Un bar contra sus vecinos
Un local de Horta exige un mill¨®n de euros a los residentes, que le impidieron abrir en horario nocturno durante 5 a?os
Este es un caso de acoso inmobiliario, pero al rev¨¦s. Lo llaman mobbing vecinal. El propietario del bar La Cripta, en el barrio de Horta, denunci¨® a sus vecinos porque, supuestamente, impidieron a los t¨¦cnicos del Ayuntamiento realizar unas pruebas ac¨²sticas en sus casas. Los ex¨¢menes de sonido pretend¨ªan comprobar los supuestos ruidos que los vecinos hab¨ªan denunciado y que llevaron al Consistorio a reducir el horario de apertura del establecimiento. Ayer se celebr¨® el juicio contra los inquilinos del 1? 1? y el 1? 2? de la calle de Tossa, 8, que se enfrentan a una indemnizaci¨®n de un mill¨®n de euros.
El propietario del local los denunci¨® por haber impedido hasta seis veces en tres a?os que los t¨¦cnicos municipales hicieran las pruebas. Los resultados de estos an¨¢lisis son necesarios para insonorizar un local de manera adecuada. En el juicio, celebrado en el juzgado de primera instancia 23, los vecinos adujeron que estaban "trabajando o de vacaciones en el pueblo" y que no quer¨ªan evitar las pruebas. El abogado del bar, Joaquim Boadas, cree que actuaron "con mala fe, temeridad y abuso de derecho".
Carmen Fern¨¢ndez Sarmiento, una de las demandadas, insiste en que el problema "era que cuando ven¨ªan no nos iba bien por trabajo o por motivos familiares". "Es injusto que nos denuncien", asegura por tel¨¦fono.
La historia empez¨® en 2004. Los vecinos denunciaron al bar La Cripta por ruidos y el Ayuntamiento acord¨® reducir el horario del local hasta las diez de la noche, en lugar de las tres de la madrugada, mientras no fuera insonorizado. Tres a?os despu¨¦s, y todav¨ªa sin haber realizado las pruebas de sonido, el Consistorio solicit¨® una orden judicial de entrada a domicilio para contrastar la denuncia de los vecinos, algo que s¨®lo sucede tras "un incumplimiento grave, flagrante e injustificado", se?ala Boadas. Finalmente, a principios de 2009, el propietario de La Cripta pudo recuperar el horario habitual de su bar. Ahora, reclama un mill¨®n de euros de indemnizaci¨®n a los vecinos por "las p¨¦rdidas econ¨®micas y los da?os morales" que ha sufrido durante estos a?os de "acoso continuado y maquiav¨¦lico". Mientras los vecinos de local imped¨ªan supuestamente las pruebas de ruido, el propietario del bar tuvo que redefinir su f¨®rmula de negocio. El billar y los cubatas dieron paso al caf¨¦ con leche y al cruas¨¢n de la ma?ana.
Los vecinos del primer piso no son los ¨²nicos demandados. El abogado de La Cripta reclama 400.000 euros (incluidos en el mill¨®n de indemnizaci¨®n) a la comunidad de propietarios por haber instalado ilegalmente una puerta en los bajos del edificio que obstru¨ªa la salida del local. Los vecinos se negaron a arreglarla, cuenta Boadas, y el Ayuntamiento cerr¨® el local durante siete meses.
El abogado asegura que ¨¦sta es la primera vez en Espa?a que un local lleva a juicio a unos vecinos por un supuesto caso de contaminaci¨®n ac¨²stica.
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