La Roca habla 'spanglish'
'Fish and chips', libras esterlinas, 'bobbies' y pintas de cerveza. Un d¨ªa para descubrir el multicultural Gibraltar, comer junto al mar y subirse a lo alto del Pe?¨®n, donde viven los monos
Su perfil asusta. Los 426 metros del Pe?¨®n son una presencia desafiante en Gibraltar. M¨ªrelo una vez y lib¨¦rese de prejuicios. Pase el resto del tiempo descubriendo lo que menos se conoce del enclave brit¨¢nico: un pasado de bombas que pone los pelos de punta y una mezcla cultural ¨²nica. ?Que c¨®mo se llega? Por mar (un nuevo catamar¨¢n desde el puerto de Algeciras cuyo trayecto dura 20 minutos) y por tierra (cruzando a pie desde La L¨ªnea de la Concepci¨®n entre la multitud). Aqu¨ª manda el spanglish en su expresi¨®n m¨¢s pura, con permiso de Miami. Aunque el llanito hable ingl¨¦s con acento british (el idioma oficial) y un espa?ol con deje gaditano, su conversaci¨®n mezcla las dos lenguas en un batiburrillo chispeante. Ponga el o¨ªdo. Practique el turismo auditivo.
9.00 Azulejos portugueses
Al llegar por tierra, lo primero que se ve es el aeropuerto y los bobbies (polic¨ªas). Caminamos unos minutos hasta Casemates Square (1), epicentro de Gibraltar, donde est¨¢ la oficina de turismo (www.visitgibraltar.gi). Toda esa construcci¨®n de piedra que rodea la plaza eran antiguos cuarteles brit¨¢nicos. Donde ahora la gente se sienta al sol y come en las terrazas (fish and chips en Rock English), antes se practicaban ejecuciones. La moneda es la libra, pero se puede pagar en euros, y la atm¨®sfera demuestra la mezcla de culturas: los ¨¢rabes conquistaron la roca en el a?o 711, los reyes Cat¨®licos la reconquistaron en 1462 y la armada anglo-holandesa se hizo con ella en 1704. El Tratado de Utrecht cedi¨® Gibraltar a la corona de Gran Breta?a a perpetuidad. Y entonces llegaron genoveses, portugueses y hasta hind¨²es.
A un lado est¨¢ la f¨¢brica de cristal (2), un espacio oscuro donde brillan los colores de los jarrones y las copas. Los sopladores trabajan delante del turista. Detr¨¢s siguen las murallas. Los callejones y cuestas de piedra van a dar al castillo ¨¢rabe (3). Bajando, est¨¢ el templo hind¨², construido en el 2000 para las 600 personas de Gibraltar que profesan esa religi¨®n (la poblaci¨®n total del enclave es de 30.000). Hay que recrearse en las cuestas, la vegetaci¨®n y las casas medio andaluzas, medio portuguesas (atenci¨®n a los azulejos), pero con persianas de estilo genov¨¦s.
10.00 No 'friquear' a los monos
A¨²n queda m¨¢s Pe?¨®n hacia arriba. Las se?ales inequ¨ªvocas son los carteles: "Apes" (monos). Para no tener agujetas al d¨ªa siguiente, lo mejor es ir al Cable Car (4) (el telef¨¦rico). Entremedias se pasar¨¢ por el cementerio de Trafalgar, aunque s¨®lo est¨¢n enterrados en ¨¦l dos soldados brit¨¢nicos de esta batalla de 1805. Se puede aprovechar para entrar en los Botanic Gardens (5), tambi¨¦n llamados la Alameda, donde no se escucha ni p¨ªo y hay ca?ones del siglo XIX. Venga, al telef¨¦rico (billete sencillo, 6,50 libras, unos 7,50 euros).
Una vez en The Upper Rock (6), como los llanitos llaman a la parte m¨¢s alta del Pe?¨®n, las vistas alucinan: el Mediterr¨¢neo, el Atl¨¢ntico, Espa?a y ?frica. Un lugar estrat¨¦gico. Por eso esta tierra siempre fue pretendida por todos. "No porque seamos m¨¢s guapos que nadie", se r¨ªe Gail Francis-Tiron. Aqu¨ª est¨¢n ya los monos (hay unos 230). Est¨¢ prohibido darles de comer o tocarlos: como dicen, se pueden friquear (de freak out, perder el control) y engancharse a los pelos. Cuenta una leyenda que cuando estos animales desaparezcan, Gibraltar dejar¨¢ de ser brit¨¢nica. Winston Churchill se tom¨® tan a pecho esta creencia, que cuando los monos estuvieron en peligro de extinci¨®n despu¨¦s de la II Guerra Mundial mand¨® traer m¨¢s ejemplares de ?frica, continente del que proceden.
