Lucha de clases
Si la debacle econ¨®mica es para tanto, no se entiende que Rajoy votara en contra de los ajustes, sonaba un poco a Fraga con su abstenci¨®n cuando la OTAN. Ese voto contra natura deja una sensaci¨®n de vac¨ªo en torno a los l¨ªderes. En situaciones delicadas es donde los pol¨ªticos han de mover las caderas como un bailar¨ªn. El vencedor del debate parlamentario result¨® ser Duran Lleida, con su abstenci¨®n estadista, ali?ada en su mitin de domingo ante los fieles afirmando que Zapatero es un cad¨¢ver pol¨ªtico. Expresi¨®n desaconsejable, porque la pol¨ªtica est¨¢ llena de zombies, nombre oficial de los muertos vivientes, con los que a menudo terminas pactando vete t¨² a saber qu¨¦. El olor a muerto de unos y las ganas de matar de otros nos deja solos frente a la tele, que tan pronto nos da una pasada de hiperrealismo tr¨¢gico como otra de fantas¨ªa edulcorada. Tras esta ducha de agua a dos temperaturas o te quedas como estabas o te apuntas al colapso general.
La Sexta, cadena que aspira a la impertinencia, que salvo en la f¨®rmula 1 ejerce de cadena anticadenas, que no tiene tanta cintura como Duran Lleida, pero donde falta ingenio siempre pone a un pib¨®n resolutivo, nos regala Mujeres ricas, recorrido con aires de telerrealidad por la silicona mental de mujeres de pasta y su entorno. Peluqueros, tasadores, dramas con mascotas, disfunciones est¨¦ticas, audacias pijas, son el caldo de esta sopa para pobres que devoramos at¨®nitos. Antes muertas que sencillas, las protagonistas de esta fauna saben decir con naturalidad cosas como "oy, por favor", "yo es que alucino", "estoy atacada" y "esto no lo pongas, eh".
Los elaboradores del programa nublan la realidad con m¨²sica de fondo amable y tienen ojo de antrop¨®logo para las joyitas y los destellos de friquismo, que complacer¨¢n a espectadores con mala leche. Esos que se sientan a ver el programa como los ant¨ªlopes mirar¨ªan un programa sobre la caza del le¨®n; para echar unas risas antes de ser devorados. Porque, eso no cambia, el pez grande no deja nunca de comerse al chico, por m¨¢s que la tele permita a veces que un pobre se r¨ªa de un rico. Lucha de clases baja en calor¨ªas.
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