La 'mefe' y las nuevas drogas web
Las autoridades europeas descubren nuevas sustancias que sustituyen a los estupefacientes tradicionales y que se pueden comprar por Internet. Entre ellas, la mefedrona, un sustitutivo del ¨¦xtasis. Los especialistas alertan del riesgo de toxicidad
A Ricard siempre le ha gustado experimentar con las drogas. Probar todo lo nuevo que sale. No las compra s¨®lo para irse de fiesta, no. "Me gusta mi rollo cobaya, compartirlas con los amigos, lejos de las discotecas", cuenta desde Barcelona, solicitando aparecer en este reportaje bajo el nombre ficticio de Ricard. Este estudiante de Sociolog¨ªa, de 23 a?os, ha probado la mefedrona, esa droga que de manera incipiente y muy minoritaria est¨¢ entrando en Espa?a y de la que se oye hablar en Dinamarca, Suecia y Reino Unido, lugares donde se han producido casos en los que murieron personas que la hab¨ªan consumido (al menos cuatro en los ¨²ltimos dos a?os). "La verdad es que cuando la tom¨¦ no me gust¨® apenas", dice Ricard. "En Internet hablaban de un boom, decidimos probarla. Dec¨ªan que era el nuevo MDMA (¨¦xtasis), y no lo es: es m¨¢s taquic¨¢rdica, tienes que redosificar a menudo como con la coca, parece que tiene m¨¢s peligro. A uno de mis amigos le dio un ataque de ansiedad".
"Cuando prob¨¦ la mefedrona no me gust¨® apenas; a un amigo le dio un ataque de ansiedad", dice Ricard
"Una parte importante de las nuevas drogas viene de laboratorios de Asia", dice la experta Ana Gallegos
Ricard compr¨® su dosis de mefedrona por Internet. Con su tarjeta de cr¨¦dito. Como cualquier otra compra. Pag¨® y se la enviaron por correo. As¨ª de f¨¢cil.
Las nuevas drogas que est¨¢n apareciendo a trav¨¦s de la Red no son ilegales hasta que las autoridades de cada pa¨ªs conocen de su existencia, estudian sus riesgos y toman medidas. Durante un periodo de tiempo, viven en un limbo legal. Por eso en el Reino Unido algunas han sido bautizadas como legal highs, algo as¨ª como subidones legales. Las autoridades policiales no las pueden perseguir porque a¨²n no han entrado en la categor¨ªa de drogas ilegales. Los consumidores las compran sin problemas y piensan que, al no ser ilegales, son m¨¢s seguras. "Y eso no es as¨ª, es importante que esto se sepa", dice la especialista en adicciones Marta Torrens: "Son sustancias que no han sido probadas en humanos, vienen de laboratorios clandestinos, el riesgo de toxicidad es alto".
La mefedrona -la mefe, como la llaman en los foros- forma parte de las llamadas RC, por sus siglas en ingl¨¦s, Research Chemicals -productos qu¨ªmicos de investigaci¨®n-. Es un producto de laboratorio, una droga de dise?o. En Internet, se anuncia como si fuera un fertilizante para plantas, o unas sales de ba?o. Posee efectos estimulantes y los que la han consumido destacan que est¨¢ a mitad de camino entre la coca¨ªna y el ¨¦xtasis. Con un precio que oscila entre los 10 y los 15 euros el gramo, se vende en forma de polvo o cristal (como piedras de sal gorda). Se puede administrar oralmente o esnifar. "La mefedrona sube muy r¨¢pido y baja muy r¨¢pido", explica Mireia Ventura, doctora en Farmacia y responsable del servicio de an¨¢lisis de Energy Control, una organizaci¨®n para la que trabaja desde hace siete a?os. "Toca la memoria, la gente no recuerda cu¨¢nto ha consumido. No se deber¨ªa consumir m¨¢s de 1/4 de gramo, puede ser t¨®xica si alguien se pasa de la dosis". Sentada frente a su ordenador en el local que este colectivo tiene en el barcelon¨¦s barrio de Gracia, Ventura explica que la primera muestra de mefedrona que descubrieron en Espa?a apareci¨® en Andaluc¨ªa y corresponde a abril de 2009.
Energy Control es un colectivo que est¨¢ en la primera l¨ªnea en el mundo de las drogas. Si algo pasa, ellos son los primeros en enterarse. Colaboran con el Ministerio de Sanidad y con el Departament de Salut de la Generalitat, entre otras instancias oficiales. Desde 1997, aplican una pol¨ªtica de reducci¨®n de riesgos que parte de un principio b¨¢sico: si la gente va a tomar drogas de todas formas, mejor que tenga informaci¨®n sobre ellas; y mejor que lo que tomen haya pasado alg¨²n filtro de calidad. Los m¨¢s de 70 voluntarios de esta organizaci¨®n acuden a raves (fiestas al aire libre o en lugares abandonados que duran m¨¢s de 24 horas) y montan un puesto al cual acuden las personas que van a consumir ¨¦xtasis para que les analicen las pastillas y les orienten sobre su consumo y sobre, por ejemplo, los efectos secundarios. En definitiva, analizan e informan. Desde hace unos meses, han iniciado un experimento pionero: los lunes y los jueves por la tarde, los consumidores de ¨¦xtasis, mefedrona y dem¨¢s drogas de dise?o pasan por su laboratorio con peque?as muestras de sus pastillas para que sean analizadas. "No estamos ni a favor ni en contra del consumo", explica Nuria Calzada, coordinadora de Energy Control. "Trabajamos con la poblaci¨®n que consume y est¨¢ expuesta a riesgos. Las drogas son un tema de salud y no de moral".
