Evo Morales pierde el halo de mito intocable
Cuatro a?os despu¨¦s de la nacionalizaci¨®n de las petroleras, Bolivia produce un 20% menos de gas para la exportaci¨®n, importa gasolina y di¨¦sel y hay un serio desabastecimiento para el consumo dom¨¦stico
Un soldado boliviano salta una barda de la empresa de generaci¨®n el¨¦ctrica Guaracachi en la que participa la brit¨¢nica Ruelec, junto a ¨¦l corren otros de sus compa?eros como si estuvieran tomando una posici¨®n enemiga. Al fondo se ven generadores, torres y un gran cartel multicolor con la palabra "Nacionalizada". Fecha del operativo: 1¡ã de mayo de 2010.
A diferencia de la acci¨®n de mayo de 2006 dirigida a la "nacionalizaci¨®n" de las petroleras, por alguna raz¨®n inexplicable los militares prefirieron saltar alambrados en vez de entrar por la puerta principal como hizo el presidente Evo Morales para anunciar la compra de las acciones de las empresas el¨¦ctricas. De igual modo, a diferencia del 2006, los bolivianos recibieron la noticia del control estatal de cuatro empresas el¨¦ctricas con la m¨¢s absoluta indiferencia, salvo los trabajadores de ELFEC (el¨¦ctrica de Cochabamba, tambi¨¦n "nacionalizada"), pues en este caso los afectados fueron ellos, propietarios de casi el 80 % de las acciones de la compa?¨ªa.
El proceso nacionalizador puede costarle al pa¨ªs algo as¨ª como el 6% del PIB
Morales toc¨® techo y est¨¢ obligado a hacer gesti¨®n y mostrar resultados a la gente
La respuesta de las transnacionales tocadas no se hizo esperar. Gran Breta?a expres¨® su "decepci¨®n" por la medida que afect¨® a Ruelec y comenz¨® a estudiar un arbitraje. Francia, tras subrayar su respeto a la decisi¨®n de Morales, ha anunciado tambi¨¦n la posibilidad de ir a un arbitraje si la compensaci¨®n que se ofrezca a la empresa francesa GDF Suez no es justa.
El modelo nacionalizador de Morales es peculiar, se trata de la compra del paquete de acciones de las afectadas a precios establecidos unilateralmente, aunque supuestamente previa negociaci¨®n con las empresas. Pero, como en 2006, la medida que ya se preve¨ªa, se ejecut¨® o antes de lo previsto, o sin cumplir las condiciones que el gobierno hab¨ªa adelantado en negociaciones preliminares a las interesadas.
En el caso de las petroleras, estas no dejaron el pa¨ªs y siguen operando aunque en versi¨®n ralentizada, como hacen Petrobras, Repsol, Total, British Gas y British Petroleum. A cuatro a?os de la medida, Bolivia produce un 20% menos de gas para la exportaci¨®n, importa gasolina y di¨¦sel, subvenciona el gas dom¨¦stico, y a pesar de ello afronta un serio desabastecimiento de gas licuado para el consumo familiar, sin contar con el hecho de que un presidente de YPFB (la estatal del petr¨®leo) est¨¢ preso desde febrero de 2009 tras un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que estuvo sazonado con una muerte y un malet¨ªn con 400.000 d¨®lares que se entreg¨® en una casa del mencionado funcionario, quien era entonces el n¨²mero dos del partido de Morales.
El presidente constat¨® esta vez que el pa¨ªs no reaccion¨® alborozado ni lo llev¨® a la cumbre de la popularidad como entonces. La repetici¨®n del libreto medi¨¢tico esta vez no funcion¨®. Sin r¨¦dito pol¨ªtico tangible, lo que Morales debe evaluar son los costos. De modo preliminar se menciona que esta ¨²ltima operaci¨®n puede significarle mucho m¨¢s de 100 millones de d¨®lares de erogaci¨®n, que probablemente se cubran con un pr¨¦stamo del Banco Central y salgan de las reservas internacionales del pa¨ªs, lo que ha producido ya una pol¨¦mica, pues de hacerse ser¨ªa una operaci¨®n ilegal, dadas las restricciones para el uso de reservas en la normativa boliviana. El vicepresidente Garc¨ªa Linera ha estimado que el proceso nacionalizador en su conjunto puede costarle al pa¨ªs alrededor de 1.000 millones de d¨®lares, algo as¨ª como el 6 % del PIB.
