Tigres de papel
Faltan escasas semanas para que se celebre la cumbre del G-20, en Canad¨¢. Ser¨¢ la cuarta (tras Washington, Londres y Pittsburgh) desde que los dirigentes de todo el mundo decidieron que esta formaci¨®n G ser¨ªa el instrumento com¨²n para combatir la peor crisis del capitalismo en muchas d¨¦cadas. La de Toronto ser¨¢ la cita que demostrar¨¢ a la ciudadan¨ªa si el G-20 es, efectivamente, un instrumento ¨²til y central para la era de la globalizaci¨®n financiera, o un tigre de papel del que salen esdr¨²julas declaraciones reformistas (encabezadas por un pomposo "Nosotros, los l¨ªderes"), pero casi ninguna decisi¨®n ejecutiva.
Llegan Europa y EE UU a ese G-20 con distintas coyunturas y diferentes actitudes: la UE, con un crecimiento an¨¦mico y reinventando sus reglas del juego; EE UU, saliendo de la recesi¨®n con m¨¢s fuerza de la prevista y con la decisi¨®n pol¨ªtica de quien pretende evitar la m¨¢xima de Santayana: quienes no conocen la historia se ver¨¢n obligados a repetirla. Para ello, Obama se ha aplicado en una reforma del sistema financiero, cuyo texto definitivo puede coincidir en el tiempo, m¨¢s o menos, con la reuni¨®n canadiense y estar en vigor en las elecciones de mitad de mandato, en noviembre pr¨®ximo.
La siguiente fase de la crisis puede ser el estancamiento sin empleo
Europa trata de regenerarse a fuerza de resistir los ataques externos: los que han protagonizado los mercados altamente especulativos sobre el euro en los ¨²ltimos dos o tres meses. En materia de regulaci¨®n financiera, la UE tiene poco que ofrecer al mundo: un t¨ªmido inicio para embridar a los fondos de alto riesgo, que no cuenta con el apoyo del lugar en el que m¨¢s operan: la City de Londres. Como alguien ha dicho, es como reformar la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n (PAC) sin contar con Francia. En segundo lugar, la posibilidad de ahormar una posici¨®n conjunta sobre las ventas al descubierto a corto plazo (acciones que no se poseen y con las que se especula facilitando su bajada), que acaba de prohibir Alemania, como ya hacen otros pa¨ªses.
La cultura de la estabilidad alemana es hegem¨®nica en esta fase de reinvenci¨®n europea. La UE ha adoptado cuatro principios a los que ahora hay que poner la letra peque?a: mayor disciplina presupuestaria, la convergencia en la competitividad de los pa¨ªses, contar con un mecanismo efectivo de gesti¨®n de la crisis y, en l¨ªnea con lo anterior, reforzar la gobernanza econ¨®mica en t¨¦rminos institucionales. En definitiva, una versi¨®n m¨¢s ortodoxa y cerrada del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), hecho a?icos por la propia Alemania cuando le interes¨® (y luego por los dem¨¢s), con muchas dosis de estabilidad y muy pocas de crecimiento. Un PEC deforme, desequilibrado, que si se aplica tal cual quiere Alemania con la anuencia del resto de los pa¨ªses, asustados, contiene una paradoja y un preanuncio: la paradoja, que se van a aplicar mayores sanciones econ¨®micas a quien no lo cumple, con lo que se combatir¨¢ el d¨¦ficit generando m¨¢s d¨¦ficit y m¨¢s deuda. El preanuncio es el de la siguiente fase de la crisis: seremos m¨¢s ortodoxos pero podemos entrar en una fase de largo recorrido de estancamiento sin empleo, y algunos pa¨ªses (?Espa?a entre ellos?), en un proceso de deflaci¨®n a la japonesa.
EE UU est¨¢ saliendo con m¨¢s fuerza de la recesi¨®n, gracias a sus poderosos planes de rescate financiero y de sus desacomplejadas medidas keynesianas de est¨ªmulo. Tiene un d¨¦ficit p¨²blico similar al espa?ol o al brit¨¢nico, que es objeto de preocupaci¨®n, pero sus prioridades son hoy consolidar la recuperaci¨®n, reducir la tasa de paro (cercana al 10%, como la media europea) y aprobar una ley de reforma financiera que evite los abusos del pasado de bancos y banqueros. Obama es consciente de que si existe un ¨¢mbito en el que la protecci¨®n al consumidor es particularmente necesaria y sensible, y ha resultado dif¨ªcil de proporcionar, es en el de los ahorros de la gente para el futuro (depositados en la Bolsa a trav¨¦s de fondos de pensiones o de inversi¨®n, y en las entidades financieras, a trav¨¦s de los cr¨¦ditos y de los dep¨®sitos). Son los recursos principales con los que los ciudadanos cuentan para el futuro, y no pueden estar al albur de productos sofisticados y opacos, de operaciones fuera de balance, de los pornogr¨¢ficos bonus y paraca¨ªdas de oro que se autoconceden algunos ejecutivos, etc¨¦tera. ?Tomar¨¢ el G-20 la velocidad americana o la europea? ?O ninguna?
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