Calzada explica que la irrupci¨®n de la mefedrona y dem¨¢s nuevos productos de s¨ªntesis es consecuencia de una crisis que se produce a finales de 2008 en el mercado del ¨¦xtasis. La falta de acceso a los componentes qu¨ªmicos (los llamados precursores) que lo configuran provoca una carencia en el mercado. Empieza a aparecer ¨¦xtasis de peor calidad: en 2008, el 91,2% de las pastillas de ¨¦xtasis que analizaban en Energy Control conten¨ªan MDMA (metilendioximetanfetamina, el principio activo); en 2009, tan solo un 36%.
En ese contexto la baja oferta de pastillas que, adem¨¢s, son de peor calidad, facilita la irrupci¨®n de las llamadas RC, las Research Chemicals. Aparecen derivados sint¨¦ticos de feniletilaminas (sustancias creadas a partir del modelo del ¨¦xtasis), triptaminas (inspiradas en el modelo del LSD) y catinonas (sustancia de la que procede la mefedrona). Entre 2009 y los primeros meses de 2010, el n¨²mero de muestras de RC recibidas en Energy Control se ha multiplicado por dos: suponen el 13% de lo que los consumidores les llevan para analizar.
Es lunes, son las seis de la tarde y dos t¨¦cnicos del laboratorio de Energy Control en Barcelona examinan las muestras que han llegado esta tarde. Hoy s¨®lo han venido dos usuarios a traer peque?as muestras de coca¨ªna y de ¨¦xtasis para que sean analizadas. El jueves anterior vinieron quince personas. Entre balanzas, pipetas, pinzas, tijeras y guantes, emerge el espectrofot¨®metro, el aparato que permite medir la pureza de las sustancias. La cromatograf¨ªa en capa fina es el proceso mediante el cual determinan los adulterantes que llevan las drogas.
"El fen¨®meno de las RC es minoritario pero est¨¢ en expansi¨®n", sostiene Nuria Calzada, la coordinadora de este colectivo. "Las posibilidades de mezcla de componentes de los laboratorios son infinitas. Al ilegalizar una sustancia, enseguida llega una nueva: se le quita un componente, se le a?ade otro y se crea una nueva mol¨¦cula. No acabas con el problema, sino que creas otros".
Ana Gallegos es doctora en Qu¨ªmica y experta en dise?o de f¨¢rmacos por ordenador. Originaria de Figueres, desde hace un a?o trabaja en Lisboa, en el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicoman¨ªas (OEDT). "Los laboratorios buscan una variante de una mol¨¦cula y ofrecen sustancias que producen efectos similares a la droga prohibida", explica por tel¨¦fono desde su oficina. Gallegos coordina el sistema de alerta r¨¢pida de nuevas drogas del observatorio: recaba informaci¨®n de las que aparecen, env¨ªa notificaciones a los pa¨ªses miembros, elabora informes para las autoridades europeas. "Una parte importante de las nuevas drogas viene de laboratorios de Asia", dice. "Las webs est¨¢n establecidas en Europa y desde la propia Europa se realizan los env¨ªos".
El OEDT localiz¨® 24 nuevas sustancias psicoactivas en 2009. Es la primera vez que se descubren tantas en un a?o (en 2008 fueron 13). Entre las 24 nuevas sustancias hay cinco sustitutivos del ¨¦xtasis, dos del LSD, cuatro catinonas sint¨¦ticas (tipo mefedrona) y nueve cannabinoides sint¨¦ticos: estos sustitutivos del cannabis son los que m¨¢s trabajo est¨¢n dando en el Observatorio desde finales de 2009, cuenta Ana Gallegos.
La irrupci¨®n de los cannabinoides sint¨¦ticos en el mercado tiene su origen en las investigaciones que muchos laboratorios han llevado en torno al cannabis. Lo explica la psiquiatra Marta Torrens, que dirige el programa de adicciones del Hospital del Mar de Barcelona. "Se hicieron estudios con animales para estudiar qu¨¦ efectos terap¨¦uticos puede tener el cannabis, por ejemplo, para problemas musculares, para personas que est¨¢n con quimioterapia". Se intentaba separar las ventajas del cannabis de las desventajas (p¨¦rdida de memoria, desencadenamiento de cuadros psic¨®ticos). Esas f¨®rmulas, utilizadas por laboratorios clandestinos, han surtido el mercado de sustitutivos del cannabis.
