la reveladora mortandad de ministros y consejeros del ramo.
La cuesti¨®n es si estaremos a la altura de las circunstancias (m¨¢s dif¨ªcil, dec¨ªa Machado, que estar au dessus de la mel¨¦e), en un pa¨ªs m¨¢s dado a la bronca que al di¨¢logo y el acuerdo. Profesores y padres destacan por su limitado horizonte, centrados respectivamente en sus particulares intereses laborales (jubilaci¨®n, autoridad y reconocimiento) o presupuestarios (bajo los lemas de libre elecci¨®n y escuela p¨²blica), sin apenas propuestas de inter¨¦s com¨²n. Los partidos, por su maximalismo: irreductibilidad de los nacionalistas (lo suyo es irreversible), dogmatismo irreal de IU (si no es hacia el centro pol¨ªtico, ?qu¨¦ pacto de Estado es posible?) y escasa voluntad de un PP confiado en que cuanto peor para el pa¨ªs, mejor para volver al Gobierno (de sus tres demandas irrenunciables: calidad, elecci¨®n y castellano, deber¨ªan estar satisfechos con las dos primeras, pero no). Es verdad, por otra parte, que PSOE y Gobierno han tardado en reconocer los efectos imprevistos de la LOGSE y no terminan de abordar la articulaci¨®n nacional del sistema.
Pocos motivos, pues, para el optimismo, pero s¨ª alguna luz: el Gobierno ha hecho un notable esfuerzo desde la LOE (que tambi¨¦n lo fue) por asumir propuestas ajenas y lleva tiempo empe?ado en corregir ciertas disfunciones (repetici¨®n, formaci¨®n profesional, evaluaci¨®n, direcci¨®n...). Sindicatos de profesores y asociaciones de padres han matizado sus demandas y entrado en otros aspectos. Hasta los populares dejan traslucir que en sus filas hay defensores del pacto. No veremos un gran acuerdo, pero nada impide dar el primer paso en la direcci¨®n correcta.
Mariano Fern¨¢ndez Enguita es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad de Salamanca.
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