Tabakalera en fondo y forma
Es una regla de oro creativa la que invita a pensar que fondo y forma s¨®lo son uno, o como dijo Victor Hugo m¨¢s bellamente que "la forma es el fondo cuando sube a la superficie". Lo evoco para referirme a Tabakalera y a la decisi¨®n, anunciada estos d¨ªas, de aplicarle a este proyecto cultural una moratoria que permita reorientar sus dimensiones y su rumbo. Sin entrar a¨²n a considerar el (buen) fundamento de tal medida, la metodolog¨ªa aplicada a su adopci¨®n y (re)presentaci¨®n p¨²blica creo que dista mucho de ser la adecuada. Afirma Joxean Mu?oz -ya ex director de Tabakalera tras su reciente dimisi¨®n- haber tenido noticia del frenazo al proyecto, al mismo tiempo que cualquier ciudadano, a trav¨¦s de unas declaraciones en prensa del alcalde donostiarra (que tambi¨¦n le habr¨ªa enviado la v¨ªspera un SMS); declaraciones que, por otro lado, se realizaron antes de la reuni¨®n formal del Consejo de Administraci¨®n del Centro. Entiendo que este secuenciado -sobre todo por lo que tiene de descuido, por no decir desatenci¨®n, para con el director de Tabakalera y su equipo- resulta dudoso de forma, y suscita, por ello, dudas de fondo.
Interrogaciones de fondo que tienen que ver con las relaciones que, en nuestro pa¨ªs, mantienen pol¨ªtica y cultura y que, a mi juicio, est¨¢n necesitando con urgencia una revisi¨®n y un equilibrado. Esto es, la constituci¨®n de alguna forma de consejo de cultura, independiente, interdisciplinar, integrado por profesionales, y no meramente decorativo, es decir, dotado de capacidad para nutrir, contrastar y orientar las decisiones culturales, de manera que no sean las instancias pol¨ªticas las ¨²nicas llamadas a hacerlo. Un consejo capaz tambi¨¦n de monitorizar, en todas sus etapas, los proyectos culturales fundamentales, de realizar sobre los mismos peri¨®dicas "auditor¨ªas" art¨ªsticas.
Creo que el futuro de Tabakalera no estar¨ªa hoy en el brete en que se encuentra, despu¨¦s de casi diez a?os, si desde el principio hubiera existido alguna instancia de seguimiento continuado y cr¨ªtico de este proyecto del que a¨²n ignoramos m¨¢s de lo que sabemos. Cuyo concepto ha sido insistentemente presentado - la confluencia productiva de artistas visuales con la industria del audiovisual- pero sin que se acaben de ver los pasos concretos que en esa direcci¨®n ya se han dado, las sinergias que se han podido establecer, los maridajes empresariales y creativos previstos y/o acordados. Sigue sin verse con claridad ese tejido pr¨¢ctico imprescindible para la viabilidad y la credibilidad del concepto. Y ello mientras, en la misma ciudad y en ese ¨¢mbito, se afianza, por ejemplo, la creaci¨®n de un polo audiovisual de empresas de imagen y animaci¨®n, en el parque empresarial de Zuatzu. Lamentable me parece la forma en que se ha manifestado el par¨®n de Tabakalera. Lamentable, triste, tambi¨¦n que ese par¨®n, destinado a replantear y redimensionar su proyecto, parezca, de/en el fondo, m¨¢s que necesario.
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