La libretita de Montull
El pasado 23 de julio, el juez Juli Solaz firm¨® la orden para que los Mossos d'Esquadra se incautaran de documentos contables del Palau de la M¨²sica. Posteriormente y durante varias semanas, las familias Millet y Mollet, en diversos grados de parentesco, entraron y salieron del coliseo dise?ado por Dom¨¨nech i Montaner tantas veces como creyeron oportuno, con papeles y sin ellos. Como quisieron. Incluso un bedel fue sorprendido por las c¨¢maras llev¨¢ndose documentaci¨®n "personal" de Jordi Montull. Lo hac¨ªa por orden de autoridad saqueadora. Hoy por hoy, los principales imputados siguen con sus pasaportes y en casa, pese a que el expolio asciende a 35,6 millones de euros de dinero p¨²blico y privado.
La lentitud de la justicia en el 'caso Palau' hace recomendable crear una comisi¨®n parlamentaria
Est¨¢ a punto de cumplirse un a?o de la entrada policial en el templo modernista y cada d¨ªa se conocen m¨¢s detalles del saqueo. Es la prensa la que lo publica. El juez prosigue su laboriosa y, sin duda, eficaz investigaci¨®n a un ritmo perfectamente evidente pero no criticable, al menos por sus compa?eros. Por comentar ese laxo concepto de tempus de Juli Solaz, dos jueces de la Audiencia de Barcelona tienen abiertos sendos expedientes disciplinarios. Es el diligente Consejo General del Poder Judicial el que as¨ª lo ha decidido. Por su actuaci¨®n, el ¨®rgano de gobierno de los jueces debe de considerar insuficiente el grado de alarma social que genera tal lentitud procesal, porque hasta ahora se ha limitado a acallar a los colegas cr¨ªticos. La disciplina interna prima sobre la preocupaci¨®n por aproximarse a la inquietud de una sociedad que vive el contraste entre la dureza de la crisis y la permisividad para con la corrupci¨®n lacerante.
En este contexto, y dada la lentitud de la justicia en el caso Palau, tal vez una comisi¨®n parlamentaria permitir¨ªa conocer m¨¢s detalles del caso, pues si la prensa lo logra, ?por qu¨¦ no pueden hacerlo los representantes de la soberan¨ªa popular? La hemeroteca hace justicia al PP, que fue el primer partido en pedir esta comisi¨®n sin resultados. Hace unos d¨ªas, Iniciativa se sum¨® al grupo de quienes esperan lograr explicaciones en sede parlamentaria, mientras que Esquerra aguardar¨¢ unos d¨ªas y el PSC se debate entre dar o no el paso. Dentro del Gobierno catal¨¢n de izquierdas hay quienes piensan que abrir la caja de los truenos del Palau proyectar¨¢ sombras de sospecha sobre todos los pol¨ªticos. A la espera, lo inevitable es que resuciten viejos fantasmas. El primero, el del 3% de comisi¨®n en obra p¨²blica, enunciado en su d¨ªa por el presidente Maragall y que qued¨® en v¨ªa muerta, ante la amenaza de CiU de boicotear el proceso estatutario. El segundo, la generosidad del primer tripartito, que, en la auditor¨ªa de gesti¨®n de los ¨²ltimos Gobiernos de CiU, no incluy¨® la licitaci¨®n de obra p¨²blica. Un ejemplo de coraz¨®n misericordioso a la vista de lo que acontece.
En el caso Palau y a tenor de algunas de las anotaciones manuales, tal como ha publicado EL PA?S esta semana, la no creaci¨®n de la comisi¨®n quiz¨¢ har¨ªa m¨¢s alargada la sombra de un sindicato de partidos dispuesto a taparse las verg¨¹enzas mutuas.
"Es preciso que asuman responsabilidades y est¨¢n dejando pasar la oportunidad de conocer la verdad", sentenciaba contundente el pasado mes de enero el portavoz de CiU, Oriol Pujol, para pedir una comisi¨®n parlamentaria. No era la del Palau: se trataba de la del incendio de Horta de Sant Joan. Y en ese caso s¨ª que la justicia estaba y est¨¢ funcionando a buen ritmo, sin dejarse arrastrar por los cantos de sirena del poder, ya sea econ¨®mico o pol¨ªtico.
Pues bien, los paladines de la verdad tienen ahora la oportunidad de volver a medirse contra la iniquidad, aunque, de momento, no parece que est¨¦n por la labor. Hace tres d¨ªas, Artur Mas aseguraba que los documentos sobre el Palau publicados son "anotaciones en una libretita que no demuestran absolutamente nada".
En la libretita salen cifras, decenas de miles de euros, que la constructora Ferrovial -a la que CiU hab¨ªa concedido la construcci¨®n de la L9 y la Ciudad de la Justicia- hac¨ªa supuestamente llegar al Palau y que luego se distribuir¨ªan entre la entonces Fundaci¨®n Ramon Trias Fargas y tres empresas que se dedicaban, entre otras nobles actividades, a las campa?as electorales de CiU. De momento y ante el juez, las empresas Newletter y Letter Graphic no han conseguido acreditar qu¨¦ trabajos hicieron para el coliseo que se hallaba bajo la batuta de Millet, y por los que cobraron unos dos millones de euros. Los trabajadores del Palau aseguran que esas firmas electorales jam¨¢s hicieron nada para ellos. ?Y si lo que cuenta la c¨¦lebre libretita de Montull no fuera un cuento?
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