Las vi?etas tambi¨¦n suenan
La m¨²sica ha formado parte de la vida cotidiana de todas las sociedades. Era l¨®gico que cuando el c¨®mic naci¨® como tal y comenz¨® a reflejar esa vida cotidiana, la m¨²sica fuera apareciendo de forma natural en sus vi?etas. Ya en 1830 en las inici¨¢ticas histoires en im¨¢genes del suizo Rudolph T?pffer (?el primer c¨®mic aut¨¦ntico seg¨²n todos los estudiosos!) el protagonista intentaba, sin ¨¦xito, convertirse en un buen violonchelista. A partir de ah¨ª, en casi todos los c¨®mics cl¨¢sicos fue apareciendo la m¨²sica, aunque siempre en segundo plano. Yellow Kid charlaba con un fon¨®grafo, Krazy Kat tocaba una extra?a mandolina para olvidar sus penas y Rip Kirby interpretaba a Chopin en la intimidad. Ser¨¢ necesario esperar al nacimiento de Bianca Castafioere (en Tintin) o Schroeder (en Peanuts) para que personajes secundarios, pero con peso, centren su actividad en la m¨²sica. Seguir¨ªan Asuranceturix, Fideo de Mileto...
Todo cambia a finales de la d¨¦cada de 1960. La irrupci¨®n del llamado comix underground californiano, con Crumb y Shelton a la cabeza, pone a la m¨²sica y a sus int¨¦rpretes en primer plano otorg¨¢ndoles todo el protagonismo. Paralelamente, en Europa va gest¨¢ndose el que se denominar¨ªa c¨®mic adulto y ser¨ªa uno de sus abanderados Guido Crepax, el que plasmar¨ªa la primera historieta musical con verdadera enjundia: Harlem Blues. E inmediatamente despu¨¦s los argentinos Mu?oz y Sampayo ofrecer¨ªan otra obra de referencia, esta vez en el campo de las biograf¨ªas, Billie Holiday. Las puertas estaban abiertas; a partir de aqu¨ª, a ambos lados del Atl¨¢ntico se han ido produciendo innumerables c¨®mics de tem¨¢tica musical, tanto en el campo de la fantas¨ªa como en el de la biograf¨ªa. ?Hasta los superh¨¦roes como Batman ha protagonizado historietas musicales!
Por su parte, la industria musical comenz¨® a interesarse por los dibujantes cuando se vio la necesidad de que los discos tuvieran portadas (eso sucedi¨® en 1939). Hasta 1956 se trat¨® de ilustraciones, pero ese a?o Al Capp firm¨® la primera portada descaradamente c¨®mic para la comedia musical de su personaje Li'l Abner. Le siguieron algunas, pocas, y la inflexi¨®n la marc¨® una vez m¨¢s el comix cuando Robert Crumb realiz¨® la popular portada del disco Cheap Thrills, de Janis Joplin en 1968. Despu¨¦s, casi todos los dibujantes de c¨®mic han dejado alguna car¨¢tula para la historia. Y tambi¨¦n en nuestro pa¨ªs, desde la tan comentada portada de Nazario que plagi¨® Lou Reed, hasta todos los nombres con peso en el c¨®mic actual: Ceesepe, Torres, Be¨¢, Max, Bernet, Si¨®, Tha, Kim, Gallardo, Mart¨ªn, Das Pastoras...
La m¨²sica popular del siglo XX y el c¨®mic nacieron pr¨¢cticamente al mismo tiempo y han seguido vidas paralelas que (la geometr¨ªa no es siempre infalible) se han cruzado en m¨²ltiples ocasiones, y seguir¨¢n cruz¨¢ndose.
Miquel Jurado es el comisario de la exposici¨®n Els ritmes del c¨°mic.
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