No es una reflexi¨®n menor constatar algunos elementos que sazonan el momento en que se tom¨® la decisi¨®n de hacerse con las el¨¦ctricas. Las empresas generadoras se han estatizado cuando la curva entre oferta y demanda est¨¢ a punto de cruzarse, lo que exige fuertes e inmediatas inversiones en el sector si Bolivia no quiere vivir la experiencia venezolana de cortes de energ¨ªa en el mediano plazo. Parece claro, adem¨¢s, que esta nueva acci¨®n ratifica que no hay argumentos para que empresas internacionales inviertan en Bolivia. Por segundo a?o consecutivo las inversiones privadas han disminuido y siguen siendo las m¨¢s bajas de Am¨¦rica del Sur tanto en t¨¦rminos absolutos como relativos. La Constituci¨®n no ayuda, por el contrario, se reafirma en los principios de la autonom¨ªa econ¨®mica del pa¨ªs para encarar los grandes desaf¨ªos que tiene en ¨¢reas como la energ¨ªa, las telecomunicaciones, la infraestructura vial y la transferencia tecnol¨®gica, pues en su art¨ªculo 320, II, establece: "Toda inversi¨®n extranjera estar¨¢ sometida a la jurisdicci¨®n, a las leyes y a las autoridades bolivianas, y nadie podr¨¢ invocar situaci¨®n de excepci¨®n". En el caso de la explotaci¨®n de recursos naturales la Carta Magna dice en su art¨ªculo 351, II: "El Estado podr¨¢ suscribir contratos de asociaci¨®n con personas jur¨ªdicas bolivianas o extranjeras, para el aprovechamiento de los recursos naturales. Debiendo asegurarse la reinversi¨®n de las utilidades econ¨®micas en el pa¨ªs". No parece que un inversor extranjero le entusiasme demasiado la idea de que la totalidad de sus ganancias deban reinvertirse en Bolivia, m¨¢s a¨²n cuando ninguna naci¨®n democr¨¢tica de Am¨¦rica Latina plantea tal restricci¨®n, muchas son muy favorables a la inversi¨®n externa y algunas poseen recursos tan o m¨¢s variados que los que tiene Bolivia. La limitaci¨®n en cuanto a la reinversi¨®n de utilidades es tan amplia que por inferencia se podr¨ªa concluir que la obligaci¨®n de reinvertir, vale tanto para la explotaci¨®n de recursos naturales como materia prima, as¨ª como en su fase de valor agregado e industrializaci¨®n.
El cuadro se completa con problemas en otros sectores. La italiana Telecom estatizada en 2007 mantiene un juicio internacional con el gobierno sobre el monto de compensaci¨®n de su paquete de acciones. La inversi¨®n minera m¨¢s grande del pa¨ªs, San Crist¨®bal, a cargo de la japonesa Sumitomo, afronta una demanda de las comunidades ind¨ªgenas del departamento de Potos¨ª que exigen un pago por el uso de aguas f¨®siles, lo que provoc¨® un bloqueo de v¨ªas f¨¦rreas y el sitio a la sede de la empresa por varios d¨ªas. La empresa hind¨² Jindall no ha comenzado a desarrollar el complejo de hierro del Mut¨²n, que le concedi¨® el gobierno de Morales hace tres a?os y medio, y el contrato est¨¢ al borde de la rescisi¨®n.
?Por qu¨¦, en este contexto, la l¨®gica de Morales no cambia? Primero, porque tanto ¨¦l como su vicepresidente, creen que la estatizaci¨®n de la econom¨ªa y el control de los recursos naturales ser¨¢ una panacea para Bolivia. Es una convicci¨®n intuitiva en un caso y fuertemente ideol¨®gica en el otro. Segundo, porque las condiciones de la econom¨ªa boliviana siguen siendo buenas ante un sostenido nivel de precios internacionales en los tres rubros m¨¢s importantes de exportaci¨®n; gas, minerales y soja. No son las cifras fant¨¢sticas de 2008, pero son lo suficientemente buenas como para que los indicadores macroecon¨®micos (escrupulosamente liberales en su manejo), permitan prever para el 2010 un crecimiento del PIB por encima del 4 % y un d¨¦ficit muy pr¨®ximo a cero.
El problema es que la ventana de oportunidad no ser¨¢ indefinida. En estos a?os la matriz productiva sigue anclada en las materias primas y la apertura de mercados e incentivos a la inversi¨®n no existe. En alg¨²n momento Bolivia tendr¨¢ que pagar la factura. Hay dos elementos m¨¢s. El tama?o de la econom¨ªa boliviana no permite encarar desaf¨ªos multimillonarios como los que requiere el pa¨ªs para romper ese circuito perverso. La capacidad de ahorro es muy baja y, por tanto, el excedente no alcanza para dos tareas: la primera, imprescindible, una inversi¨®n social sostenida, y la segunda, muy importante, una adecuada orientaci¨®n de la productividad.
Contra todo pron¨®stico, a cuatro meses de iniciado su segundo mandato, Morales comienza a perder su halo de mito intocable. Su afirmaci¨®n sobre los pollos alimentados con transg¨¦nicos, su acusaci¨®n contra el PP espa?ol de golpista, su negativa rotunda a un acuerdo con la UE "porque Bolivia jam¨¢s va a negociar el saqueo de nuestros recursos naturales" y su particular explicaci¨®n a los gays espa?oles lo ha desgastado en el ¨¢mbito internacional. El comienzo de un descontento de los sectores tradicionalmente masistas, que no ven cambios reales en su bienestar y en sus ingresos, lo est¨¢ desportillando tambi¨¦n en Bolivia. Todo parece indicar que Morales toc¨® techo y que a partir de ahora est¨¢ obligado a hacer gesti¨®n y mostrar resultados a la gente.
Los soldados que tomaron las plantas el¨¦ctricas ya est¨¢n en sus cuarteles. Tanto ellos como la mayor¨ªa de los bolivianos, comienzan a tener en la boca el sabor del desencanto.
Carlos Mesa Gisbert fue presidente de Bolivia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.