Conceptual, emotivo, inmaduro
Cuarta y pen¨²ltima edici¨®n, el pasado fin de semana, de Radicals Lliure, el ciclo que Teatre Lliure dedica a la creaci¨®n esc¨¦nica contempor¨¢nea. Y dos propuestas bien distintas en su inicio: la primera, Pulgasari, no s¨¦ a¨²n c¨®mo definirla; la segunda, C60, es un concierto radiof¨®nico en directo. Y es que lo de Albert Serra (1975) es bien raro. Inspirado en hechos reales, el secuestro del realizador coreano Shin Sang-ok y de la actriz Choi Eun-hee, el montaje quiere ser un retrato po¨¦tico del r¨¦gimen de Corea del Norte (lo que de entrada, ya se acerca al ox¨ªmoron), as¨ª como del cine, del amor, etc¨¦tera. Y cito el programa de mano por aferrarme a algo. En escena, unos int¨¦rpretes dialogan sin mirarse y otros caen fulminados. De fondo y cada tanto, el ruido ensordecedor de unos aviones en vuelo raso. Frases mon¨®tonas, exclamaciones sin intenci¨®n, linealidad deliberada. Conceptual.
Lo de Fa¨¹stino (1972), en cambio, pasa la mar de bien. Tras experimentar con la ficci¨®n esc¨¦nica y sus posibilidades (De los condenados, Duques de Bergara unplugged) aqu¨ª se nos muestra sincero e incluso sentimental. C60 es un recorrido nost¨¢lgico por una selecci¨®n de canciones, 11 en total, cuyos creadores se quedaron en la retaguardia del ¨¦xito. Desde su taburete y ante un micr¨®fono, Fa¨¹stino nos lee, con una voz clara y muy radiof¨®nica, unos textos estupendos y muy personales que Kiko Amat ha escrito para situarnos en la ¨¦poca y en las caracter¨ªsticas de cada ¨¢lbum o canci¨®n. Y con esta introducci¨®n, la banda que le acompa?a toca en directo cada tema en cuesti¨®n. C60 es una cinta recopilatoria imaginaria a modo de homenaje que invita a volver a una serie de temas y a sus art¨ªfices (Vic Godard, The Soft Boys, The Jam, The Eyes, Tim Hardin, etc¨¦tera) porque como dice Fa¨¹stino, sin las canciones, nada. Emotivo.
Y con esto llegamos al plato fuerte: Ang¨¦lica Liddell y su Te har¨¦ invencible con mi derrota, una propuesta angustiosa sobre el porqu¨¦ de la vida y la muerte. Inspirada en la violonchelista brit¨¢nica Jacqueline du Pre -esposa y compa?era musical de Daniel Barenboim- que muri¨® a los 42 a?os v¨ªctima de la esclerosis m¨²ltiple que padec¨ªa, Liddell, que tiene la misma edad, arma un drama colosal, se desarma y se desangra en escena para rebelarse contra el sinsentido de todo. ?Por qu¨¦ ella sigue viva y Jackie no? Un radicalismo, el suyo, casi adolescente, de pataleta, y que esc¨¦nicamente se traduce en una serie de acciones inc¨®modas para el espectador. Inmaduro.
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