(In)directamente
Hace varios a?os, el suplemento dominical de este diario public¨® una entrevista con el escritor norteamericano Stephen King, que no he olvidado, a pesar del tiempo transcurrido, porque en ella este autor, que tendemos a representarnos m¨¢s bien por sus argumentos, expresaba una preocupaci¨®n que era esencialmente de estilo; o si se prefiere, evidenciaba que para ¨¦l tambi¨¦n las relaciones entre el fondo y la forma de una obra son de rec¨ªproca y extrema necesidad. En un momento dado el entrevistador le pregunt¨® qu¨¦ consejo le dar¨ªa a alguien que quisiera escribir, convertirse en escritor, y Stephen King respondi¨® que le dir¨ªa: "el adverbio no es tu amigo".
Lo que me hace ahora evocar aquella entrevista es otra mucho m¨¢s reciente, publicada hace s¨®lo unos d¨ªas, en la que Brian Currin, abogado sudafricano y mediador en conflictos internacionales, afirmaba que la izquierda abertzale "indirectamente le ha pedido a ETA que ponga fin a la violencia". Ha sido leerlo y acordarme de Stephen King y de las reservas que le inspiran los adverbios. Porque ese "indirectamente" no creo que forme parte de los amigos ni siquiera de las amistades que merece la sociedad vasca.
Es evidente que nuestro debate pol¨ªtico tiene m¨¢s que propensi¨®n, adicci¨®n a los planteamientos-clich¨¦, a abordar siempre-durante decenios- las cosas de la misma manera, desde enfoques iguales o clonados. Y uno de los lugares comunes m¨¢s recurrentes, uno de los que m¨¢s ha formateado nuestra vida p¨²blica tiene que ver con el discurso, con los "adverbios", de la izquierda abertzale. Se ha fijado, perpetuado entre nosotros la idea de que es una responsabilidad permanente, una obligaci¨®n constante de la sociedad vasca el ir descifrando lo que la izquierda abertzale quiere decir cuando no dice nada; el ir interpretando, y adem¨¢s a su favor, lo que ¨¦sta nunca expresa con claridad; el ir adivinando, y adem¨¢s con manga ancha, las intenciones que albergan sus silencios o sus indirectas. Y ello mientras la izquierda abertzale presta o¨ªdos sordos a lo que la inmensa mayor¨ªa de la sociedad vasca lleva enormidades de tiempo diciendo con absoluta claridad, con una legibilidad resplandeciente: que est¨¢ en contra del terrorismo; que las reglas del juego democr¨¢tico exigen aqu¨ª, y en cualquier lugar presentable, el rechazo, el repudio de la violencia.
Estamos en un nuevo ciclo pol¨ªtico; y entiendo que el cambio significa o pasa tambi¨¦n por abolir algunas tradiciones de debate, muy arraigadas entre nosotros, como ¨¦sta de los abordajes fijos. El cambio exige abrirse al multiperspectivismo. A nuevos enfoques sobre asuntos "de siempre", tan viejos y lastrantes como el del posicionamiento de la izquierda abertzale frente a la violencia. Creo que ya es hora de que el debate pol¨ªtico nos y se libere de la tarea de interpretar lo que Batasuna quiere decir por omisi¨®n, en impl¨ªcitos o indirectas; que le exija que hable claro de una vez, abierta y directamente.
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