Los que m¨¢s ruido han hecho hasta la fecha han sido los productos Spice. Las webs los anuncian como inciensos no aptos para el consumo humano. "No se sabe nada de su toxicidad", dice Torrens, que es una de las especialistas espa?olas que particip¨® en el Psychonaut Web Maping Project, un proyecto impulsado desde el Programa de Salud P¨²blica de la UE, cuyos ¨²ltimos resultados se presentaron en febrero, y que consisti¨® en que distintos profesionales de los pa¨ªses miembros rastrearan webs y foros para ver qu¨¦ nuevas drogas circulan.
Qu¨¦ riesgos plantean estas nuevas drogas?: "Pueden desencadenar s¨ªntomas psiqui¨¢tricos como ansiedad, alucinaciones, paranoias; disminuci¨®n de capacidades mentales; existe el riesgo de que sean t¨®xicas para el h¨ªgado, el coraz¨®n... No lo sabemos a¨²n, todo esto hay que estudiarlo", explica Torrens. Dado que estos son efectos secundarios nocivos de ciertas drogas ya conocidas, como el ¨¦xtasis o derivados del propio cannabis, "se sospecha que algunas de estas nuevas sustancias puedan tener este tipo de efectos", a?ade. "Hay que decirlo y hacer algo", sentencia. Mag¨ª Farr¨¦, farmac¨®logo que particip¨® junto a Torrens en el Psychonaut Web Maping Project, lo tiene claro. "Hay que informar de los riesgos y regular el mercado de compra de sustancias a trav¨¦s de Internet. Vimos que las vend¨ªan algunas empresas de qu¨ªmica que se convierten as¨ª en narcotraficantes".
La Comisi¨®n Cl¨ªnica del Plan Nacional sobre Drogas acaba de ponerse a redactar un informe sobre estas sustancias para determinar sus riesgos. En su despacho de la madrile?a calle de Recoletos, Carmen Moya, delegada del Plan Nacional sobre Drogas, asegura que a¨²n no se han producido incautaciones de mefedrona ni de nuevas drogas, que son fen¨®menos que no son predominantes, pero con los que hay que estar alerta: "Muchas de estas nuevas drogas est¨¢n en la Red de forma legal: las presentan como ambientadores, inciensos, anest¨¦sicos generales. Nos preocupan porque se ponen a disposici¨®n de los ciudadanos m¨¢s j¨®venes". Moya dice que de las muertes relacionadas con la mefedrona que han aparecido en los medios (se public¨® que se produjeron 25 en el Reino Unido), s¨®lo se ha certificado que cuatro est¨¢n relacionadas con la mefedrona: un caso en Dinamarca, uno en Suecia, y dos en el Reino Unido.
Desde el Ministerio del Interior, confirman que al tratarse de sustancias que no est¨¢n fiscalizadas, que no figuran en la lista de Estupefacientes de la JIFE (Junta Internacional de Fiscalizaci¨®n de Estupefacientes) que elabora la ONU, no las pueden perseguir. Al no ser ilegales, no se pueden hacer incautaciones. Fuentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa confirman que se han detectado en la Red compras de productos Spice, pero no de mefedrona. El fen¨®meno es totalmente incipiente. Y con esta cuesti¨®n de las nuevas drogas, ocurre lo de siempre: todo circula siempre muy r¨¢pido en la Red y las instancias tradicionales suelen reaccionar con retraso, ese parece ser el signo de los tiempos.
"Hay un juego constante del rat¨®n y el gato", explica Eusebio Mej¨ªas, director t¨¦cnico de la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Drogadicci¨®n: "El control de las drogas siempre va por detr¨¢s de las mafias de producci¨®n y tr¨¢fico", explica. "Se est¨¢n haciendo drogas de s¨ªntesis con productos del mercado legal, con productos del mercado de los qu¨ªmicos, los colorantes, los perfumes. Y luego se hace una tarea de puro marketing. Los que est¨¢n probando esas nuevas sustancias est¨¢n haciendo de conejillos de indias, se est¨¢n sometiendo a una ruleta rusa".
?scar podr¨ªa pertenecer a esa categor¨ªa de la que habla Mej¨ªas. A sus 31 a?os, este joven barcelon¨¦s asegura (en conversaci¨®n telef¨®nica y con nombre ficticio) que ha probado siete veces la mefedrona. "Las RC en general son minoritarias porque no son comerciales, son para tomar en un entorno controlado, no para irse de fiesta", explica. "Yo me he documentado a saco antes de tomar mefedrona. Es euf¨®rica y estimulante. Tiene ciertas desventajas: a nivel t¨®xico, no sabes c¨®mo es, o sea que hay que tener cuidado. Lo malo de estas drogas es que est¨¢n poco estudiadas, no sabes el efecto que tendr¨¢n sobre tu cerebro, o tu h¨ªgado, pero asumo el riesgo. Ojal¨¢ se hicieran estudios m¨¢s r¨¢pidos".
La mefedrona se anuncia en webs como fertilizante y se advierte que no es para consumo humano. ?C¨®mo se hace para desenmascarar el truco de marketing que usan determinadas webs para vender drogas como si fueran otra cosa? Los especialistas consultados abogan porque haya informaci¨®n precisa y fiable sobre estas sustancias lo antes posible. En julio hay una reuni¨®n del Consejo de Europa para abordar el tema de estas nuevas drogas.
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