La represi¨®n militar incendia Bangkok
La violencia se desat¨® tras la captura de los l¨ªderes rebeldes por parte del Ej¨¦rcito - 15 personas mueren en medio del caos y la quema de al menos 27 edificios
La fortaleza de los camisas rojas cay¨® el mi¨¦rcoles a sangre y fuego. Eran las 8.15 en la Espa?a peninsular cuando los l¨ªderes rebeldes subieron al escenario del campamento que ocupaban miles de manifestantes desde hac¨ªa semanas en Bangkok y anunciaron que claudicaban y se entregaban a la polic¨ªa. "Os pido disculpas", dijo Jatuporn Prompan llorando. "Pero no debe haber m¨¢s muertes. Los soldados os matar¨¢n. Por favor, dejad el campamento. Ya no es seguro. S¨¦ que est¨¢is dispuestos a luchar, pero no debe morir m¨¢s gente". Centenares de camisas rojas gritaron enojados: "No, no".
Luego habl¨® el segundo de los l¨ªderes, Nattawut Saikua, fr¨ªo y sereno: "Debemos parar aqu¨ª. Ha muerto demasiada gente". "No nos queremos ir, queremos luchar", vociferaron sus seguidores, armados con palos, porras, machetes, tirachinas. Mucha gente lloraba. "Me siento profundamente herida", dec¨ªa Anong Sanatdom, una se?ora de 65 a?os.
Los soldados tienen orden de disparar contra los saqueadores
A unos centenares de metros, por el norte y por el este, se elevaron grandes columnas de humo negro de las barricadas de neum¨¢ticos ardiendo. De repente, empezaron a sonar explosiones, estallaron algunos cohetes caseros, se oyeron disparos y cundi¨® el p¨¢nico. La gente ech¨® a correr gritando, mujeres con ni?os, ancianos, monjes, hombres, j¨®venes.
Explotaron la furia colectiva, la frustraci¨®n de la derrota, la amargura contenida, y se produjo el caos. Varios j¨®venes arrojaron c¨®cteles m¨®lotov contra el Central World, el segundo mayor centro comercial de Asia, situado junto al escenario, en el cruce de Ratchaprasong, coraz¨®n del campamento. Destrozaron las vitrinas y arrojaron bombonas de gas dentro. Poco despu¨¦s, las llamas rug¨ªan en el interior, convertido en un infierno. El humo se elev¨® sobre la capital de este pa¨ªs conocido como "La tierra de las sonrisas". Bangkok ard¨ªa.
La explanada qued¨® pr¨¢cticamente desierta. Sombrillas por el suelo, sandalias perdidas... Pero una mujer, enarbolando una bandera de los camisas rojas, se neg¨® a huir. Se puso de espaldas al escenario y dijo: "No me ir¨¦, morir¨¦ aqu¨ª". Y se qued¨® inm¨®vil, mirando fijamente hacia donde pod¨ªan llegar los soldados. Minutos m¨¢s tarde, el fuego devoraba muchas tiendas, carpas, esterillas.
Centenares de personas se refugiaron en el templo Pathumwanaram y en el Hospital General de la Polic¨ªa, situados a unos centenares de metros. Los soldados avanzaron, parapetados tras las tanquetas, en particular desde el sur, donde se encontraba la principal barricada del campamento, en la confluencia con la calle Silom, n¨²cleo del barrio financiero. All¨ª tuvieron lugar los choques m¨¢s fuertes, entre los soldados, armados con metralletas y fusiles, y los rebeldes, que intentaron, en vano, repeler con tirachinas, bombas incendiarias, y algunos con pistolas y granadas, la incursi¨®n. Tras el paso de los soldados, quedaron tendidos varios cuerpos con disparos en la cabeza.
Piya Uthayo, portavoz del Ej¨¦rcito, dijo que hab¨ªan sido desplegados 1.000 soldados de acci¨®n r¨¢pida, autorizados a disparar a quien vieran saqueando, prendiendo fuego o incitando a los disturbios. Desde el jueves pasado, el centro de Bangkok se hab¨ªa convertido en zona de guerrilla urbana. Los camisas rojas rechazaron el ultim¨¢tum dado por el Gobierno para que abandonaran el lunes pasado el campamento, que se extend¨ªa sobre un ¨¢rea de tres kil¨®metros cuadrados en el barrio m¨¢s comercial de la capital.
A las 12.15, hab¨ªan entrado 17 heridos en el hospital. "Todos con disparos de balas", explica un sanitario. A las 14.59, eran 20. Cinco personas, entre ellas un fotoperiodista italiano, murieron en el asalto. Otros tres informadores resultaron heridos por disparos y explosiones de granadas.
