Alarma general por la crisis de Grecia
Standard & Poor's rebaja la calificaci¨®n de la deuda portuguesa y deja la griega al nivel de 'bono basura' - El contagio amenaza a m¨¢s pa¨ªses - Las Bolsas se hunden
Algo parecido a las sensaciones inmediatamente anteriores al 15 de septiembre de 2008 -la quiebra de Lehman Brothers- recorre el espinazo de la eurozona, embestida por la crisis griega, que en realidad es ya una crisis europea en toda regla. La crisis fiscal del euro gan¨® ayer profundidad con las rebajas de las notas de solvencia de Standard & Poor's para Grecia y Portugal -con la deuda griega al nivel de bono basura, algo tan nefasto como suena-, las ventas masivas de bonos griegos por el miedo de los inversores al impago, la escalada del riesgo pa¨ªs en Grecia y Portugal y, para m¨¢s inri, las protestas en la calle de los trabajadores griegos y portugueses, que se enfrentan a un horizonte plagado de incertidumbres.
Los intereses de la deuda griega y de la portuguesa se disparan
Irlanda y, en menor medida, Italia y Espa?a est¨¢n bajo presi¨®n
Los expertos reclaman medidas extraordinarias para detener la sangr¨ªa
Grecia exige que las ayudas lleguen de inmediato ante la insoportable presi¨®n
Las resistencias de Alemania a poner en marcha de inmediato la ayuda a Grecia (45.000 millones de euros) y la lentitud institucional de la zona euro y en menor medida del FMI ponen de manifiesto el divorcio entre unos mercados en m¨¢xima tensi¨®n y una respuesta pol¨ªtica lenta y por el momento del todo insuficiente para calmarlos. Los inversores tocaron a rebato en una suerte de p¨¢nico propiciado por un c¨®ctel de malas noticias. Esa lentitud en la respuesta pol¨ªtica y sobre todo las rebajas en la calificaci¨®n crediticia de S&P provocaron un incendio en los mercados de deuda, que se propag¨® a los de divisas -el euro cay¨® hasta los 1,31 d¨®lares, el valor m¨ªnimo en un a?o- y a las Bolsas europeas. Los parqu¨¦s de Atenas, Lisboa, Madrid y Dubl¨ªn se dejaron entre el 4% y el 6%. Y la semana no ha hecho m¨¢s que empezar.
Grecia sufri¨® otra oleada de p¨¦simas noticias. La deuda a dos a?os lleg¨® a pagar intereses del 18% y los tipos del bono a 10 a?os rozaron el 10% tras la rebaja de la nota de S&P hasta BB+, tres escalones de golpe, por debajo del nivel de inversi¨®n y al nivel de bono basura. Eso, en pocas palabras, significa que la agencia ve probable una suspensi¨®n de pagos en Grecia. Y complica las cosas: los grandes fondos -de inversi¨®n y de pensiones, que mueven miles de millones- suelen tener prohibido invertir en pa¨ªses con el nivel de bono basura, y grandes y peque?os inversores huyen de un pa¨ªs con las cuentas p¨²blicas y sobre todo la credibilidad muy tocadas por los problemas de los ¨²ltimos meses. Adem¨¢s, esa rebaja puede castigar a¨²n m¨¢s la situaci¨®n del sistema financiero: en las inyecciones de liquidez, imprescindibles para una banca que est¨¢ sufriendo una r¨¢pida fuga de dep¨®sitos, el Banco Central Europeo no acepta como garant¨ªa la deuda al nivel de bono basura.
El ministro de Econom¨ªa griego, Yorgos Papaconstantinu, reclam¨® ayer acceder de inmediato a las ayudas, ante la presi¨®n asfixiante de las ¨²ltimas cifras.
Pero las noticias empiezan a ser igualmente preocupantes en Portugal, con lo que la crisis de la deuda p¨²blica europea entra en una segunda fase, con un riesgo de contagio mucho mayor. S&P baj¨® tambi¨¦n dos escalones la nota de solvencia portuguesa, hasta A-, lo que provoc¨® un fort¨ªsimo repunte de los tipos de inter¨¦s de sus bonos. Los inversores se refugiaron en la deuda alemana -la m¨¢s segura, a la que se recurre en este tipo de episodios de tensi¨®n- y eso provoc¨® problemas adicionales en Irlanda y, en menor medida, en Italia y Espa?a.
La crisis entra en un momento crucial, tras un primer amago de contagio a finales del pasado enero, que se detuvo con las promesas de ayuda europeas y las medidas de ajuste anunciadas en Grecia, y tambi¨¦n en Espa?a y Portugal. Esta vez no parece tan sencillo. La ¨²ltima vez que las agencias de rating revisaron a la baja la nota de Portugal, inmediatamente despu¨¦s hicieron lo mismo con algunos de los pa¨ªses bajo presi¨®n (entre ellos, Espa?a). Los analistas advierten de que el incendio puede ser potencialmente devastador si la ayuda no llega a tiempo o los Gobiernos m¨¢s afectados no hacen algo por ganar credibilidad: "La pol¨ªtica insiste en ir por su cuenta y en estar de espaldas a los mercados, y de esa manera se entra en una zona de enorme incertidumbre en la que puede pasar cualquier cosa", asegur¨® Daniel Gros, del Centro de Estudios de Pol¨ªtica Europea. "Los mercados van a barrer a los pa¨ªses que no tomen medidas ya: en esta nueva fase de la crisis no basta con las promesas", destac¨®.
Esa falta de fe es cada vez m¨¢s general. El director del Centro de Investigaci¨®n Financiera del IE Business School y PwC, Luis de Guindos, explic¨® que los inversores se ceban con Grecia porque no creen que su ajuste sea realista: "Est¨¢ en un c¨ªrculo vicioso: cuanto m¨¢s coste de la deuda, m¨¢s financiaci¨®n necesitar¨¢, lo que obligar¨¢ a hacer m¨¢s ajustes". Lo mismo puede suceder en otros casos. Juan Ignacio Crespo, de Thomson Reuters, a?adi¨® que con el recrudecimiento de las tensiones "los mercados entran en una fase totalmente especulativa en la que en cualquier momento la crisis fiscal puede quedar fuera de control. Eso exige medidas extraordinarias por parte de los bancos centrales como las que se tomaron en los momentos m¨¢s graves de la crisis financiera".
Portugal no es Grecia. Espa?a no es Grecia. Ni Irlanda, ni Italia, como repiten sus Gobiernos como un mantra. Y, en efecto, ninguno de esos pa¨ªses tiene una combinaci¨®n de d¨¦ficit y deuda tan peliaguda, ni ha mentido con sus estad¨ªsticas, ni ha sufrido un ataque similar. Sin embargo, la crisis es cada vez m¨¢s profunda y siembre dudas sobre la recuperaci¨®n. "Antes de Lehman Brothers, parec¨ªa que los problemas de un peque?o segmento hipotecario en EE UU, las subprime, se iban a quedar en una simple crisis financiera. Ahora hay s¨ªntomas de que puede suceder algo parecido: la respuesta pol¨ªtica es equivocada, la desconfianza crece, al final los problemas fiscales pueden acabar con la recuperaci¨®n si no se act¨²a con rapidez", cierra Santiago Carb¨®, asesor de la Reserva Federal.
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