Trichet rectifica y empieza a comprar deuda para calmar los mercados
El BCE adquirir¨¢ bonos p¨²blicos y privados de los pa¨ªses con dificultades - El eurobanco rechaza que hubiera "presiones pol¨ªticas" para activar la medida
En el mundo anterior a la crisis, los banqueros centrales eran tremendamente aburridos y, sobre todo, cre¨ªbles. Ten¨ªan un objetivo (controlar la inflaci¨®n) y un arma (los tipos de inter¨¦s). Esa especie de minimalismo se ha acabado por completo. Incluso en el m¨¢s ortodoxo de los bancos centrales. Cuatro d¨ªas despu¨¦s de negarse tajantemente a adoptar nuevas medidas extraordinarias -y de avivar as¨ª el incendio en los mercados hasta rozar la cat¨¢strofe-, el Banco Central Europeo (BCE) se vio obligado ayer a realizar una ins¨®lita rectificaci¨®n. Inici¨® la compra de deuda p¨²blica y privada: una medida de emergencia con la que consigui¨® frenar la espiral en la que hab¨ªa ca¨ªdo la crisis fiscal europea.
El anuncio logra calmar los mercados de deuda p¨²blica
Europa, EE UU y Suiza activan l¨ªneas de liquidez para respaldar al euro
El riesgo de una debacle pesa m¨¢s que la posible p¨¦rdida de credibilidad. Incluso para el BCE. Con esa acci¨®n, el eurobanco detiene -por ahora- los ataques especulativos contra los pa¨ªses con peores n¨²meros. Y levanta un dique para limitar el miedo al contagio de la crisis y una eventual suspensi¨®n de pagos, que habr¨ªa dejado la econom¨ªa, otra vez, al borde del abismo.
La tensi¨®n dur¨® hasta ¨²ltima hora: literalmente, hasta que los funcionarios del BCE empezaron a trabajar. El mercado de deuda p¨²blica abri¨® ayer a las ocho de la ma?ana como sol¨ªa: con los tipos de inter¨¦s de la deuda espa?ola, por ejemplo, subiendo ligeramente. Fue un espejismo, o tal vez un aviso: a las 8.30 el BCE empez¨® a comprar bonos y los tipos bajaron dr¨¢sticamente. As¨ª se esfum¨® el ataque sobre la deuda soberana de la eurozona, especialmente en el Mediterr¨¢neo.
La compra de deuda es una medida excepcional, que inici¨® Jap¨®n para luchar contra la deflaci¨®n, y de la que EE UU y Reino Unido echan mano desde el inicio de la Gran Recesi¨®n: desde que la sequ¨ªa de liquidez amenaz¨® con hundir el sistema financiero. El BCE se neg¨® entonces a saltarse la ortodoxia en ese punto, como tampoco rebaj¨® los tipos hasta el 0%: prefiri¨® dejarlos en el list¨®n del 1%. Y el jueves pasado, en Lisboa, su presidente Jean-Claude Trichet neg¨® repetidamente -"No; no se ha discutido; no voy a decir nada m¨¢s al respecto"- la posibilidad de comprar deuda para detener el virus inoculado por la crisis griega.
Medidas excepcionales y rectificaciones dram¨¢ticas para una situaci¨®n que amenazaba ruina. "La urgencia de la crisis, la aceleraci¨®n demencial de los mercados en los ¨²ltimos d¨ªas, obliga al BCE a actuar ante el riesgo de cataclismo", resume Juan Ignacio Crespo, de Thomson Reuters. Paul de Grauwe, de la Universidad de Lovaina, asegura que la medida "es, simple y llanamente, lo que hab¨ªa que hacer: no supone apretar ning¨²n bot¨®n nuclear, porque al fin y al cabo otros han hecho lo mismo y es una de las armas que puede usar un banco central". "El problema es que el BCE lleva tiempo diciendo que esas compras eran algo terrible; lo ¨²nico realmente terrible ha resultado ser la estrategia de comunicaci¨®n del BCE".
Los expertos lo llaman, con su habitual querencia por los jerogl¨ªficos egipcios, "relajaci¨®n cuantitativa". La medida se identifica tambi¨¦n con "echar dinero desde un helic¨®ptero" o activar la m¨¢quina de imprimir dinero, seg¨²n la definici¨®n de Ben Bernanke. En el caso de EE UU y Reino Unido, el objetivo era inundar de dinero un mercado financiero totalmente seco, que amenazaba con ahogar a los bancos. En el caso europeo es estabilizar el mercado de deuda.
Pero en ambos casos, la metodolog¨ªa es id¨¦ntica: comprar deuda, desde bonos de empresas o bancos hasta letras del Tesoro y todo tipo de obligaciones del Estado, de manera que el banco central inyecta dinero fresco en el mercado y a cambio se queda esos t¨ªtulos, con los correspondientes beneficios (o p¨¦rdidas, si la cosa no funciona). El BCE lo hace en los pa¨ªses m¨¢s atacados, en los que los precios de los bonos se han desplomado y los tipos de inter¨¦s han escalado hasta cotas alpinas. Mediante compras masivas, la reacci¨®n buscada es la inversa: que los precios suban y los tipos de inter¨¦s se relajen, como sucedi¨® ayer.
Pero la operativa genera dudas. En primer lugar, sobre la credibilidad del BCE. Tras negarse el jueves a activar las compras, Trichet reivindic¨® ayer en Basilea que la decisi¨®n final "no es el resultado de presiones pol¨ªticas". Y evit¨® dar pistas sobre las cantidades que el banco movilizar¨¢: al cabo, se trata de operar contra la tendencia seguida hasta ahora por los inversores, y eso ser¨ªa ense?ar las cartas. Las compras se centrar¨¢n "en los pa¨ªses con m¨¢s dificultades", y el BCE har¨¢ "lo que sea necesario", contest¨® Trichet ante la pregunta de si la cifra final podr¨ªa alcanzar los 300.000 millones de euros.
Hay m¨¢s incertidumbres. El BCE es responsable de la pol¨ªtica monetaria, y por tanto no debe dedicarse a tapar agujeros fiscales: seg¨²n algunos analistas, eso supone rebasar la l¨ªnea que separa la pol¨ªtica monetaria de la fiscal. De alguna manera, incuba dudas sobre la independencia del BCE. Adem¨¢s, las consecuencias a corto plazo son positivas, pero si finalmente alg¨²n pa¨ªs o entidad suspende pagos puede provocar un enorme agujero en las cuentas del BCE. Por ¨²ltimo, los expertos aseguran que hay riesgo de provocar inflaci¨®n, el gran fantasma de Alemania, que siempre se ha opuesto a estas operaciones. Hasta ahora.
La medida persigue "abordar el mal funcionamiento de los mercados de valores", seg¨²n asegur¨® el propio BCE en una declaraci¨®n inusual, que tal vez no casa con sus principios pero era totalmente necesaria. Adem¨¢s, el eurobanco anunci¨® la extensi¨®n de las subastas de liquidez (la barra libre de dinero para la banca a tres y seis meses), y junto con los bancos centrales de EE UU y Suiza se comprometi¨® a reactivar, desde hoy, las l¨ªneas de provisi¨®n de liquidez en d¨®lares para frenar la ca¨ªda del euro. La moneda europea escal¨® ayer por encima de los 1,30 d¨®lares por unidad, aunque a ¨²ltima hora volv¨ªa a cotizar en torno a los 1,28, un nivel similar al del pasado viernes. El baile va para largo.
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