Zapatero frena a los l¨ªderes del PSOE que exigen mayor apoyo a Garz¨®n
Blanco, Paj¨ªn y Chaves pidieron m¨¢s compromiso hacia el juez de la Audiencia Nacional - El respaldo al magistrado lo ejercer¨¢ el partido, pero no el Gobierno
Fue una discusi¨®n interesante y viva y acab¨® en un reparto de papeles. Sucedi¨® el pasado lunes, 19 de abril, a primera hora de la ma?ana, en la reuni¨®n de estrategia semanal que se celebra en La Moncloa y a la que acude la c¨²pula del Gobierno, del Grupo Parlamentario y del PSOE. Varios dirigentes del partido, como la secretaria de Organizaci¨®n, Leire Paj¨ªn; el vicesecretario general, Jos¨¦ Blanco, y el propio presidente del partido, Manuel Chaves, reclamaron mayor compromiso en la defensa del juez Baltasar Garz¨®n ante el malestar social que ha generado su enjuiciamiento por el Tribunal Supremo por su investigaci¨®n de los cr¨ªmenes del franquismo. Zapatero insisti¨® en no rebasar el l¨ªmite del respeto a las instituciones y a la independencia judicial. Tras el debate se pact¨® una salida: el Gobierno evitar¨¢ cualquier manifestaci¨®n que pueda cuestionar esa independencia o pueda interpretarse como una presi¨®n sobre los jueces. El apoyo a Garz¨®n lo ejercer¨¢ el partido.
El presidente exige que no se traspase el l¨ªmite del respeto a las instituciones
Quiere evitar que el PP le acuse de causar descr¨¦dito al Supremo
Unos d¨ªas antes, el pasado 13 de abril, se hab¨ªa celebrado en la Universidad Complutense de Madrid un acto de apoyo a Garz¨®n al que acudi¨® el secretario de Estado de Pol¨ªtica Territorial, Gaspar Zarr¨ªas, que acab¨® con agrias invectivas de algunos oradores, sobre todo del ex fiscal Anticorrupci¨®n Carlos Jim¨¦nez Villarejo, contra algunos magistrados del Supremo que en el pasado fueron jueces del franquista Tribunal de Orden P¨²blico (TOP).
Mientras Chaves, Paj¨ªn y Blanco defend¨ªan la mayor implicaci¨®n del partido en el apoyo a Garz¨®n, algunos de los presentes apuntaron que la presencia de Zarr¨ªas quiz¨¢ no fuera del todo oportuna. Incluso se?alaron que hubiera sido mejor que ning¨²n cargo del Gobierno estuviera en actos con un resultado tan pol¨¦mico que sirvi¨® al PP para lanzar una campa?a contra el Gobierno acus¨¢ndole de deslegitimar las instituciones judiciales. Uno de los asistentes a la reuni¨®n, Manuel Chaves, al que une una larga tradici¨®n pol¨ªtica y personal con Zarr¨ªas, se vio obligado a justificarla por razones personales y detall¨® la represi¨®n franquista contra el abuelo de Zarr¨ªas, fusilado, y contra su padre, encarcelado.
La conversaci¨®n deriv¨® hacia cu¨¢l debe ser el tratamiento que los miembros del Gobierno y el PSOE deben dar a los magistrados del Tribunal Supremo y c¨®mo graduar el apoyo a Garz¨®n en este pol¨¦mico caso . Los m¨¢s implicados en la gesti¨®n del partido -Chaves, Blanco y Paj¨ªn- demandaron una posici¨®n contundente y clara. El ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, y la ministra de Econom¨ªa, Elena Salgado, apenas intervinieron. Tampoco destac¨® la vicepresidenta primera, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega. Zapatero, cuyo abuelo tambi¨¦n fue v¨ªctima de la represi¨®n franquista, tuvo una intervenci¨®n fr¨ªa y anal¨ªtica. En este tipo de debates, el presidente encarna el papel de ¨¢rbitro. Escucha y espera. Y luego toma partido. As¨ª sucedi¨® el lunes.
El presidente sabe que Garz¨®n suscita grandes controversias en la familia socialista. Una parte importante de la vieja guardia del partido no le tiene simpat¨ªa por su actitud cuando en 1994 dimiti¨® como delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas del Ejecutivo de Felipe Gonz¨¢lez. Ese sector no olvida c¨®mo, al volver a su despacho de la Audiencia, removi¨® el caso GAL sentando en los tribunales a la c¨²pula de Interior del Gobierno de Gonz¨¢lez.
