H¨¦roe sin importancia

Narrativa. En la anterior novela del escritor argentino Alan Pauls (1959), Historia del llanto, su motivo central, el motor de su garant¨ªa emocional, estribaba en ese doble juego metaf¨®rico entre una lluvia en el coraz¨®n y el llanto cayendo sobre la ciudad. Ese escondido motivo director de la novela, esa fina excusa para describir m¨¢s que una situaci¨®n hist¨®rica -los grupos revolucionarios en la Argentina de los a?os setenta- un estado de ¨¢nimo hist¨®rico: el loco espejismo ut¨®pico y la posterior y tr¨¢gica desilusi¨®n. En su nueva novela, Historia del pelo, Alan Pauls aborda los a?os de la sangrienta dictadura argentina. Es relevante su m¨¦todo de composici¨®n. La voz omnisciente no es nunca ese ojo decimon¨®nico, se inclina m¨¢s como una relaci¨®n de creador y criatura (que dir¨ªa Roland Barthes), una voz que pareciera no dejar nunca a su h¨¦roe a la intemperie de su destino: como si quisiera alertarlo de su debilidad, de esa frivolidad suya que tanto har¨¢ para que se encuentre con la cara m¨¢s oscura de la historia de su pa¨ªs.

En Historia del pelo su autor muestra los r¨¦ditos narrativos de un buen uso de las nimiedades humanas: un h¨¦roe que vive enceguecido por su pelo, por el estado de su peinado, por el estilo de corte de pelo que ha renovado, por el que no pudo ser en su momento, por el que lleva ahora y se siente extra?o. Estas bagatelas son esenciales en el relato. Dictaminan un estado de cosas hist¨®rico: alguna vez estas irrelevancias conformaron un estatus social o ideol¨®gico, eran s¨ªntomas peligrosos, antirrevolucionarios o subversivos. As¨ª funcionaba ese pa¨ªs, nos dice el narrador desde su omnisciencia acusadora. Nuestro h¨¦roe sin importancia, que un d¨ªa tuvo el cabello lacio y rubio como se supon¨ªa que lo ten¨ªan los burgueses, se va cruzando en su vida con algunos representantes categ¨®ricos de la historia argentina de los ¨²ltimos cuarenta a?os. Un antiguo compa?ero de colegio, el eco de una guerrillera montonera cuya peluca sirvi¨® para camuflarse y matar a un general del Ej¨¦rcito al comienzo de los a?os setenta y a partir del cual comienza a fraguarse el golpe de Estado de 1976, un ex guerrillero que se dedica ahora a la venta de droga. Y un peluquero paraguayo que es la quintaesencia del corte perfecto: el profesional exacto para nuestro neur¨®tico h¨¦roe.

Alan Pauls ha escrito un libro singular en su l¨ªnea habitual de singularidad narrativa. Nos dice que no esperemos una historia contada como se suelen contar todas las historias de terror y equivocaciones hist¨®ricas. Se puede acceder a todo ello desde una perspectiva ins¨®lita. Hasta podr¨ªa uno arriesgar algunas hip¨®tesis: ?y si estuvi¨¦ramos ante un proyecto de historiograf¨ªa carnavalesca? (historia del llanto, historia del pelo) ?Y si fuera el h¨¦roe el que conduce a su narrador? ?Qu¨¦ narrador se atrever¨ªa a contar una historia tan desasosegante siguiendo los pasos de un tipo tan enfermizamente preocupado por su acicalado cr¨¢neo? Claro que tambi¨¦n nos re¨ªmos, como nos re¨ªmos con Bouvard y P¨¦cuchet, la ¨²ltima e inacabada novela de Flaubert. Pero te queda un poso de absurdo humano y tristeza... -