El Madrid engrandece al Bar?a
El fabuloso pulso entre ambos deriva en un campe¨®n imperial y un segundo may¨²sculo - Nunca el t¨ªtulo tuvo dos pretendientes tan reverentes - En unos d¨ªas ambos tendr¨¢n cambios significativos
Han batido r¨¦cords, han disputado una Liga espectacular... Pero en unos d¨ªas habr¨¢ novedades de consideraci¨®n tanto en el Bar?a como en el Madrid. As¨ª son las cosas en este f¨²tbol de estridencias, donde ni siquiera el ¨¦xito garantiza la eternidad. Nadie est¨¢ a salvo. Llegar¨¢ un presidente nuevo al Bar?a, antes quiz¨¢ aterricen Villa y alg¨²n colega; Jos¨¦ Mourinho exprime su condici¨®n de anticristo cul¨¦ a las puertas de Chamart¨ªn, donde hace meses, muchos meses, fue crucificado Manuel Pellegrini, donde se va Guti, y toca la sirena Ra¨²l. Dos equipos espl¨¦ndidos, rivales durante 38 jornadas, devoradores de todos, pasar¨¢n revisi¨®n: institucional el Bar?a, deportiva el Madrid. Al menos en Barcelona cabe pensar que prevalezca el modelo que capitanea Pep Guardiola; el gui¨®n madridista de Florentino P¨¦rez es otro y se acentuar¨¢. En Madrid nadie ha respaldado la extraordinaria aventura de un equipo que ha peleado hasta la extenuaci¨®n con un Bar?a imperial, al que ha sido capaz de llevar al l¨ªmite. En Barcelona se ha subrayado la capacidad del adversario, pero no ha rebotado en Chamart¨ªn y ACS, donde, curiosamente, no se discute la inversi¨®n. Eso jam¨¢s. En el campe¨®n se busca alternativa a Ibrahimovic, decepcionante desde Navidad. En el subcampe¨®n no hay debate sobre Kak¨¢, se?uelo presidencial. El mundo al rev¨¦s.
Ha sido un reto de f¨¢bula, aunque se pretenda enfangar con demagogias
Frente a la soledad de Pellegrini, el credo de Guardiola es indiscutible
Puede, incluso, que ni el otro Laporta ni el mismo Florentino P¨¦rez concluyan que ha sido una Liga vibrante, magn¨ªfica, de un nivel lun¨¢tico. En el deporte es recurrente que a los gigantes se les infravalore con la coletilla de que prevalecen por la falta de competencia. Le ocurri¨® a Jordan, a Indurain... A tantos y tantos. Nada que ver con la realidad. Los genios resultan inalcanzables. Le ha ocurrido al Bar?a y al Madrid, dos superpotencias fuera del alcance del resto del pelot¨®n. Dos equipos que alistan a buena parte de los mejores futbolistas del mundo, con Messi y Cristiano a la cabeza. Un lujo para el f¨²tbol espa?ol, padrino de jugadores que se han ganado la admiraci¨®n universal: Xavi, Piqu¨¦, Puyol, Iniesta, Vald¨¦s, Casillas, Ramos, Xabi Alonso, Albiol... Y con ellos han crecido en esta Liga Busquets, Pedro, Bojan, Higua¨ªn. Frente a los agon¨ªas que denuncian una Liga escocesa, Espa?a deber¨ªa presumir de su firmamento. Y no s¨®lo el de los grandes: Villa, Silva, Mata, Ag¨¹ero, Forl¨¢n, De Gea, Navas, Luis Fabiano, Pedro Le¨®n, Soldado... La Liga tiene salud. Si el equilibrio supone el exilio de Messi o Cristiano Ronaldo, ser¨ªa una p¨¦sima noticia para el f¨²tbol espa?ol, que perder¨ªa su extraordinario poder de seducci¨®n.
