Euskadi 2030. Orientar la salida de la crisis
"Nunca dejes sin aprovechar una buena crisis", ha sentenciado Rahm Emanuel, jefe de gabinete del presidente Obama. Vivimos tiempos de zozobra, desorientaci¨®n y perplejidad. La sociedad est¨¢ un tanto noqueada ante la gravedad de la situaci¨®n. En momentos como ¨¦ste es especialmente valiosa esa cualidad del liderazgo capaz de movilizar la confianza de la sociedad en sus propias fuerzas y de imprimir direcci¨®n estrat¨¦gica al pa¨ªs. La reciente reuni¨®n del lehendakari, Patxi L¨®pez, con el consejo asesor en materia socioecon¨®mica ha venido acompa?ada de mensajes preliminares acerca de ir articulando un horizonte de referencia para Euskadi en el a?o 2030.
La confianza surge en gran medida de la experiencia de haber hecho las cosas bien en el pasado. Entre 1979 y 1983, Euskadi vivi¨® una crisis econ¨®mica e industrial devastadora, que, literalmente, desmantel¨® su industria pesada, generando durante a?os alt¨ªsimos niveles de desempleo y contestaci¨®n social. La econom¨ªa se volvi¨® a contraer entre 1991 y 1994. En 1993, por ejemplo, Euskadi ten¨ªa aproximadamente 700.000 personas trabajando y 200.000 en el paro. En el a?o 2008, sin embargo, antes de iniciarse el actual cambio de ciclo, con una poblaci¨®n estable, el Pa¨ªs Vasco contaba con casi un mill¨®n de personas trabajando y una situaci¨®n cercana al pleno empleo. Al finalizar ese ciclo expansivo, este pa¨ªs se hab¨ªa situado en el n¨²mero 23 en renta per capita entre m¨¢s de 270 regiones europeas y era la primera comunidad aut¨®noma de Espa?a, por delante de Madrid y Navarra.
Se puede estar entre las 10 regiones europeas con mayor renta per capita
La previsi¨®n de los responsables de la OCDE respecto a la salida de la crisis en Europa y especialmente en Espa?a es una salida en L -muy escasos niveles de crecimiento econ¨®mico- durante al menos cinco o seis a?os debido a la conjunci¨®n del elevado d¨¦ficit presupuestario, alto nivel de deuda soberana y alt¨ªsimos niveles de desempleo que lastrar¨¢n la recuperaci¨®n de la demanda interna. Dentro de ese contexto, es indudable que Euskadi cuenta con fortalezas espec¨ªficas. Una tasa de paro del 9% en la media de los pa¨ªses de nuestro entorno; unas cuentas p¨²blicas m¨¢s saneadas; una base industrial abierta a la competencia internacional; un modelo econ¨®mico no dependiente de sectores intensivos en mano de obra y escaso valor a?adido como la construcci¨®n y el turismo; una potente red de centros tecnol¨®gicos.
En esas circunstancias, algunas sugerencias para enriquecer el debate acerca de c¨®mo orientar adecuadamente la salida ser¨ªan, por mi parte, las siguientes. En primer lugar, en la l¨ªnea del informe remitido al Consejo de Europa por el grupo de expertos presidido por Felipe Gonz¨¢lez, la lectura correcta de la Gran Recesi¨®n vista desde el viejo continente no puede olvidar que se han puesto de manifiesto las debilidades estructurales del modelo econ¨®mico y social europeo y la necesidad de acometer con urgencia una agenda de reformas profundas, so pena de adentrarnos en una senda de dolorosa decadencia. Sin esas reformas es el propio modelo de bienestar social el que corre peligro de hacerse inviable a medio plazo. Y esas reformas hay que hacerlas tambi¨¦n en Euskadi.
En segundo lugar, por medio de una estrategia de colaboraci¨®n p¨²blico-privada ir desplazando progresivamente en los pr¨®ximos a?os el centro de gravedad de nuestro tejido econ¨®mico e industrial hacia sectores de gran demanda global y alto valor a?adido. Las oportunidades econ¨®micas, tecnol¨®gicas y de empleo derivadas de una econom¨ªa baja en carbono, la necesidad de un nuevo marco de referencia en el ¨¢mbito de la movilidad y el transporte sostenibles -veh¨ªculos h¨ªbridos y el¨¦ctricos; tren, tranv¨ªa, metro, mercanc¨ªas ferroviarias- y los requerimientos de la salud ligados a una sociedad que envejece aceleradamente, presentan claras oportunidades de mercado a nuestro tejido industrial y tecnol¨®gico, orientando su necesaria modernizaci¨®n.
En tercer lugar, apostar radicalmente por el capital humano, aspecto crucial si queremos dirigir nuestro modelo hacia la econom¨ªa del conocimiento. Una de las lecciones m¨¢s importantes de la Gran Recesi¨®n ha sido evidenciar la equivocaci¨®n de haber orientado la parte del le¨®n de la inversi¨®n p¨²blica de los ¨²ltimos 15 a?os hacia el capital f¨ªsico. Hemos dedicado miles de millones de euros a pol¨ªgonos industriales, muchos de ellos hoy semivac¨ªos, autopistas por las apenas circulan coches (Eibar-Vitoria) o directamente innecesarias como la SuperSur, edificios culturales ostentosos, por no hablar del dinero p¨²blico entregado a estadios deportivos privados.
El mismo ministro de Fomento, Jos¨¦ Blanco, en un alarde de sinceridad que le honra, ha reconocido recientemente el deficiente an¨¢lisis de rentabilidad econ¨®mica y social que ha acompa?ado a numerosas obras e infraestructuras llevadas a cabo en los a?os del ciclo expansivo. La apuesta principal ha de ser, en consecuencia, por la educaci¨®n, la formaci¨®n, el aprendizaje, la creaci¨®n de un potente capital humano que pueda soportar adecuadamente la transici¨®n hacia una econom¨ªa basada en el conocimiento.
Finalmente, la industria exportadora vasca, aut¨¦ntico motor de la prosperidad econ¨®mica en el pasado, ha de encontrar su espacio de valor en un mundo que ha conocido un vuelco sustancial. El centro del crecimiento econ¨®mico de la pr¨®xima d¨¦cada va a estar en los pa¨ªses emergentes, mientras que nuestra actividad exportadora ha estado tradicionalmente orientada hacia la Uni¨®n Europea. Es clave posicionarse competitivamente en los mercados de China, India, Brasil, Rusia, por citar los m¨¢s relevantes.
En mi opini¨®n, Euskadi tiene los mimbres necesarios para estar en 2030 entre las diez regiones europeas de mayor renta per capita. Para ello, es esencial orientar adecuadamente la salida de la crisis. Hag¨¢mosle caso al viejo zorro de Rahm Emanuel, no dejemos escapar esta oportunidad.
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