11.30 Una roca hueca
La vista se va recreando en el paisaje verde mientras se bajan los Mediterranean Steps. No apto para gente con v¨¦rtigo. Al final se encuentra un monumento natural: St. Michael's Cave (7). No apto para gente con claustrofobia. Sorprende m¨¢s el anfiteatro construido dentro, con aforo para 400 personas, donde se organizan conciertos. Parada t¨¦cnica: un caf¨¦ en The Cabin (8). Tambi¨¦n se puede picar desde cusc¨²s hasta callos. Si se sigue Queen's Road se llegar¨¢ a los t¨²neles del Gran Asedio (9), cuando Espa?a y Francia se aliaron contra el Reino Unido para reconquistar el Pe?¨®n entre 1779 y 1783. Si a uno le ha gustado la sensaci¨®n puede recorrer tambi¨¦n los t¨²neles que construyeron los soldados brit¨¢nicos durante la II Guerra Mundial (el billete para todas las atracciones en la roca cuesta 11,50 euros).
13.00 Comer en el barrio de pescadores
Los llanitos comen a esta hora. M¨¢s tarde, dicen, les da fatiga. Una buena opci¨®n es correr a Catalan Bay, o a La Caleta, un pintoresco barrio de pescadores. La estampa de la playa con sus gaviotas se ve desde la terraza de La Mamela (10) (Sir Herbert Miles Road), un restaurante donde probar pescado y mariscos frescos. El caf¨¦ o el t¨¦ con tarta brit¨¢nica, en The House of Sacarello's (11) (Irish Town). Esto es el meollo de Gibraltar: Main Street (12), con sus cabinas de tel¨¦fonos rojas y sus tiendas abarrotadas. Como no existe IVA, se puede comprar m¨¢s barato que en Espa?a el tabaco, los aparatos electr¨®nicos, los perfumes y la ropa. Aproveche.
17.00 Guardias inm¨®viles
Con tanto shopping, uno se aturulla. Se puede relajar en John Mackintosh Square (13). Otra parada t¨¦cnica. All¨ª sentado, uno se puede encontrar con un chaval que le dice a otro: "Te llamo pa atr¨¢", traducci¨®n literal de I call you back. O una chica que le chilla al beb¨¦ de una amiga: "Where are you going, shiquillo? Ver¨ªdico. Ahora nos vamos a la catedral de Saint Mary the Crowned (14), erigida en el siglo XV bajo periodo espa?ol sobre la antigua mezquita principal (hay restos de azulejos andalus¨ªes), y The Supreme Court (15), el registro donde se casaron John Lennon y Yoko Ono y V¨ªctor Manuel y Ana Bel¨¦n (uno puede contraer matrimonio en la Roca 24 horas despu¨¦s de notificarlo). Y siguiendo Main Street nos topamos con The Convent (16), la residencia del gobernador de Gibraltar, con sus guardias que ni pesta?ean por m¨¢s fotos que se les haga.
18.00 El saqueo de Barbarroja
Antes de que se vaya el sol hay que tomar el bus n¨²mero 3 en Line Wall Road (paralela a Main Street). Destino: Europa Point (17), la punta m¨¢s meridional de Gibraltar. Desde el mirador se ve ?frica perfectamente y uno siente que su esp¨ªritu vuela (y no s¨®lo por el fuerte viento del Estrecho). Detr¨¢s, la mezquita construida hace 12 a?os, con su enorme minarete (se puede visitar, a partir de las 17.00), y el templo cristiano de Our Lady of Europe, una mezquita que los cristianos convirtieron en iglesia hace m¨¢s de 500 a?os y que fue saqueada por el pirata Barbarroja en el siglo XVI. Fusi¨®n cultural. Y a la derecha, dos playas recoletas donde meditar: Little Bay (18) y Camp Bay (19). A la vuelta, hay que entrar en King's Bastion (20), un fuerte de piedra reconvertido en centro de ocio donde uno puede tomar un vino.
21.00 Sentirse como Lord Nelson
La noche en Gibraltar tiene su punto: se cena en los puertos deportivos, bien en Ocean Village - 21 (en el brasile?o Ipanema, con buf¨¦ de diferentes carnes), bien en Queensway Quay - 22 (en alguno de los hind¨²es o en The Waterfront, que sirve asados). Despu¨¦s, el acogedor pub All's Well (Casemates Square, Unit 4), Rock on The Rock (Range Town, 41), con m¨²sica en directo los viernes y cervezas a un euro, y Lord Nelson (Casemates Square, 10), decorado como el famoso barco del capit¨¢n brit¨¢nico que venci¨® en Trafalgar. Con tantas pintas, uno se suelta con el ingl¨¦s. Y si olvida alguna palabra, no worries. Siempre quedar¨¢ el llanito mix.
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