Luces y sombras bajo la alfombra roja

Cannes, perla de la Riviera: sus playas (de pago), sus boutiques, bares y restaurantes (car¨ªsimo todo), su mezcla inasible de elegancia y horterada, sus fiestas salvajes -menos salvajes que nunca por culpa de la crisis-, sus superyates, sus jeques ¨¢rabes, su prostituci¨®n de lujo, sus productores octogenarios rodeados de veintea?eras en flor, sus hotelazos de ultralujo (el Hotel du Cap, el Carlton, el Martinez o el Majestic, este ¨²ltimo con la suite m¨¢s cara de Europa, una bicoca reci¨¦n inaugurada a 38.000 euros la noche), sus jugadores de petanca d¨¢ndole al pastis como campeones, sus numeros¨ªsimos votantes del Frente Nacional (como en toda la Costa Azul), su festival de cine... ??Su festival de cine?? Algunos prefieren llamarlo su circo del cine.

No hay una explicaci¨®n sobre c¨®mo se escogen sus filmes

En esta edici¨®n no hay ning¨²n director espa?ol en la secci¨®n oficial

Tal es la dimensi¨®n que ha adquirido la tradicional megacita de cada mayo, en la que se entremezclan, s¨ª, las pel¨ªculas y sus estrellas, los actores y sus man¨ªas, los famosos y los aspirantes a serlo, la enso?aci¨®n de la sala oscura y la crisis del cine... y donde tambi¨¦n conviene, de vez en cuando y para no dejarse nada en el tintero de las verdades, mirar debajo de la alfombra para comprobar si todo el polvo ha sido convenientemente barrido. Debajo de la alfombra roja y rutilante, las luces y las sombras, y hasta las tinieblas, del festival, perd¨®n, del circo cinematogr¨¢fico m¨¢s grande del globo y de sus locos seguidores.

- Pel¨ªcula s¨ª, pel¨ªcula no. Ni los m¨¢s viejos del lugar consiguen dar una explicaci¨®n m¨ªnimamente l¨®gica sobre c¨®mo se las apa?a el comit¨¦ de selecci¨®n del festival de cine m¨¢s importante del mundo a la hora de admitir o descartar pel¨ªculas en su secci¨®n oficial a concurso. No hay, ni se les espera, criterios establecidos sobre la pel¨ªcula-tipo que el delegado art¨ªstico del certamen, Thierry Fr¨¦maux, y su presidente, el todopoderoso Gilles Jacob, buscan para la carrera hacia la anhelada Palma de Oro. De hecho, hay t¨ªtulos que saltan de la oficial a otras secciones paralelas -como Una cierta mirada o la Quincena de Realizadores- como por arte de birlibirloque. Como ocurri¨® el a?o pasado con Tetro, de Francis Ford Coppola, a quien Jacob ofreci¨® una "sesi¨®n especial" dentro de la secci¨®n oficial, a lo que el director de El padrino opuso un educado pero firme "para eso, me voy a la Quincena".

Y una maldad, aunque basada en la m¨¢s estricta de las realidades: s¨ª que hay un com¨²n denominador a las pel¨ªculas de la secci¨®n oficial. La inmensa mayor¨ªa de ellas, ya sean tailandesas, argentinas, belgas o del Chad, llevan en su sangre capital franc¨¦s. ?Y el cine espa?ol? Pues bastante maltrecho en cuanto a su presencia por aqu¨ª: ni un director espa?ol este a?o, ni en la secci¨®n oficial a concurso ni en Una cierta mirada. Por mucho que el ICAA o el ente Catalan Films & TV se empe?en en publicar p¨¢ginas de publicidad en revistas especializadas patriotizando del todo bajo los lemas Cine espa?ol en Cannes o Cine catal¨¢n en Cannes pel¨ªculas de directores tailandeses, estadounidenses o portugueses. Que, por mucho que tengan una parte de capital espa?ol, y m¨¢s concretamente catal¨¢n, ni son ni ser¨¢n nunca espa?olas o catalanas por mucho que lo digan reglamentos redactados a la mayor gloria de los gestores culturales de turno. En la Quincena de Realizadores participa el gallego Oliver Laxe con Todos v¨®s sodes capit¨¢ns.

- Tribuletes en tropel. Durante mucho tiempo, el festival de Cannes fue el segundo acontecimiento m¨¢s seguido por los medios de comunicaci¨®n del mundo entero, s¨®lo por detr¨¢s de los juegos ol¨ªmpicos; ahora es el tercero, por detr¨¢s de los mundiales de f¨²tbol. Este a?o, han sido 4.300 las acreditaciones expedidas por el servicio de prensa del festival. Como es l¨®gico, la mayor parte de los periodistas persigue a los mismos personajes, o sea a las estrellas, y estas persiguen a los responsables del festival para que les quiten los moscones de encima. A veces no puede ser. En realidad, quien manda de verdad en este festival no son ni los cineastas ni los organizadores del gran circo, sino las grandes distribuidoras internacionales -b¨¢sicamente estadounidenses- que son las que dictan en La Croisette la ley de qui¨¦n, c¨®mo, cu¨¢ndo y d¨®nde entrevistar¨¢ a the talents, que es la palabra sagrada para nombrar a las estrellas. Lo cierto es que, siendo honestos, hablar de entrevistas en Cannes es una falacia grande como varios campos de f¨²tbol seguidos. Ejemplos de entrevistas de Cannes: uno, llega Tarantino, se sienta en una mesa, en la mesa hay 12 periodistas, transcurren 20 minutos y unas seis o siete preguntas, no m¨¢s; se levanta Tarantino, se va. ?Entrevista? Dos, llega la periodista a la suite del Carlton, emocionada porque tiene un cuarto de hora a solas con Cate Blanchett. De pronto le dicen: "Cate se ha tenido que ir, te llamar¨¢n desde el coche donde va y le puedes hacer unas preguntas". ?Entrevista?

- Cine, negocio... y mucho m¨¢s. El inevitable cruce de caminos entre cultura e industria que define al cine tiene su m¨¢xima expresi¨®n en los s¨®tanos del b¨²nker, como se conoce a un palacio de festivales al que, por cierto, le hace falta un lifting como el comer. All¨ª despliega sus multimillonarias plumas de pavo real el c¨¦lebre March¨¦ du Film, el mayor tenderete de compraventa de la industria, donde est¨¢n admitidos todos los hijos del se?or, del se?or Lumi¨¨re, ya sean las superproducciones m¨¢s cotizadas del Imperio, el ¨²ltimo cine de autor filipino o el porno coreano m¨¢s vanguardista y calent¨®n. Por desgracia, la comuni¨®n entre la crisis econ¨®mica que afecta desde hace dos a?os a la industria del cine y los efectos del volc¨¢n de marras han provocado un agujero en la asistencia de este a?o, seg¨²n un importante productor espa?ol, que remacha: "El a?o que viene ser¨¢ todav¨ªa peor".