Sexo, recortes y espuma
Tres de la madrugada. Televisi¨®n encendida. La que sale. Desconocida. 8Madrid, se llama. Pel¨ªcula de romanos. Lo propio a esas horas en las que la gente s¨®lo tiene cuatro cosas que hacer: dormir o trabajar o hacer el amor o tomar copas. La pel¨ªcula es alucinante, porque mezcla la t¨ªpica historia de romanos, pero tan c¨®mica como solo un pat¨¢n puede conseguirlo cuando trata de hacer algo bien, con una presunta pel¨ªcula er¨®tica, llena de pechos turgentes y culitos respingones. Nada nuevo en eso que se ha denominado fen¨®meno kitsch. Pero lo curioso es que la pantalla est¨¢ dividida en tres tercios: por arriba la pel¨ªcula; a la izquierda, galer¨ªa de fotos de chicos y chicas que prometen sexo telef¨®nico y por debajo, una sucesi¨®n de telemensajes del tipo: "Chico busca chico en... para un buen rato", "Madura dispuesta a todo. 60 euros + taxi. Domicilio y hotel".
M¨¢s surrealismo. Mientras en el tercio superior, un tigre se merienda a un cristiano con la sonrisa de C¨¦sar, por debajo una mujer desesperada te promete besos negros a bajo coste y, a la izquierda, unas chicas de pechos operados que ocultan religiosamente sus genitales con una estrella negra te prometen una conversaci¨®n desaforada. La pel¨ªcula acaba y comienza un documental sobre el disco Espuma, publicado por Luis Eduardo Aute en 1974 con canciones er¨®ticas y protagonizado por la actriz de destape de la ¨¦poca Mar¨ªa Salerno, una espa?ola con m¨¢s curvas que una carretera comarcal, de esas que gusta conducir. La cadena lo emite, est¨¢ claro, porque Mar¨ªa se pasa todo el documental corriendo desnuda por una playa. Se supone que lo grab¨® en muchos d¨ªas, porque de tir¨®n no lo hac¨ªa ni una maratoniana. Es decir, lo que importaba otra vez eran los pechos turgentes de Mar¨ªa y no la poes¨ªa er¨®tica de Aute, tan distante y tan cercana a la de San Juan de la Cruz.
No perd¨ª el tiempo, aunque ustedes lo crean, ni con C¨¦sar, ni con Aute, ni con Salerno. En el fondo, estaba asistiendo a la representaci¨®n televisiva de un pa¨ªs al rev¨¦s, el nuestro, donde los socialistas castigan a los d¨¦biles y premian a los ricos, y la derecha dice que no, que eso no est¨¢ bien. Y se dice que los socialistas no lo quer¨ªan hacer, pero que les obligaron, y que la derecha lo quer¨ªa hacer, pero estaban obligados a decir que no para ganar las elecciones. Un pa¨ªs donde se vende la potencia de los coches y luego hay que hacer campa?as institucionales para decirte que no corras. Un pa¨ªs donde los sumarios tienen 25.000 folios y pretenden que te creas que alguien se los ha le¨ªdo. Un pa¨ªs donde una ni?a necesita el permiso paterno para ir a una colonia de verano, pero no est¨¢ obligada a decir a sus padres que va a abortar. Un pa¨ªs, en definitiva, con la pantalla dividida en tres partes, entre la locura de C¨¦sar, la finura de Aute y las curvas de Salerno. Ya pueden ir eligiendo. Yo ya lo he hecho.
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