El d¨ªa que la consola 'mat¨®' a la mina
Pensilvania vira su econom¨ªa de la siderurgia hacia sectores como los videojuegos
El monocultivo econ¨®mico tiene sus riesgos. Bien lo saben en Pensilvania. El acero y el carb¨®n impulsaron durante buena parte del siglo XX al Estado donde se cocin¨® la declaraci¨®n de independencia de EE UU. Sus minas y fundiciones cebaron el crecimiento de la sociedad industrial. La situaci¨®n cambi¨® con la primera crisis energ¨¦tica y el auge de los competidores extranjeros. La industria sider¨²rgica encall¨®, y con ella, la econom¨ªa de la regi¨®n. Un duro traspi¨¦s que, sin embargo, sirvi¨® para emprender un camino necesario: la diversificaci¨®n. Hoy d¨ªa, las dos ciudades m¨¢s importantes del Estado, Pittsburgh y Filadelfia, se enfrentan a la crisis en mejor situaci¨®n gracias a su apuesta por actividades econ¨®micas como las finanzas, la salud, las energ¨ªas renovables y la tecnolog¨ªa.
El negocio de los videojuegos crece a doble d¨ªgito y factura 41.000 millones
La elecci¨®n de Pittsburgh como sede del G-20 ha dado alas a la regi¨®n
Pensilvania tiene la sexta mayor econom¨ªa de EE UU y es la decimos¨¦ptima potencia mundial, con un PIB que supera el medio bill¨®n de d¨®lares. La crisis, obviamente, tambi¨¦n est¨¢ pasando factura a la regi¨®n, cuyo PIB se contrajo un 0,7% en el ejercicio fiscal 2008-2009.
En este contexto, una de las industrias m¨¢s pujantes de la zona es la de los videojuegos. La meca de este negocio sigue estando en California, pero un n¨²mero cada vez m¨¢s importante de empresas del ramo bien se han trasladado a la regi¨®n o bien han sido lanzadas por emprendedores locales. Las universidades m¨¢s importantes del Estado se han dado cuenta de que los videojuegos, adem¨¢s de una evasi¨®n para adolescentes y adultos, es un negocio que mueve mucho dinero. La Universidad de Pensilvania y Drexel, ambas en Filadelfia, y Carnegie Mellon, en Pittsburgh, ofrecen carreras vinculadas al mundo de los marcianitos, desde programaci¨®n, dise?o inform¨¢tico o tecnolog¨ªas del entretenimiento.
En 2008, la facturaci¨®n mundial de la industria de los videojuegos creci¨® a doble d¨ªgito, alcanzando los 41.000 millones de d¨®lares, mientras que las ventas de otros negocios vinculados al ocio como la televisi¨®n, el cine o la m¨²sica sufrieron importantes ca¨ªdas. Las empresas vinculadas al desarrollo de videojuegos dan empleo a cerca de 250.000 trabajadores en todo el mundo, y el sueldo medio del sector es de 70.000 d¨®lares al a?o.
"El objetivo es retener el talento. Los programadores se suelen marchar a la costa oeste para empezar su carrera, pero muchos terminan volviendo porque la industria de los videojuegos en Pensilvania es cada vez m¨¢s importante, el nivel de vida es mucho m¨¢s moderado que en Silicon Valley y la atenci¨®n sanitaria es de las mejores del pa¨ªs. Adem¨¢s, la situaci¨®n geogr¨¢fica de la regi¨®n es privilegiada, al estar cerca de las principales capitales del Este, y el coste de constituci¨®n de una empresa es relativamente bajo", explica Donald M. Bonk, de la Universidad de Pensilvania.
En Pittsburgh, junto al r¨ªo Ohio, se encuentra la sede del Entertainment Technology Center (ETC). Este centro educativo, perteneciente a Carnegie Mellon, est¨¢ especializado en la formaci¨®n de profesionales de la industria del entretenimiento, y en sus aulas confluyen perfiles tan diferentes como inform¨¢ticos o expertos en bellas artes. Muchos de los proyectos de fin de carrera est¨¢n financiados por empresas de tecnolog¨ªa como Microsoft, Google
EA... "Aqu¨ª no se habla en abstracto, sino que se construyen cosas concretas", explica Shirley Saldamarco, de ETC. Un recorrido por los pasillos y talleres de este moderno edificio har¨ªa las delicias de todo aficionado a las consolas. "Lo que m¨¢s cuesta es convencer a los padres de que esta es una profesi¨®n de futuro y no un simple juego", se sincera Emily Skopic, una ex alumna que, junto con un compa?ero, ha fundado su propia empresa, Wildpockets.
Enfrente del edificio de ETC, al otro lado del r¨ªo, estaba el vecindario donde viv¨ªan los trabajadores de las fundiciones de acero. Ahora esta zona se ha reconvertido en un pujante barrio comercial donde tienen su sede muchas peque?as empresas de videojuegos fundadas por alumnos de la universidad. Una de estas compa?¨ªas es Silvertree Media, entre cuyos clientes se incluye Disney. "La ciudad ha cambiado mucho. La elecci¨®n de Pittsburgh como sede de una de las cumbres del G-20 es un reconocimiento a esa transformaci¨®n", explica Ben Smith, director creativo de Silvertree Media.
A una hora de vuelo de la a¨²n conocida como steel city (ciudad del acero) se encuentra Filadelfia. Una de las universidades de la capital, Drexel, ofrece el tercer mejor programa de dise?o de videojuegos de EE UU, seg¨²n The Princenton Review, tras la University of Southern California y el DigiPen Institute of Technology. "?Por qu¨¦ es clave desarrollar una industria propia en este sector?", se pregunta de forma ret¨®rica el profesor Frank Lee durante un encuentro con periodistas internacionales. "Nos encontramos en la era dorada del software aplicado al entretenimiento. Cada d¨ªa aparecen nuevos soportes para jugar y ya no se trata s¨®lo de un mercado para adolescentes", argumenta. -
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