En el cuartel general de la polic¨ªa, colindante con el hospital, seis l¨ªderes de los camisas rojas formalizaron su rendici¨®n. "Uno de ellos no puede ser juzgado porque es diputado y tiene inmunidad parlamentaria", explica un agente, junto a la mesa en la que est¨¢n sentados los cabecillas. El Gobierno dijo que otros l¨ªderes huyeron. Un total de 70 personas han muerto -15 ayer- y m¨¢s de 1.600 -50 ayer- han resultado heridas desde que comenzaron las protestas el 12 de marzo.
Las autoridades llevaron autobuses a uno de los extremos del campamento, pero muchos manifestantes se negaron a salir del templo y el hospital, aterrorizados por las explosiones, el fuego y los disparos incontrolados. El Ej¨¦rcito anunci¨® m¨¢s tarde, en televisi¨®n, que la situaci¨®n estaba bajo control, pero el Gobierno estableci¨® el toque de queda en toda la ciudad entre las 20.00 y 6.00 para que las fuerzas de seguridad finalizaran la operaci¨®n.
Tras el anuncio de rendici¨®n, grupos de gente enfurecida atacaron y prendieron fuego a la Bolsa de Bangkok, la sede del Canal 3 de televisi¨®n y hasta 27 edificios. Los camisas rojas han acusado a los medios de comunicaci¨®n tailandeses de informar de forma sesgada, favorable al Gobierno, sobre la protesta. La violencia se extendi¨® al noreste, feudo de los camisas rojas. Manifestantes incontrolados incendiaron edificios de ayuntamientos en Udon Thani y Khon Kaen. Tambi¨¦n hubo disturbios en otras tres provincias y el toque de queda se extendi¨® a 24.
A las 15.00, los alreedores del escenario de Ratchaprasong, desde el que los l¨ªderes rojos arengaron a sus seguidores durante semanas, bajo el viaducto de hormig¨®n del metro elevado que cruza Bangkok, eran humo, fuego y miedo. Televisores abandonados, ventiladores abandonados...
Antes del anuncio de la derrota, una mujer que llevaba meses en el campamento lo hab¨ªa advertido: "Si los francotiradores disparan y matan a alguno de los l¨ªderes mientras nos hablan, arder¨¢n estos centros comerciales", algunos de ellos los m¨¢s lujosos de la ciudad. En las fachadas, las marcas Dior y Louis Vuitton ofrec¨ªan una imagen ir¨®nica, en medio de la devastaci¨®n y la huida de miles de personas, la mayor¨ªa pobres de las zonas rurales y urbanas, que acusan al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, de haber llegado al poder de forma ileg¨ªtima. Ped¨ªan la disoluci¨®n del Parlamento y la convocatoria de elecciones .
Ocho d¨¦cadas, 18 constituciones
Desde el fin de la monarqu¨ªa absoluta, en 1932, Tailandia ha tenido 18 constituciones y sufrido varios golpes de Estado. El m¨¢s reciente es el de 2006, cuando fue derrocado el Gobierno del controvertido magnate Thaksin Shinawatra, del que muchos camisas rojas son seguidores.
- Febrero de 2005. Thaksin, en el poder desde 2001, gana las legislativas. Su Gobierno polariza la sociedad, cosechando gran popularidad entre las clases bajas urbanas y las rurales, y hostilidad entre las clases altas.
- Abril de 2006. Entre fuertes tensiones pol¨ªticas, acusado de fraude al fisco y abuso de poder, Thaksin convoca elecciones. La oposici¨®n boicotea la convocatoria, que es anulada.
- Septiembre de 2006. Los militares derrocan al Gobierno de Thaksin y asumen el poder.
- Mayo de 2007. El partido de Thaksin es declarado ilegal, acusado de fraude electoral.
- Agosto de 2007. Aprobada en refer¨¦ndum una Constituci¨®n dise?ada bajo el Gobierno militar.
- Diciembre de 2007. La democracia es restaurada. El PPP, partido heredero del declarado ilegal, gana las elecciones.
- Septiembre de 2008. La Corte Constitucional destituye al primer ministro del PPP, Samak Sundaravej, por un controvertido cargo de conflicto de intereses.
- Octubre de 2008. La Corte Suprema condena a Thaksin por corrupci¨®n.
- Diciembre de 2008. La Corte Constitucional destituye tambi¨¦n al sucesor de Samak, Somchai Wongsawat, alegando que el PPP cometi¨® fraude electoral. Todos sus l¨ªderes quedan inhabilitados. Abhisit Vejjajiva, l¨ªder de la oposici¨®n, logra reunir una mayor¨ªa parlamentaria para ser nombrado primer ministro.
- Marzo de 2010. Los camisas rojas paralizan el centro de Bangkok pidiendo la dimisi¨®n de Abhisit y la convocatoria de comicios.
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