Ant¨®nio Rosa Coutinho, el 'almirante rojo' portugu¨¦s
Era el ¨²ltimo de la Junta de la 'revoluci¨®n de los claveles'
Ant¨®nio Alva Rosa Coutinho era el ¨²ltimo superviviente de la primera Junta de Salvaci¨®n Nacional formada por los militares portugueses que el 25 de abril de 1974 derrocaron a la dictadura y el r¨¦gimen colonial. Conocido como el almirante rojo por sus posiciones izquierdistas, fue un protagonista destacado de la revoluci¨®n de los claveles, no exento de pol¨¦mica. Falleci¨® el mi¨¦rcoles, 2 de junio, en Lisboa, a los 84 a?os, despu¨¦s de una larga enfermedad.
Los comentarios dejados por sus partidarios y sus detractores en las ediciones digitales de los diarios portugueses son el ¨²ltimo testimonio de la disparidad de las opiniones sobre este militar de cabeza afeitada y mirada penetrante. Quienes lloran su muerte lo recuerdan como "un h¨¦roe que abri¨® la puerta a la independencia de las colonias africanas". El Partido Comunista Portugu¨¦s le describe como "un aliado y un amigo" de los portugueses. Sus adversarios deben brindar con cava. "Muri¨® el hombre que quer¨ªa que todos los blancos hubieran zozobrado en Angola", escribi¨® un lector en la p¨¢gina web del Di¨¢rio de Not¨ªcias.
Nacido en Lisboa, como oficial de la Marina pas¨® buena parte de su carrera en nav¨ªos hidrogr¨¢ficos. Durante la guerra colonial fue capturado, en los a?os sesenta, por una de las organizaciones guerrilleras angole?as cuando participaba en una misi¨®n en el r¨ªo Zaire. Tras el derrocamiento de la dictadura, fue nombrado alto comisario en Angola y, posteriormente, miembro del Consejo de la Revoluci¨®n y de la Comisi¨®n de Extinci¨®n de la PIDE (polic¨ªa pol¨ªtica salazarista) y de la Legi¨®n Portuguesa. Fue un actor principal en el proceso de radicalizaci¨®n revolucionaria del a?o 1975, pero en el intento de golpe izquierdista del 25 de noviembre mantuvo una actitud institucional, leal al presidente de la Rep¨²blica y jefe de las Fuerzas Armadas, el general Francisco da Costa Gomes. La contrarrevoluci¨®n que sigui¨® a esta fecha acab¨® apartando al almirante rojo de los primeros palcos.
En el momento culminante de la revoluci¨®n lleg¨® a ser el oficial de mayor graduaci¨®n del Ej¨¦rcito portugu¨¦s por el escalaf¨®n -almirante de cuatro estrellas-. Hasta que fue pasado a la reserva por el Estado Mayor de la Armada, despu¨¦s de ser juzgado y absuelto por el Consejo de Disciplina Militar por supuestas faltas profesionales y morales. Los mandos castrenses aprobaron posteriormente su reintegraci¨®n al servicio activo, y Rosa Coutinho acab¨® solicitando el retiro voluntario, disconforme con la nueva ley de las Fuerzas Armadas que, en su opini¨®n, convert¨ªa "a los militares en ciudadanos de segunda".
Marcha contra la OTAN
Lejos de los cuarteles, particip¨® en los movimientos de solidaridad con Angola y en campa?as de apoyo a partidos de la izquierda portuguesa, y dirigi¨® una empresa de importaci¨®n y exportaci¨®n que trabajaba con Angola. En febrero de 1984 particip¨® en la marcha que llev¨® a m¨¢s de 50.000 personas a la base norteamericana de Torrej¨®n de Ardoz, en Madrid, para pedir la salida de Espa?a de la OTAN.
"Aspir¨¢bamos a lo m¨¢ximo cuando impulsamos la sublevaci¨®n militar del 25 de abril de 1974", declar¨® a este diario 24 a?os despu¨¦s de la revoluci¨®n. "Todo era posible en aquella ¨¦poca y, desde luego, la radicalizaci¨®n nos llev¨® tambi¨¦n a la ingenuidad, porque el pueblo portugu¨¦s pens¨® que pod¨ªamos alcanzar una sociedad socialista. Pero no era posible una nueva Cuba en Europa".
Como otros actores del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), que acab¨® con la dictadura salazarista sin disparar un solo tiro, Rosa Coutinho pas¨® al rinc¨®n del olvido para la mayor¨ªa de portugueses. Qui¨¦n se acuerda de nombres como Vasco Gon?alves, Otelo Saraiva de Carvalho o Ernesto Melo Antunes. El almirante rojo lo explicaba as¨ª en aquella entrevista: "Los militares del 25 de abril fuimos marginados y la participaci¨®n en la revoluci¨®n perjudic¨® posteriormente nuestras carreras. Todos los partidos pol¨ªticos, sin excepci¨®n, nos desplazaron. Es un fen¨®meno de mala conciencia, porque nosotros sacamos las casta?as del fuego, pero otros se las comieron".
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