Contradicci¨®n en nueve tomos

Distinto y junto. Francisco Pino (1910-2002) recurri¨® a un verso de fray Luis para titular su poes¨ªa completa y pocas veces tres palabras han resumido mejor una obra y, de paso, una vida. De entrada, el Pino que conocemos hoy es bien distinto del que se conoc¨ªa ayer. ?La raz¨®n? Una edici¨®n de su poes¨ªa completa que triplica la que el propio poeta autoriz¨® en 1990.

Tres instituciones -la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, la Fundaci¨®n Jorge Guill¨¦n y la editorial ?mbito- han hecho falta para sacar adelante los nueve tomos de la versi¨®n definitiva de Distinto y junto. Los tres primeros ya est¨¢n en la calle. Contienen nada menos que 25 poemarios in¨¦ditos sobre un total de 32. De los 93 libros que recoger¨¢ la obra final, s¨®lo 37 fueron publicados en vida de su autor. Aparte quedan su prosa, su teatro y los libros objeto en los que reuni¨® sus poeturas, los poemas visuales que hicieron de ¨¦l "uno de los pioneros de la neovanguardia europea de los a?os sesenta". Lo dice Antonio Piedra, responsable de la edici¨®n junto a Francisco Pino Jim¨¦nez, hijo del poeta.

Como Miguel Hern¨¢ndez, Torrente Ballester y Luis Rosales, nacidos todos hace 100 a?os, Francisco Pino vio c¨®mo la Guerra Civil marcaba para siempre su proyecto vital y literario, para el que parece inventada expresamente la palabra contradicci¨®n. "Ferviente republicano y cat¨®lico ferviente", seg¨²n Piedra, Pino pas¨® la guerra en la c¨¢rcel Modelo de Madrid acusado, entre otras cosas, de quintacolumnista. En 1939, public¨® dos libros escritos, en sus propias palabras, "bajo una sensibilidad fascista". Si el primero, Asalto a la c¨¢rcel Modelo, est¨¢ dedicado a los "m¨¢rtires" que dieron su vida "por Dios y por Espa?a", el segundo, Saludo y arco de triunfo, lleva estampado en la cubierta un yugo y unas flechas y el interior est¨¢ a la misma altura. Nunca hab¨ªan vuelto a editarse. "Est¨¢n dentro de mi penar y fuera del hacer y del sentir que despu¨¦s ser¨ªan m¨ªos", dijo Pino al respecto.

El hombre que hab¨ªa conocido el surrealismo en Par¨ªs se recluy¨® en Valladolid, su ciudad, en 1947. En el almac¨¦n de tejidos que regentaba se dedic¨® a escribir sin desmayo una obra que -desvar¨ªos aparte- tiene ya plaza en la historia de la literatura. Altern¨® libros vanguardistas y tradicionales, pero solo public¨® una parte. Los in¨¦ditos que faltan contienen, anuncia Piedra, otra toneladas de contradicciones y poemas contra el Rey o de elogio a ETA y a la Baader-Meinhoff. ?Qu¨¦ dicen al respecto las instituciones patrocinadoras? "Que la poes¨ªa es poes¨ªa".