El pulso entre el Bar?a y el Madrid ha sido una noticia excelente. Nadie se ha rendido: ni un Bar?a que pudo saciarse con el triplete, ni un Madrid con una horma reci¨¦n salida del segundo florentinato que no sucumbi¨® a sus dos derrotas ante los azulgrana, que supo apretar los dientes tras el alcorconazo y el championazo. Y siempre con un runruneo permanente a su alrededor, sin nadie que desde las alturas de la propia instituci¨®n diera amparo al proyecto. Pellegrini ha estado solo, con sus errores, algunos, y aciertos, muchos. Con el Madrid aspirando al t¨ªtulo, nadie se ha ocupado de despejar la sombra de Mourinho, lenguaraz ante la rapi?a, con amplificadores a su servicio, como si 96 puntos y 102 goles merecieran el desprecio absoluto. "Ahora se abre un debate sobre la temporada", desliz¨® anoche Jorge Valdano, director general del Real Madrid. Nadie como ¨¦l para frenar los impulsos de un presidente al que los t¨¦cnicos le producen urticaria. Es tiempo de saber si Florentino P¨¦rez se ha vuelto m¨¢s paciente o lo ¨²nico que no ha cambiado es la chequera. En Barcelona habr¨¢ otro presidente, pero salvo alguna locura repentina perdurar¨¢ el gen deportivo. Si no hay mayores interferencias, su entrenador es el guardi¨¢n del cruyffismo con derechos de autor bien ganados sobre el guardiolismo imperante.
Frente a la soledad de Pellegrini, el credo de Guardiola es indiscutible. No s¨®lo le avalan los t¨ªtulos. ?l personifica como nadie el modelo, ¨¦l es el ADN del Bar?a. Su chistera es inagotable: donde se acaba Henry irrumpe Pedro; si se atasca Ibrahimovic brota el mejor Bojan. Guardiola ha mantenido la voracidad del grupo, ha sabido ganar y perder y de un equipo gangrenado por los personalismos de Ronaldinho y otros ha surgido el mejor Messi, que ayer igual¨® incluso la meta imposible de Ronaldo, autor de 34 goles con el Bar?a, los mismos que el argentino. El aire barrial de Messi distingue a un equipo insaciable. Messi quiere ser protagonista en todos los recreos y el Bar?a sigue su estela. La Pulga es al equipo cul¨¦ lo que Cristiano Ronaldo puede ser al Madrid. Su primer curso en Espa?a ha sido fant¨¢stico, su nivel competitivo no tiene precio. Su presencia en la Liga es otra gozada para el f¨²tbol espa?ol. ?l, el Madrid, es un subcampe¨®n con may¨²sculas, una medalla de plata de muchos quilates, lo que engrandece la copa azulgrana.
Finalmente, se impuso el f¨²tbol, el juego brillante, tejido y muse¨ªstico del Bar?a. El Madrid ha ido puliendo su estilo, m¨¢s vertical, sin pausas, punzante como pocos. Igual de v¨¢lido, por eso ha llegado a una cent¨¦sima del campe¨®n. Ha sido un reto de f¨¢bula, por m¨¢s que se pretendiera enfangar con conspiraciones y rancias demagogias. Por m¨¢s que se haya pretendido barnizar un duelo deportivo con un ficticio enconamiento sociopol¨ªtico. Por suerte, el f¨²tbol gana siempre, resiste ante todo tipo de combustiones ajenas. Vence el f¨²tbol, lo canonizan campeones y subcampeones como ¨¦stos. S¨®lo puede ganar uno, pero el Madrid no deber¨ªa sentirse en la bancarrota; simplemente fue superado por un grandioso equipo. Sucumbi¨® con la grandeza que engalana su historia y con unos n¨²meros que le respaldan como protagonista de un desaf¨ªo sideral. As¨ª es este Bar?a, un equipo de vuelo infinito. As¨ª puede llegar a ser el Madrid si es capaz de sacar brillo a lo hecho esta temporada, por m¨¢s que pesen los patinazos de Alcorc¨®n y Ly¨®n. El Madrid ha obligado al mejor Bar?a de la historia. El Bar?a ha sacado hasta la ¨²ltima gota de un Madrid sin bandera blanca. Fabulosos. Veinte Ligas iluminan al Bar?a; 31 al Madrid. La batalla seguir¨¢. Y ojal¨¢ de forma igual de apasionante. Esta Liga le debe mucho al Bar?a y al Madrid, al Madrid y al Bar?a. Y al resto de competidores que se disputaron otras ligas.
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