Saneamiento y reformas
Unas elecciones ahora retrasar¨ªan lo que es urgente hacer y perpetuar¨ªan vicios del sistema
Frente a riesgos inminentes como los que acechan a la econom¨ªa espa?ola, las soluciones cuyos efectos no sean inmediatos carecen de sentido. Como tambi¨¦n las que sumen incertidumbre pol¨ªtica a la creciente preocupaci¨®n por la situaci¨®n de nuestro pa¨ªs entre los socios de la zona euro y las principales econom¨ªas mundiales. Un eventual adelanto de las elecciones en estos momentos abundar¨ªa en ambos errores, y podr¨ªa dar al traste con el precario equilibrio desde el que, hasta ahora, Espa?a ha conseguido colocar sus emisiones de deuda p¨²blica.
Una llamada a las urnas en las actuales circunstancias, como reclaman los m¨¢s impacientes, entre los que ya se encuentra Rajoy, paralizar¨ªa la toma de decisiones desde el instante en que las C¨¢maras fueran disueltas hasta la formaci¨®n del nuevo Ejecutivo. Por una parte, habr¨ªa incentivos partidistas para aplazar o relativizar el alcance de las medidas de austeridad m¨¢s impopulares ya aprobadas; por otra, un Gobierno en funciones solo podr¨ªa tomar decisiones de tr¨¢mite, sin capacidad para hacer frente a las emergencias que, como se ha comprobado, son inherentes a esta fase especialmente aguda de la crisis.
Descartar el adelanto no es sin¨®nimo de voto de confianza al Gobierno de Zapatero, sino de exigencia de responsabilidades: que lo que no ha sabido evitar a tiempo lo corrija, incluso a riesgo de impopularidad; que hasta someter los nuevos Presupuestos al Parlamento y comprobar si dispone de la mayor¨ªa necesaria para aprobarlos, asuma su responsabilidad en el saneamiento de la econom¨ªa; y que aborde las reformas que pueden ayudar a crear empleo cuando se inicie la recuperaci¨®n; y para ello, que, como parece haber entendido que deb¨ªa hacer, diga claramente a los ciudadanos que Espa?a ha perdido en esta crisis una parte sustancial de su riqueza y que, de no tomar medidas urgentes, la econom¨ªa espa?ola puede entrar en una espiral negativa de dif¨ªcil salida.
La teor¨ªa recomienda hacer las reformas en periodos de bonanza, pero la realidad es que, por inercia o electoralismo de mirada corta, casi siempre se aplazan hasta que las crisis presionan lo suficiente. En ese sentido dicen los economistas que la actual puede ser una oportunidad para mejorar la eficiencia del sistema. La reforma del mercado laboral no permite m¨¢s dilaciones, despu¨¦s de dos a?os durante los que el Gobierno ha delegado su responsabilidad en los agentes sociales, que han fracasado rotundamente. El Gobierno actual ha dado un gran protagonismo a los sindicatos, pero si, al igual que la patronal, tienen una funci¨®n social que va m¨¢s all¨¢ de la defensa de los leg¨ªtimos intereses de sus afiliados, este es el momento de demostrarlo. En circunstancias como las actuales, ni esos intereses ni los generales del pa¨ªs se defienden mediante huelgas u otras medidas de presi¨®n que, de vencer, lo har¨ªan sobre un pa¨ªs en ruinas.
Una reforma del mercado laboral contribuir¨ªa por su car¨¢cter central a la creaci¨®n de un nuevo clima desde el que abordar otras reformas necesarias, como la fiscal, de forma que los ingresos no dependan tanto de la coyuntura; o la de las administraciones, que profesionalice y despolitice la funci¨®n p¨²blica, evite duplicidades y esos derroches que tanta irritaci¨®n suscitan ahora (desde los viajes in¨²tiles con s¨¦quito a los informes sobre cuestiones f¨²tiles a precio de oro).
Pese a todas las razones que aconsejar¨ªan evitar el adelanto electoral, su fantasma seguir¨¢ pesando porque no es seguro que el Gobierno pueda sacar adelante la pr¨®xima Ley de Presupuestos. A efectos de la oposici¨®n, este horizonte invitar¨ªa a apoyar al Gobierno ahora que ha empezado a cumplir con sus obligaciones, no a desentenderse de las suyas solo porque cree encontrarse en la antesala del poder.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.