Otros ex cargos de Gobiernos socialistas, como el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch; la ex secretaria de Estado de Interior, y ahora vocal del Poder Judicial, Margarita Robles; y la actual vicepresidenta primera le desprecian por los enfrentamientos personales que mantuvieron con ¨¦l cuando entre 1994 y 1995 coincidieron en la c¨²pula del Ministerio de Justicia e Interior. Por ¨²ltimo, los j¨®venes socialistas tienen una gran simpat¨ªa a Garz¨®n por sus actuaciones contra ETA o las dictaduras chilena y argentina.
Zapatero, tras se?alar que las v¨ªctimas del franquismo ten¨ªan todo el apoyo del Gobierno y situar en este terreno la actividad del juez Garz¨®n, puso el acento en los comportamientos pol¨ªticos. Seg¨²n se?al¨® Zapatero, el PP pretende, adem¨¢s de seguir atacando por el flanco de la crisis econ¨®mica, abrir una v¨ªa de ataque al Gobierno tratando de responsabilizarle de participar en una campa?a de descr¨¦dito de las instituciones como el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional. Zapatero record¨® que el PP ya lo hab¨ªa ensayado con la presencia de Zarr¨ªas en el acto de la Complutense. Y las posteriores declaraciones de Mariano Rajoy y otros dirigentes del mismo partido arreciaban en la misma direcci¨®n.
Reclam¨®, por ello, mucha prudencia a todos, especialmente a los miembros del Gobierno para no facilitar la nueva estrategia del PP . Y dej¨® un margen de actuaci¨®n al partido para que defendiera a Garz¨®n pero sin poner en cuesti¨®n al Tribunal Supremo . Propuso que se diera la vuelta a la estrategia del PP lanzando el ataque del PSOE contra este partido acus¨¢ndole de sectarismo contra las actuaciones judiciales que le perjudicaban (caso G¨¹rtel).
Esta posici¨®n de Zapatero fue tenida en cuenta ante la convocatoria de la manifestaci¨®n celebrada el pasado s¨¢bado. No hubo ning¨²n representante del Gobierno, y la representaci¨®n oficial del partido se limit¨® al miembro de la Ejecutiva Pedro Zerolo. No obstante, s¨ª acudieron algunos diputados nacionales y auton¨®micos mezclados entre la multitud.
Zapatero mantuvo la misma actitud ante el debate social suscitado por el retraso de la sentencia del Tribunal sobre el Estatuto de Catalu?a . El l¨ªder socialista avanz¨® en esa reuni¨®n lo que el mi¨¦rcoles expondr¨ªa p¨²blicamente en la sesi¨®n de control del Congreso. Zapatero dijo a los socialistas que la responsabilidad del bloqueo del Tribunal no radicaba en los magistrados sino en el PP que hab¨ªa puesto cantidad de obst¨¢culos a su renovaci¨®n y hab¨ªa tratado de condicionar su composici¨®n.
El presidente tambi¨¦n insisti¨® en que los magistrados elegidos por el PSOE manten¨ªan actitudes m¨¢s independientes que los del PP cuya actuaci¨®n era uniforme. Por ello aclar¨® que no se puede abogar por el nombramiento de independientes para los principales cargos judiciales y luego exigirles obediencia partidista, en alusi¨®n a algunas cr¨ªticas que algunos dirigentes socialistas dirigieron hacia el magistrado Manuel Arag¨®n que discrep¨® de la posici¨®n mayoritaria del bloque progresista del Tribunal.
Como tras los maitines se re¨²ne la Ejecutiva del PSOE, esa dualidad la deb¨ªa encarnar inmediatamente Paj¨ªn, la n¨²mero tres del partido. Un problema de agenda lo trastoc¨® todo. Blanco, vicesecretario general del PSOE, tras la charla en La Moncloa, declar¨® en la Cadena SER, antes de que congregase la Ejecutiva del partido, su admiraci¨®n por Garz¨®n y su lamento porque Falange pudiera ganar esa batalla judicial. ?En calidad de qu¨¦ se manifestaba Blanco? Su discurso descoloc¨® la estrategia y, sobre todo, a Paj¨ªn, que compareci¨® horas m¨¢s tarde en Ferraz con el paso cambiado y el discurso tomado.
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